Greenpeace solicita a las lecheras europeas que no distribuyan leche de vacas alimentadas con maíz transgénico

Los consumidores europeos rechazan los productos alimenticios modificados genéticamente, asegura la organización
Por EROSKI Consumer 24 de agosto de 2005

Greenpeace ha solicitado a dos de las mayores empresas europeas productoras de leche, Campina y Mueller, que dejen de comprar a sus proveedores maíz modificado genéticamente para utilizar como pienso para las vacas, ya que supone un riesgo para la salud.

Según la ONG, la zona de Seelow en la región alemana de Brandeburgo (en el este de Alemania) es una de las que mayor cantidad de maíz transgénico produce. Este hecho puede afectar a la leche de las empresas Campina y Mueller y puede repercutir directamente a los consumidores.

Greenpeace afirma que los consumidores europeos han rechazado los productos alimenticios modificados genéticamente y que en la actualidad existen muy pocos productos de estas características en el mercado europeo. Sin embargo, las leyes de etiquetado de la Unión Europea tienen lagunas en productos como la leche, los huevos o la carne y otro tipo de derivados de animales que no necesitan ser etiquetados como transgénicos aunque los animales hayan sido alimentados con organismos genéticamente modificados (OGM).

Esta circunstancia hace que los consumidores europeos no tengan conocimiento de que están consumiendo productos genéticamente modificados a través de otros como la leche o los huevos.

El encargado de los transgénicos de Greenpeace, Geert Ritsema, ha indicado que Campina y Mueller no han garantizado que sus vacas no serán alimentadas a diario por este maíz.

Por otro lado, algunos países europeos han tomado algunas medidas para asegurar que sus productos están limpios de transgénicos. Así, en Suiza y Suecia no se utilizan este tipo de piensos para los animales. Del mismo modo, en Austria la compañía NOEM AG ha anunciado que la leche que produce está libre de transgénicos.

La UE aprobó el cultivo del maíz modificado en 2004, lo que ha generado un debate entre los consumidores que ha llevado a los gobiernos de países como Austria, Grecia, Hungría o Polonia a bloquear este cereal transgénico.

En la actualidad, este cultivo particular de maíz es el único permitido en toda la UE, aunque sí que están autorizadas otras variedades de maíz y soja transgénicas que son producidas fuera de la Unión Europea.

Por este motivo, Greenpeace ha solicitado a las grandes empresas productoras de maíz que empiecen a tomar medidas para finalizar el cultivo de este tipo de productos.

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