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¿Qué es el carbón activado y para qué sirve?
El carbón activado es un potente agente purificador y adsorbente con aplicaciones médicas, industriales y domésticas. En el ámbito sanitario, se emplea en hospitales para tratar intoxicaciones o sobredosis, ya que retiene toxinas en el tracto digestivo e impide su absorción. En dosis controladas, también se utiliza para aliviar gases y ciertos trastornos digestivos. Y hay quienes lo añaden a las comidas para «depurar el organismo» o con fines adelgazantes, si bien esta es una práctica de riesgo.
Más allá de la salud, desempeña un papel clave en los sistemas de filtración de agua, tanto domésticos como industriales, donde elimina cloro, pesticidas y otras impurezas. Asimismo, está presente en purificadores de aire y mascarillas; neutraliza olores, gases nocivos y compuestos contaminantes. En la industria alimentaria y química, se usa para mejorar y limpiar productos, por ejemplo, en la decoloración de líquidos o el refinado de bebidas destiladas, al eliminar impurezas sin alterar su calidad.
Formulación de las pastas dentales con carbón activado
Las pastas dentales con carbón activado están elaboradas a partir de carbón vegetal finamente pulverizado, procedente habitualmente de fuentes naturales como cáscaras de coco, madera o turba. Este material se caracteriza por su alta porosidad y su capacidad de adsorber impurezas y manchas superficiales.
Para completar su fórmula, estas pastas de dientes incorporan otros ingredientes habituales en los dentífricos, como los siguientes:
- Sílice hidratada: actúa como un agente limpiador suave.
- Glicerina y sorbitol: aportan textura y mantienen la humedad.
- Agentes espumantes: facilitan la distribución de la pasta durante el cepillado.
- Aromas naturales o mentol: dan frescor y mejoran el sabor de la pasta.
- Xilitol o flúor: fundamentales para proteger los dientes y prevenir la caries.
Ventajas del carbón activado en las pastas dentales
El carbón activado se ha vuelto un ingrediente cada vez más frecuente en productos de cuidado personal como jabones, mascarillas, champús o exfoliantes. Su característica más destacada es su alta porosidad, que le confiere una notable capacidad para adsorber impurezas y eliminar manchas superficiales con eficacia.
En el ámbito de la salud bucodental, las pastas dentales con carbón activado se presentan como una alternativa más natural frente a los blanqueadores químicos. Se les atribuye no solo un efecto blanqueador más suave, sino también beneficios como la reducción de la placa bacteriana, la mejora del mal aliento y, en algunos casos, un apoyo a la salud de las encías gracias a la eliminación de toxinas e impurezas acumuladas en la boca.

Riesgos de las pastas dentales de carbón activado
A pesar de sus supuestos beneficios, los dentífricos con carbón activado generan numerosas dudas entre los expertos. Dentistas y sociedades científicas advierten que su uso habitual puede resultar más perjudicial que beneficioso.
🦷 Abrasividad excesiva
El carbón activado es un material altamente abrasivo que, con el uso frecuente, puede desgastar el esmalte dental. Este desgaste expone la dentina, que tiene un tono amarillento y es más sensible, lo que afecta tanto la estética como la salud dental.
🦷 Mayor sensibilidad
La pérdida de esmalte deja los nervios dentales menos protegidos, lo que incrementa la sensibilidad frente al frío, calor, sabores dulces o ácidos.
🦷 Daños en las encías
El polvo fino del carbón puede irritar e inflamar los tejidos blandos, causando inflamación, sangrado y retracción gingival.
Una revisión científica publicada en 2023 analizó más de 200 estudios sobre el tema. Su conclusión principal fue que estas pastas no solo blanquean menos que otras alternativas, sino que además presentan un alto riesgo de abrasión, lo que podría comprometer la salud del esmalte dental.
¿Qué tener en cuenta al elegir una pasta de dientes?
La elección de una pasta dental no debe basarse en modas virales ni en la publicidad, sino en productos que realmente protejan la salud bucodental. Es fundamental que la pasta contenga flúor, con una concentración mínima de 1000 partes por millón (ppm) —en adultos, lo idóneo es alrededor de 1350 ppm—, ya que este mineral fortalece el esmalte y previene las caries.
Más allá de esto, la elección dependerá de las necesidades específicas de cada persona. Existen pastas formuladas para dientes sensibles, encías inflamadas o con propiedades antisépticas. En cualquier caso, se recomienda evitar fórmulas excesivamente abrasivas que puedan dañar el esmalte con el uso continuado.
También es importante tener expectativas realistas: los dientes no son de un blanco puro, sino de un tono marfil, y su color depende tanto de la genética como de los hábitos de vida. Factores como el consumo de café, tabaco o una higiene oral deficiente pueden oscurecerlos, pero no existen soluciones milagrosas para blanquearlos.
Como señala el doctor Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas de España, “lo primordial es mantener una buena salud bucodental, cepillándose los dientes como mínimo dos veces al día con pasta dentífrica fluorada y acudir a revisiones periódicas con el dentista quien, además, es el profesional indicado para asesorar sobre los diferentes tipos de blanqueamiento dental que existen”.