Cómo se manifiesta la EPOC en las mujeres

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En el pasado, la EPOC fue considerada como una enfermedad de hombres. Hoy, esto está cambiando. Cada vez más mujeres están expuestas a la contaminación ambiental y sustancias perjudiciales, entre otras razones, a raíz de su incorporación al mundo laboral. 

El humo producido por la quema de biomasa (carbón, madera, entre otros) al cocinar o calentar los hogares es una de las principales causas de EPOC entre las mujeres en los países menos desarrollados.

Pero como principal causa figura el aumento del consumo de tabaco, al que las mujeres son más vulnerables y susceptibles debido a una combinación entre factores genéticos y hormonales, y a un menor tamaño de las vías respiratorias en comparación con las del hombre.

Desde la infancia, las niñas expuestas al humo del tabaco o a la contaminación ambiental experimentan un mayor deterioro pulmonar que los niños, por lo que todo parece indicar que la EPOC no va a ser igual en ambos sexos. Según el National Heart, Lung and Blood Institute, las mujeres tienen más probabilidad de recibir un diagnóstico de EPOC grave antes de los 55 años.

Cuando una persona padece EPOC, sus vías respiratorias (bronquios) se inflaman y tienen a producir más secreciones de lo normal, lo que hace que el paso del aire a través de ellas se vea dificultado por la obstrucción producida. Esto da lugar a síntomas típicos de la EPOC como la disnea o sensación de ahogo, la tos o el aumento de secreciones.

La disnea es un factor pronóstico que va a determinar la calidad de vida de los pacientes y su supervivencia. Hay estudios que demuestran que las mujeres presentan más sensación de ahogo que los hombres con el mismo grado de obstrucción y menor exposición al humo del tabaco.

En cambio, las mujeres presentan menos tos y menos expectoración que los hombres.

La obstrucción de las vías respiratorias puede producir ruidos en el pecho al paso del aire en forma de pitos (sibilancias) que pueden llegar a escucharse sin necesidad de utilizar un fonendoscopio. Este síntoma también es más común en las mujeres, debido a que se produce una mayor afectación de los bronquios que hace que reaccionen cerrándose cuando respiran alguna sustancia irritante (hiperreactividad bronquial). Esto se relaciona con el mayor número de mujeres con EPOC que también presentan asma.

Hay estudios que demuestran que hay más probabilidad de padecer una EPOC precoz y grave en aquellas mujeres hijas de fumadoras o con enfermedades respiratorias. 

En las personas con EPOC es muy importante mantener un peso saludable para evitar complicaciones. Si comparamos a ambos sexos, se ve que el estado nutricional en las mujeres suele ser peor que en los hombres.

Durante la vida de una persona con EPOC se producen agudizaciones (episodios de empeoramiento) que terminan por mermar la salud de la persona, favoreciendo el avance la enfermedad y aumentando el riesgo de muerte. En el caso de las mujeres estas son más frecuentes.

La calidad de vida de la mujer con EPOC, comparada con la de los hombres, también es peor debido a una aparición de síntomas a edades más tempranas con un grado de obstrucción menor.

Muchas veces las enfermedades no vienen solas y se producen comorbilidades. Aparecen otros problemas de salud que a la larga van a incluir de forma negativa en el pronóstico de los pacientes. En el caso de la EPOC, las más frecuentes son las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la osteoporosis o los trastornos de ansiedad y depresión. 

Aquí también hay diferencias entre hombres y mujeres. Mientras que los problemas cardiacos, como la angina de pecho o el infarto son más frecuentes en los varones; la diabetes, la insuficiencia cardiaca y la osteoporosis lo son más entre las mujeres.

Pero se tiene que prestar especial atención a la ansiedad y a la depresión, debido a que las mujeres presentan niveles muy superiores de ambos, lo que ocasiona:

• un mayor riesgo de agudizaciones con hospitalizaciones más largas.
• una adicción al tabaco más fuerte.
• sedentarismo.
• una menor adherencia al tratamiento.
• un incremento de la mortalidad.

La EPOC no tiene cura, pero sí puede prevenirse y tratarse. La principal medida de prevención consiste en estar alejado del humo del tabaco, del producido al quemar biomasa y de los lugares contaminados. Además, es recomendable llevar una alimentación adecuada y mantenernos activos física y mentalmente.

En caso de ser diagnosticado de EPOC, llevar un correcto tratamiento resulta esencial para detener su evolución. Por ello es necesario:

• Dejar de fumar o evitar el contacto con el humo del tabaco. Lo mismo ocurre con vapeadores, los cigarrillos electrónicos, las pipas de agua, etc.
• Evitar, en la medida de lo posible, cocinar o calentar el hogar con combustibles biomasa y la contaminación atmosférica.
• Tomar la medicación tal y como lo ha pautado el médico. La medicación que suele utilizarse para tratar los pulmones se administra a través de inhaladores. Es fundamental que la técnica de inhalación se realice correctamente, porque si no, la medicación no llegará a todo el pulmón. Validar cada cierto tiempo si se está haciendo bien con el médico o el personal de enfermería es muy recomendable.
• Mantener los pulmones limpios de secreciones con ejercicios de fisioterapia respiratoria.
• Aprender a controlar los síntomas
• Vacunarse para prevenir infecciones como la gripe o la neumonía que pueden agravar la EPOC.
• El tratamiento con oxigenoterapia se pautará a aquellas personas con bajos niveles de oxígeno en sangre en reposo. Cumplir con las horas de tratamiento marcado hará que la persona reciba el aporte de oxígeno necesario para su día a día.
• Realizar ejercicio físico.
• Comer de forma saludable.
• Descansar las horas suficientes.

📧 Si tienes EPOC o conoces a alguien con este problema, te invitamos a contactar con nuestros fisioterapeutas respiratorios para aclararte todas las dudas que tengas.