Entrevista

Juan Carlos González, director del Grupo de indumentaria del Instituto de Biomecánica de Valencia

El calzado inteligente pretende mejorar su ajuste y aliviar la presión sobre el pie
Por Clara Bassi 26 de enero de 2010
Img juan carlos gonzalez
Imagen: CONSUMER EROSKI

Zapatos inteligentes que se adaptan al pie humano como un guante para prevenir deformidades como los “hallux valgus” (juanetes), los dedos en garra o en martillo. Éste es el proyecto que desarrolla en la actualidad el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV). Juan Carlos González, responsable del Grupo de indumentaria, explica los detalles de este proyecto europeo que, según indica, consigue que cualquier persona ande con comodidad.

¿Qué caracteriza al denominado calzado inteligente?

Es un zapato que, gracias a las nuevas tecnologías, se elabora con materiales inteligentes, se adapta al pie, mide los pasos y calcula las calorías que se consumen.

¿El calzado ortopédico es inteligente?

No, pero tendría mucho sentido que en su fabricación se utilizaran materiales inteligentes para que se adaptara de forma continua a medida que mejore el problema que se trata con este tipo de zapatos. También sería de gran utilidad, para pacientes diabéticos, que se pudiera medir la presión continua de la planta del pie y que el calzado alertara, al llegar a niveles peligrosos, cuándo cambiar la plantilla y cuándo acudir al médico. Así se podrían evitar muchas úlceras. Hay que tener en cuenta que el paciente diabético pierde sensibilidad en el pie, por lo que sería muy interesante que un dispositivo avisara de las presiones y, a la vez, reconfigurase la suela del zapato.

¿Estos zapatos están disponibles en el mercado?

Todavía se encuentran en fase de desarrollo, pero en breve aparecerán en el mercado. Algunas zapatillas deportivas ya miden los impactos y permiten modificar la amortiguación al correr y adecuar la suela para que esté más o menos blanda. Se adaptan al tipo de terreno, como cuando se pisa sobre tierra, en general más blanda. Esta tecnología está disponible en el mercado y se prevé que en los próximos cinco años evolucione e, incluso, que haya una auténtica revolución en los siguientes cinco años. Ya se ha fabricado una zapatilla que combina los USB e Ipod, gracias a un sensor que, mientras se escucha música, registra los ritmos y los kilómetros que se recorren y permite descargarlos en el Ipod o en el ordenador.

¿En qué consiste el proyecto de calzado inteligente que desarrollan en el Instituto de Biomecánica de Valencia?

“Algunas zapatillas deportivas miden los impactos y permiten modificar su amortiguación”

Es un proyecto europeo en el que el IBV lidera la parte tecnológica y, en la parte de desarrollo, intervienen dos empresas españolas: Romus, en el calzado acabado, e INCUSA, para el desarrollo de la piel. Lo revolucionario de este proyecto es que se busca que el calzado se adapte en el lugar de venta, de ahí su nombre, “ShopInstantShoe”. Hasta ahora, un pie estrecho o demasiado ancho tienen dificultades de ajuste y obligan a fabricar un par a medida, un sistema que es muy caro.

¿Cuál es la alternativa que proponen?

Desarrollar un calzado con espacio suficiente para adaptarse a cualquier pie. El zapato tiene una apariencia convencional, pero en su interior cuenta con un dispositivo que actúa a modo de horma electrónica y reproduce la forma del pie. El calzado sólo tendría que confeccionarse con una piel muy flexible, en combinación con un tejido que integre hilos de aleación con memoria de forma.

¿En qué consiste esta aleación con memoria de forma?

Utilizaremos una aleación de nitinol, metálica pero muy elástica, para realizar un estiramiento más elevado que con otros metales. Al combinar la piel con ese tejido (o hilos), el zapato tiende a deformarse y a adoptar la forma del pie. La idea es que el volumen estético sea convencional, es decir, que el zapato no se deforme. Si no agrada al cliente, el dispositivo interno del zapato podría calentarlo, devolverle su forma original y el calzado se volvería a colocar en la caja para el siguiente cliente. Sería un calzado de estética original y reversible.

¿Qué problemas podológicos se podrían prevenir con estos zapatos?

El calzado inteligente que queremos desarrollar pretende mejorar el ajuste y aliviar la presión sobre el pie. Los problemas que se pueden evitar son el “hallux valgus” o juanetes, que afectan al dedo gordo; las deformaciones del quinto dedo debido al uso de tacones; los dedos en garra y en martillo; las durezas, que se originan por la presión del calzado; y, en general, buscamos mejorar el confort, es decir, que la gente sin alteraciones ande cómoda y quien las padece tenga un calzado que se adapte a su situación.

¿El calzado inteligente también está pensado para evitar la sudoración y sus problemas asociados?

En principio, se dirige a tratar patologías, en lugar de problemas relacionados con el sudor. No obstante, como la piel y el material que se utilizarán son transpirables, serán útiles para prevenir las rozaduras y callosidades. Serán zapatos que no aprieten y mejoren la ventilación.

Con este calzado, ¿a las personas con pies cavos o planos les harían falta plantillas?

Tendrían que llevarlas puesto que trabajamos la parte superior del calzado para darle volumen, mientras que las plantillas actúan en la parte inferior. Pero se resolvería el problema de zapatos que carecen de la holgura suficiente para colocarlas.

Conjugarán, por lo tanto, diseño y salud.

Éste es el objetivo. El uso de zapatos de tacón muy estrechos favorece el desarrollo de juanetes. El calzado inteligente permitiría diseñar un zapato de tacón más ancho, sin perder la estética.

¿Cuáles son los zapatos que más problemas de salud causan?

Entre los zapatos que, por su estructura, son bastante perjudiciales, destacan los de tacón, muy estilizados y estrechos, o cualquier otro que sea muy rígido, demasiado estrecho o demasiado duro. No se adaptan al pie y no cumplen su función: protegerlo y ayudarlo en el entorno en el que se mueve.

CALZADO INFANTIL Y TRAJES DE BOMBERO SALUDABLES
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Imagen: Instituto de Biomecanica de Valencia

El proyecto ShopInstantShoe, que el Instituto de Biomecánica de Valencia desarrollará a lo largo de los próximos tres años, no es un plan aislado. Este centro lleva a cabo varios proyectos y, hace poco, ha finalizado la fabricación de un calzado infantil saludable pensado para los primeros pasos de los niños, durante la etapa del gateo, cuando empiezan a ponerse de pie y a caminar.

Este calzado es ligero, flexible y garantiza cierta estabilidad del pie, para permitir gatear y dar los primeros pasos. A menudo, los zapatos que se utilizan en esta etapa son demasiado rígidos y el talón, explica Juan Carlos González, “se les clava al gatear”.

Los bomberos también se beneficiarán de los proyectos del IBV, ya que se propone mejorar sus trajes para que regulen la temperatura y el sudor y logren más confort térmico. “Prácticamente no hay bomberos con quemaduras, en cambio, sí sufren sudoración y golpes de calor”, expone González.

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