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El escrito de Naciones Unidas incluye la capacidad de decidir el lugar de residencia, su ubicación y las personas con las que conviven. También recoge el derecho al acceso a servicios de asistencia domiciliaria o residencial y otros de apoyo para la vida en comunidad, como la asistencia personal. Y un tercer eje es la disposición de servicios comunitarios en igualdad de condiciones que la población general.
Además, en España, contamos con la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención de las Personas en Situación de Dependencia (LAPAD) y la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y su inclusión social.
Vida independiente: todavía mucho por hacer
A pesar de los indiscutibles avances legislativos, el concepto de “vida independiente” sigue siendo hoy objeto de reivindicación, puesto que este no se circunscribe a la decisión individual de la persona, sino que depende de otros factores como las políticas públicas, las redes de apoyo comunitarias o el entorno familiar y social.
Fruto de ese activismo vemos cómo se han puesto en marcha nuevos modelos de vida independiente basados en diferentes líneas de actuación, abandonando los modelos paternalistas y asistencialistas.
La importancia de la asistencia personal
Una de ellas es la apuesta por la figura profesional de asistencia personal. Su servicio permite apoyar a la persona con discapacidad para optimizar su calidad de vida, mejorando su independencia respecto a sus familias a la vez que se favorece la desinstitucionalización y su inclusión.
La asistencia personal asegura que la voluntad de las personas sea respetada y por tanto puedan decidir sobre todos los aspectos de su vida. Por eso, las tareas de esta figura siempre son previamente pactadas entre la persona que asiste y la persona que recibe los apoyos. Estas labores pueden estar relacionadas con una o varias de las actividades de la vida humana (aseo, alimentación, limpieza, uso de electrodomésticos, acompañamiento en ocio, comunicación, planificación, acompañamiento al trabajo, ayuda en la toma de decisiones…).
Definir la figura de la asistencia personal
Conscientes del desconocimiento social acerca de esta figura y la ausencia de un marco metodológico de asistencia personal, el movimiento asociativo del daño cerebral ha publicado un cuaderno técnico que lleva por nombre ‘Promoción de la vida independiente a través de la asistencia personal en el daño cerebral’. Esta publicación pretende ayudar a diseñar proyectos de asistencia personal y aportar conocimiento sobre este servicio.
Al mismo tiempo, ha llevado a cabo una formación acreditada por La Salle Centro Universitario y el CERMI (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad) destinada a asistentes personales con especialización en daño cerebral adquirido, con el fin de contar con profesionales capacitados para brindar los apoyos necesarios. Este hecho es especialmente importante si tenemos en cuenta la dificultad para contratar perfiles profesionales suficientemente formados para ejercer como asistentes personales.
Popularizar el servicio de asistencia

Todo ello ha permitido pilotar diversas experiencias de asistencia personal con personas con daño cerebral adquirido en el marco del Proyecto Rumbo. De esta forma, se han visto realizados parte de los proyectos vitales de personas con daño cerebral adquirido respetando sus propósitos, objetivos y metas.
Los resultados positivos evidencian la necesidad de seguir implementando acciones para popularizar el servicio, ya que, a pesar de ser un derecho adquirido y reconocido —y suponer una prestación a la que se puede acceder tanto por vía privada como pública—, la asistencia todavía está poco desarrollada.
Tal es así que, a menudo, se confunde con otros tipos de apoyos como son los cuidados familiares, la asistencia domiciliaria o los cuidados institucionales. Además, si hablamos del acceso por vía pública conviene saber que las comunidades autónomas establecen diferentes requisitos para obtener dicha prestación y, además, pueden existir incompatibilidades con otras prestaciones.
Los servicios sociosanitarios de proximidad
Otra apuesta del tejido asociativo del daño cerebral adquirido es la prestación de servicios sociosanitarios de proximidad. Esta línea de actuación, fundamental para garantizar la autonomía y prevenir situaciones de dependencia e institucionalización no deseada, es pionera en algunos territorios como Galicia.
De esta forma se inició el pilotaje de la prestación de servicios de atención terapéutica que incluían logopedia, terapia ocupacional, psicología y trabajo social para personas con necesidades de apoyos y cuidados de larga duración no cubiertos por el sistema de atención. Los resultados de esta experiencia concluyen que estos servicios permiten mejorar el bienestar físico, emocional y material, tanto de las personas con daño cerebral como de su entorno.
El principal reto del futuro es consolidar y ampliar dicho servicio, así como hacerlo accesible a todas las personas con daño cerebral adquirido, con especial atención a las zonas rurales.
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Artículo escrito por Noelia Rivadas López, logopeda, técnica de formación y responsable de calidad de Dano Cerebral Galicia.