Cómo se detecta y diagnostica la enfermedad celíaca

Casi 8 de cada 10 personas con enfermedad celíaca no saben que tienen esta patología. Te explicamos cuáles son las pruebas para diagnosticarla
Por María Corisco 27 de mayo de 2021
pruebas para diagnosticar celiaquía

La enfermedad celíaca (EC) es una enfermedad multisistémica con base autoinmune provocada por el gluten y las prolaminas relacionadas, que afecta a personas genéticamente susceptibles. Según cálculos de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE), alrededor del 1 % de la población de Europa tiene celiaquía, una patología que, además, tiene el doble de prevalencia entre las mujeres que entre los hombres. Sin embargo, un porcentaje importante de pacientes (75 %-80 %) está sin diagnosticar. ¿Por qué? Además de que te lo explicamos a continuación, te contamos en qué consisten las pruebas para detectar la celiaquía.

Para que exista un diagnóstico, previamente tiene que haber una sospecha de enfermedad. Y esta sospecha muchas veces no se da, advierte Izaskun Martín-Cabrejas, coordinadora de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE) y doctora en Seguridad Alimentaria: “Hay médicos que continúan pensando en la celiaquía como en una enfermedad de niños con diarreas. Hay que ir más allá, porque se trata de una enfermedad sistémica relacionada con otras patologías metabólicas, óseas, dermatológicas…”. Con ella coincide el pediatra del Servicio Andaluz de Salud, Cristóbal Coronel, para quien el diagnóstico de celiaquía, ya en la edad adulta, “fue una salvación. Porque los celíacos a menudo somos tratados de enfermedades que no tenemos, y se peregrina de una consulta a otra”.

Pruebas para diagnosticar la celiaquía

Una vez existe esa sospecha, hay un proceso de pruebas para encontrar ese diagnóstico:

📌 Pruebas serológicas

Se pueden realizar desde Atención Primaria y en ellas se buscan anticuerpos específicos en sangre: anticuerpos antigliadina (AGA), anticuerpos antiendomisio (EMA), anticuerpos antitransglutaminasa tisular (AAtTG) y deamidada (DGP). Estos marcadores son muy útiles para el diagnóstico, especialmente cuando no hay síntomas digestivos. No obstante, que los resultados sean negativos no excluye que haya enfermedad celíaca, y habrá que hacer otras pruebas.

📌 Pruebas genéticas

Casi la totalidad de los pacientes celíacos son positivos en los genes HLA-DQ2 o HLA-DQ8. Por eso, el estudio genético tiene un alto valor predictivo negativo: si el paciente no es positivo, casi con toda certeza no será celíaco.

📌 Pruebas anatomopatológicas

Todos los celíacos tienen atrofia en las vellosidades intestinales. Por tanto, la biopsia intestinal es el patrón de oro para establecer el diagnóstico y, además, medir el estadio de la lesión. Como se trata de una prueba invasiva y molesta, se suele omitir en aquellos niños en los que las pruebas serológicas y genéticas han resultado positivas.

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