Si hasta ahora pensábamos que los besos eran un simple gesto de amor, puede que al final no sean tan bondadosos como parecen. Según un prestigioso dentista de Beverly Hills, Laurence R. Rifkin, a través de los besos se pueden transmitir las bacterias que provocan la caries. Así pues, en actos tan cotidianos como compartir un alimento, una cuchara o un cuchillo entre dos personas se está en riesgo de contraer las bacterias de la caries.
La bacteria suele encontrarse en la placa dental de los individuos infectados. Un sencillo test de saliva puede servir para determinar que individuos son portadores de la bacteria y están expuestos al riesgo de caries, entre ellos, la familia y los más allegados a la persona. El propio Rifkin indica que «reducir la concentración de bacterias en la superficie de los dientes» y que todos los pacientes deberían ser tratados con productos fluorados que incrementen la resistencia de los dientes ante la caries y los ácidos.