La CE comprobará si algunos aditivos, conservantes y colorantes causan hiperactividad

Un estudio británico observa diferencias de conducta entre los niños que consumen refrescos y golosinas con determinadas mezclas
Por EROSKI Consumer 7 de septiembre de 2007

La mayoría de bebidas refrescantes y comidas preparadas destinadas al público infantil, entre ellas los caramelos y las golosinas, contienen los colorantes y conservantes que han sido analizados por el organismo británico Food Standards Agency (FSA), que ha llegado a la conclusión de que pueden provocar hiperactividad en los niños, sobre todo en los más pequeños.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), dependiente de la Comisión Europea, va a estudiar esta posible relación entre hiperactividad infantil y una serie de colorantes y conservantes. Esta decisión se ha tomado después de conocer el estudio hecho por la FSA, realizado a más de 300 niños entre 3 y 9 años y en el que se han apreciado importantes diferencias en la conducta de los menores que han consumido bebidas de fruta que contienen una mezcla de determinados colorantes y conservantes.

Jim Stevenson, el investigador británico de la Universidad de Southampton que ha realizado el estudio, afirma en que «los datos demuestran que los efectos de la combinación de estos aditivos no se aprecian en los niños que sufren casos extremos de hiperactividad, sino que éstos aparecen entre los niños sanos», en aquellos que no tienen un diagnóstico de déficit de atención.

Los aditivos que han sido objeto de estudio son los E110 o color naranja, E122 o color carmesí, E102 o color amarillo, E124 o rojo 4R, E211 o conservante de benzotato de sodio, entre otros. El estudio no señala las marcas comerciales que llevan la mezcla de estos aditivos aunque la mayoría de las bebidas comercializadas los tienen.

En Europa está vigente desde el año 2000 una Directiva que armonizó la regulación sobre conservantes, colorantes y antioxidantes que pueden contener los alimentos que se venden en la Unión Europea. Ante la alarma que puede provocar el hecho de que los niños europeos puedan estar consumiendo sustancias nocivas para su salud, se Bruselas se ha apresurado a encargar un estudio sobre el asunto y, si éste llega a la misma conclusión que el británico, se prohibirán los mencionados aditivos o las combinaciones concretas que provoquen esos efectos.

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