Qué es la hipertensión pulmonar y cuáles son sus síntomas

En el mes de la concienciación sobre la hipertensión pulmonar, te explicamos en qué consiste esta enfermedad, cómo se detecta y qué puedes hacer para cuidarte
Por Fundación Lovexair, Eva Maroto López 22 de mayo de 2025
hipertensión pulmonar
La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias mientras circula. Su valor se relaciona con la cantidad de sangre que bombea el corazón y la resistencia que oponen las arterias al paso de la sangre a través de ellas. Cuando esta presión se eleva por encima de lo normal, hablamos de hipertensión. Pero ¿sabías que la hipertensión también se relaciona con el aparato respiratorio? En mayo, mes de concienciación sobre la hipertensión pulmonar, te explicamos en qué consiste esta enfermedad rara, cómo se detecta y qué puedes hacer para cuidarte.

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El aparato circulatorio

El aparato circulatorio es un conjunto de órganos y vasos que se encarga de distribuir la sangre por nuestro cuerpo. Gracias a ella lleva nutrientes, oxígeno y hormonas a todas las células y recoge las sustancias de desecho para ser eliminadas. Se divide en dos partes:

  • circulación pulmonar o menor: lleva la sangre desde el corazón a los pulmones.
  • circulación sistémica o mayor: distribuye la sangre desde el corazón al resto de órganos.

¿Qué es la hipertensión pulmonar?

El corazón está dividido en cuatro cavidades: dos superiores llamadas aurículas y dos inferiores llamados ventrículos. El ventrículo derecho es el encargado de enviar sangre pobre en oxígeno hacia los pulmones a través de las arterias pulmonares. Allí se oxigena para volver al corazón y repartirse al resto del cuerpo.

Cuando las arterias pulmonares se engrosan, se estrechan o se vuelven rígidas, la sangre no fluye con normalidad. Esta resistencia eleva la presión dentro de las arterias pulmonares, provocando hipertensión pulmonar. Como consecuencia, el corazón debe esforzarse más para bombear sangre hacia los pulmones, lo que con el tiempo puede derivar en insuficiencia cardíaca.

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Imagen: iStock

Causas comunes

El daño en las arterias pulmonares se puede producir por varias causas como las siguientes:

  • Mutaciones genéticas.
  • Alteraciones de las ramas más pequeñas a nivel del pulmón.
  • Problemas que afectan al corazón, especialmente a su lado derecho.
  • Enfermedades pulmonares como la EPOC o la fibrosis.
  • Falta de oxígeno.
  • Coágulos de sangre que pueden bloquear el paso de la misma por las arterias.
  • Problemas cardiacos de nacimiento.

Síntomas frecuentes de la hipertensión pulmonar

Los síntomas que pueden aparecer son:

  • Dificultad para respirar, tanto durante un esfuerzo como en reposo.
  • Dolor en el pecho, angina, especialmente durante el ejercicio físico.
  • Sensación de fatiga excesiva.
  • Disminución progresiva de la capacidad de ejercicio.
  • Debilidad.
  • Mareos o síncopes.
  • Pulso acelerado.
  • Hinchazón de abdomen, tobillos o piernas por acumulación de líquidos.
  • Tos.
  • Hemoptisis: expulsión de sangre procedente del aparato respiratorio.
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Imagen: Vlada Karpovich

¿Cómo se diagnostica?

Básandose en estos síntomas, y ante la sospecha de hipertensión, los médicos pueden realizar las siguientes pruebas clínicas:

  • Radiografía de tórax, que permite ver el aumento de tamaño en las arterias pulmonares.
  • Ecocardiografía y electrocardiografía para detectar problemas en el lado derecho del corazón.
  • Pruebas de función pulmonar para determinar la extensión del daño pulmonar. 
  • Gasometría para evaluar los niveles de oxígeno en sangre.
  • Prueba de marcha de seis minutos para conocer la capacidad de ejercicio y resistencia.
  • Cateterismo del corazón para medir directamente la presión arterial en el ventrículo derecho y en la arteria pulmonar.
  • Tomografía computarizada torácica de alta resolución que permitirá conocer más detalladamente las lesiones pulmonares.
  • Análisis de sangre para identificar la existencia, si las hubiera, de enfermedades autoinmunes.
  • Angiografía por tomografía computarizada para detectar la presencia de coágulos de sangre en los pulmones.
  • Análisis genético para buscar posibles causas de hereditarias.

Clasificación de la hipertensión pulmonar

Esta patología se clasifica en 5 grupos:

  • Grupo 1. Hipertensión arterial pulmonar.
  • Grupo 2. Hipertensión pulmonar secundaria a cardiopatía izquierda.
  • Grupo 3. Hipertensión pulmonar secundaria a enfermedad pulmonar.
  • Grupo 4. Hipertensión pulmonar secundaria a obstrucción en la arteria pulmonar.
  • Grupo 5. Hipertensión pulmonar de causa desconocida o múltiple.

Tratamiento para la hipertensión pulmonar

El tratamiento se centra en la causa: si esta es conocida, se aplican tratamientos para aliviar los síntomas y para prevenir y tratar complicaciones.

  • Para disminuir la presión de la sangre en las arterias pulmonares, se utilizan vasodilatadores. Estos pueden mejorar la calidad de vida de las personas afectadas, aumentar su supervivencia y retrasar la necesidad de trasplante de pulmón.
  • Para ayudar al ventrículo derecho a mantener una cantidad adecuada de sangre en cada latido y disminuir la retención de líquido de las piernas, se pueden prescribir diuréticos.
  • En los casos en los que la concentración de oxígeno sea baja, podrá pautarse tratamiento de oxigenoterapia con el fin de reducir la presión de sangre en las arterias pulmonares y ayudar a aliviar la sensación de ahogo.
  • En los casos más graves podría ser necesario realizar un trasplante de pulmón.
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Imagen: kalhh

¿Cuáles son los factores de riesgo?

Estos son los factores que pueden incrementar el riesgo de padecer hipertensión pulmonar:

  • Edad.
  • Entorno. La contaminación ambiental, como la exposición a asbestos, y las infecciones causadas por parásitos pueden aumentar el riesgo.
  • Antecedentes familiares y genética.
  • Hábitos de vida no saludable, como tabaquismo y consumo de drogas.
  • Medicamentos para el tratamiento del cáncer y la depresión.
  • Género. Es más frecuente en mujeres.
  • Enfermedades de la infancia. Pulmones insuficientemente desarrollados, defectos cardiacos o displasia broncopulmonar incrementan el riesgo.

La importancia de los cambios en el estilo de vida

Para mejorar la evolución de la enfermedad es recomendable que las personas con hipertensión pulmonar lleven a cabo algunos cambios en su estilo de vida, entre ellos:

  • Elegir alimentos cardiosaludables.
  • Realizar actividad física con regularidad.
  • Dejar de fumar y evitar que fumen en su presencia.
  • Mantener actualizado su calendario de vacunación.

Conocer cuáles son los factores que están afectando a tu salud pulmonar es muy importante. Por ello te invitamos a conocerlos respondiendo el cuestionario Checkair. Si tienes cualquier duda sobre este u otro tema relacionado con la salud pulmonar, puedes contactar con Fundación Lovexair escribiendo aquí.

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