Naciones Unidas pide medidas para controlar el comercio ilegal de órganos

Un informe de la organización indica que el tráfico de órganos podría estar detrás de entre el 5% y el 10% de todos los trasplantes renales que se practican cada año en el mundo
Por EROSKI Consumer 14 de octubre de 2009

Naciones Unidas reclamó ayer a los países miembros que tomen medidas para controlar el comercio ilegal de órganos y fomentar la donación. La organización hizo este llamamiento durante la presentación de un informe que analiza el fenómeno del tráfico de órganos, tejidos y células. El trabajo ha sido realizado en conjunto con el Consejo de Europa y con la colaboración de la Organización española de Trasplantes.

El documento indica que el tráfico de órganos podría estar detrás de entre el 5% y el 10% de todos los trasplantes renales que se practican cada año en el mundo. El comercio ilegal se plantea entre las personas de países ricos del hemisferio norte que quieren saltarse la lista de espera de su país y naciones en vías de desarrollo. Pakistán, Filipinas, Egipto, Sudán, Venezuela, Paraguay son algunos de los paraísos del llamado «turismo de trasplante». La mayoría son enfermos en busca de un riñón que viajan para encontrar órganos de donantes locales por una cifra que oscila entre los 70.000 y los 160.000 dólares.

Además, la representante del Consejo de Europa, María Ratanen, señaló que la legislación interna de muchos países sufre de un «vacío legal» en esta materia. El informe recomienda incluir como un principio fundamental en todas las legislaciones nacionales la prohibición explícita de generar ganancias económicas con la venta de cuerpos u órganos humanos. También se pide promover la donación de órganos y llevar a cabo medidas concretas para facilitar su disponibilidad. En este sentido, Naciones Unidas puso como ejemplo el modelo español de trasplante, basado en donaciones altruistas.

España es el mayor donante de órganos europeo, con 33 donaciones por cada millón de personas, seguida de Bélgica, con 28,2 donaciones, y de Francia, con 25,3.

Arthur Caplan, responsable del Centro de Bioética de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos), atribuyó el éxito del programa español a la aplicación del principio de la «presunción de donante», por la que toda persona es un donante en potencia mientras no exprese lo contrario. Además, destacó la existencia de muchos hospitales con profesionales en la materia.

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