Historia(s) del daño cerebral adquirido

La historia y estudio de las lesiones cerebrales es amplia y remota, pero no lo es tanto de la discapacidad que producen: el daño cerebral adquirido
Por Dano Cerebral Galicia 22 de noviembre de 2024
lesión cerebro
Imagen: Anna Shvets

El daño cerebral adquirido es una discapacidad producida por una lesión en las estructuras cerebrales que, como su propio nombre indica, se adquiere normalmente en la edad adulta, tras tener un ictus, un traumatismo craneoencefálico u otro tipo de causas (anoxia, tumores cerebrales, etc.). Hablamos de la primera causa de discapacidad adquirida en la edad adulta. Aunque hoy en día cuenta con un gran reconocimiento político, social y sanitario, hay un largo recorrido detrás, además de un enorme trabajo y esfuerzo por parte de profesionales del ámbito sociosanitario y, por supuesto, por parte de las familias, que ha permitido llegar a donde estamos hoy.

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Historia sobre el estudio del cerebro y sus lesiones

El estudio del cerebro y su afán de comprenderlo se remonta a miles de años atrás. Del Antiguo Egipto data la primera evidencia escrita que hace referencia a casos de lesión cerebral, el Papiro Edwin Smith (1600 a. C). En este tratado médico, además de usarse por primera vez en la historia la palabra cerebro, se describen también los primeros casos neuroquirúrgicos de lesiones cerebrales adquiridas con una correlación anatómica de los que tenemos constancia.

Sin embargo, no será hasta siglo XIX, en la edad contemporánea, que el estudio del cerebro vuelva a cobrar relevancia y desarrollo, de forma paralela en varias partes del mundo, con casos como el de Phineas Gage, un obrero estadounidense que sufrió un accidente laboral en el cual una barra de hierro le atravesó el cráneo.

Este hombre, consciente en todo momento, logró sobrevivir. Su accidente sirvió para entender que las lesiones en la parte prefrontal del cerebro tienen como consecuencia cambios en la personalidad, las emociones y la interacción social. Así, este caso se erigió como clave para el avance de las neurociencias.

➡️​ Otros avances

A él le acompañan otros avances significativos de la época, como los inicios de las primeras autopsias cerebrales, que permitieron identificar zonas del cerebro que controlaban funciones específicas —como Broca o Wernicke, fundamentales en la comprensión y el habla—; la novedosa técnica de tinción bajo el microscopio de Golgi; o el descubrimiento de la excitabilidad eléctrica de las neuronas de Galvani a través de sus experimentos con ranas.

Si bien es cierto que el estudio del daño cerebral adquirido se remonta a siglos atrás, los grandes avances se realizan con la medicina moderna, a partir del siglo XX, gracias al descubrimiento de las neuronas por parte de Santiago Ramón y Cajal, por el que fue galardonado con el Premio Nobel. Desde aquí, la producción científica en neurociencias es innumerable y fructífera, lo que ha permitido avanzar a pasos agigantados en la comprensión del sistema nervioso central.

Daño cerebral adquirido como discapacidad

La historia y estudio de las lesiones cerebrales es amplia y remota, pero no lo es tanto la discapacidad de la que hablamos al principio del relato: el daño cerebral adquirido. A pesar de que sus causas son conocidas y reconocidas en el ámbito sociosanitario y entre la población desde tiempo atrás, no lo son tanto sus consecuencias.

Y esto se debe a que la atención que se presta a estas personas se realiza a través de la intervención aguda de sus causas, es decir, de la atención y estabilización de los casos de ictus, traumatismos craneoencefálicos, anoxias, infecciones o tumores cerebrales, entre otras, desde los servicios sanitarios de urgencias.

Sin embargo, una vez estabilizada la persona, cuando su vida ya no corre peligro, es dada de alta con una serie de secuelas derivadas del daño cerebral adquirido para las que no se ofrecen recursos sociosanitarios suficientes e integrales de recuperación. Además, al no existir un código diagnóstico al alta de daño cerebral adquirido, esta apreciación queda a merced de la voluntad de los y las profesionales que la atienden, provocando, así, que muchas personas salgan del hospital sin saber que sus secuelas forman parte de esta discapacidad.

👉 Aumento de casos por ictus

A esto se añade el gran cambio y evolución del daño cerebral adquirido. A pesar de que la concienciación y normativas viarias han permitido reducir el número de accidentes de tráfico y, en consecuencia, los casos de traumatismos craneoencefálicos, se ha producido un aumento, casi exponencial, del número de casos de daño cerebral producido por ictus.

Esto se debe, principalmente, a los avances médicos y científicos que permiten salvar vidas que antes se perdían y que ahora continúan, pero con daño cerebral adquirido, así como a los poco saludables hábitos de vida de la sociedad actual y la mayor esperanza de vida de la población, que hacen que los factores de riesgo de los ictus —como la edad, la hipertensión, el estrés o la obesidad, entre otros— se acentúen. 

👉 Retos para mejorar la calidad de vida

En resumen, afrontamos todavía muchos retos para mejorar la calidad de vida de las personas con daño cerebral adquirido y de sus familias. Entre ellos destacan desde garantizar la continuidad asistencial en todas las fases, no solo en la aguda sino también en la crónica, cuando se vuelve al hogar y se debe aprender a vivir con el daño cerebral adquirido; hasta reivindicar su derecho a acceder a recursos que promocionen su vida independiente y que se basen en un modelo de derechos centrado en la persona. 


Este artículo ha sido escrito por Leticia Vila Posada, directora de Dano Cerebral Galicia y psicóloga

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