Gripe bajo vigilancia

Según datos de la Comisión Europea, en una epidemia estacional normal cae enferma entre el 5% y el 10% de la población
Por Montse Arboix 15 de enero de 2008
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Imagen: Mussels

Como en cada temporada, coincidiendo con la bajada de temperaturas del mes de diciembre, han aumentado los casos de gripe en España, especialmente en las comunidades autónomas del norte de la península, donde la disminución es más acusada. Así, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Navarra y La Rioja han alcanzado ya la situación epidémica. Y los expertos prevén que la incidencia aumente a partir de esta semana.

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El mayor número de afectados por el virus de la gripe se ha dado entre el grupo de edad de menores de quince años. Según informa el Gobierno de Navarra, por encima de 64 años, que es el tramo de edad donde se ha llevado a cabo un programa universal de vacunación, no se ha registrado ningún caso de gripe. Por este motivo, los expertos están de acuerdo en que la vacuna para la prevención de la gripe es eficaz.

El tipo de virus gripal detectado más frecuente es el A (H1) aunque también hay circulación intensa del virus respiratorio sincitial que ofrece síntomas idénticos a la gripe. Pese a este súbito ascenso, las autoridades sanitarias consideran moderados los niveles de afectados por la gripe. «Los marcadores centinelas de las dos últimas semanas hacen prever que habrá una incidencia más alta de virasis, infección por virus» según Román Julià, jefe del servicio de urgencias del Hospital de Sant Celoni (Barcelona), aunque insiste, «no específicamente de gripe». De momento, se mantienen las medidas habituales respecto a la temporada pasada. Pese a que los marcadores son indirectos y diferentes en cada una de las zonas geográficas, el experto pide prudencia.

Vigilancia de la gripe en España

Desde 1968, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva a cabo un control virológico y epidemiológico del virus de la gripe mediante una red de 110 Centros Nacionales de Gripe repartidos en varios países, con el objetivo de aislar los virus gripales de cada zona geográfica. Estos virus son comparados entre sí para detectar las nuevas variantes y seleccionar las que deben ser incluidas en la vacuna preventiva de la temporada siguiente.

Pese a este súbito ascenso, las autoridades sanitarias consideran moderados los niveles de afectados por la gripe

En España, siguiendo esta línea, se encuentra el Sistema de Vigilancia de la Gripe en España (SVGE) del Grupo de Vigilancia de la Gripe en España, que forma parte de la red europea que se creó en 1992 auspiciada por la OMS y financiada por la Unión Europea. Durante la temporada 2006 y 2007, la totalidad de las comunidades autónomas, exceptuando Melilla, se han implicado en el SVGE que, actualmente, integra 16 redes de médicos centinela, cada una con un laboratorio virológico para aislar el virus.

Por otro lado, el virus respiratorio sincitial (VRS) está considerado como el principal agente viral de enfermedades respiratorias graves, sobre todo, en población infantil, adolescente y anciana. En alguna ocasión se ha observado que la epidemia de VRS se interrumpe con la aparición de la del virus gripal. Esta ‘interrupción’, según los expertos, podría determinar el inicio de la epidemia estacional de gripe. Por este motivo, el Sistema Europea de Vigilancia de la Gripe (EISS, en sus siglas inglesas) está realizando una investigación de los datos europeos disponibles sobre el VRS y su probable utilización como sistema de vigilancia.

La gripe en Europa

En los últimos ocho años (de 1999 a 2007), la actividad de la gripe en la Unión Europea ha sido bastante amplia, según recoge el Sistema Europeo de Vigilancia de la Gripe (EISS). El objetivo de esta iniciativa europea es determinar las características epidemiológicas de la actividad gripal. Para ello, los expertos han recogido datos clínicos y virológicos sobre los meses con mayor incidencia y la duración de los síntomas. A principios de 2007, la mayoría de las detecciones del virus de la gripe en Europa se registraron en Francia, Reino Unido, Grecia, Noruega, Escocia, España, Suecia y Suiza.

En total, la red EISS recibe datos procedentes de 30 países miembros, que analizan la actividad clínica, la propagación geográfica y los tipos de virus. La información está disponible para todos los países, que tienen así una herramienta eficaz a la hora de establecer planes de vigilancia rápida. Asimismo, y en colaboración con el Centro de Control y Prevención de Enfermedades europeo de Estocolmo, se encarga de evaluar la propagación de las variantes del virus de la gripe y su posible impacto. La idea es que el EISS funcione como un «laboratorio comunitario de referencia para la gripe humana».

LA VACUNA, CLAVE EN LA PREVENCIÓN

La vacunación está considerada la mejor manera de evitar la enfermedad, especialmente para aquellas personas con alto riesgo de sufrir complicaciones y las que están en contacto con estos grupos. El protocolo para la vigilancia de la gripe, aprobado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, establece grupos de población en los que se recomienda la vacunación. En líneas generales, estos grupos son:

  • Personas mayores de 65 años.
  • Enfermos crónicos pulmonares, cardiovasculares, renales, diabéticos, trasplantados e incluso asmáticos.
  • Adultos y niños inmunodeprimidos.
  • Embarazadas en el segundo o tercer trimestre durante la temporada gripal.
  • Personas que conviven en residencias, instituciones o centros que prestan asistencia a enfermos crónicas de cualquier edad.
  • Profesionales sanitarios y parasanitarios, tanto de atención primaria como hospitalaria.
  • Personas que, por su ocupación, prestan servicios comunitarios como policías, bomberos o personal de protección civil, entre otras.
  • Viajeros internacionales.

El inicio de la vacunación dependerá de la época en que comience a circular el virus. Pese a que es recomendable vacunarse entre octubre y noviembre ya que la vacuna es efectiva a los quince días, los médicos aconsejan, a los grupos de alto riesgo que no se han visto afectados, que se vacunen si aún no lo han hecho.

EVITAR LA TRANSMISIÓN

Otra forma de evitar la transmisión del virus consiste en taparse la boca al toser o estornudar, preferentemente con pañuelos desechables y no con las manos. Además, es aconsejable lavarse las manos frecuentemente, especialmente después de estornudar o toser, y evitar reutilizar los pañuelos usados al estornudar.

Debe evitarse el contacto con personas con gripe, y los locales cerrados o aglomeraciones, lugares de fácil transmisión.

El tratamiento consiste, fundamentalmente, en aliviar los síntomas, mediante reposo, ingesta de líquidos (agua, zumos, infusiones y caldos, entre otros) y, si no existen contraindicaciones, tomar antitérmicos.

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