¿Qué puedes hacer para prevenir un ahogamiento?

Para evitar ahogamientos debes ser precavido y respetar las normas, mejorar tus habilidades en el agua y no mezclar alcohol y actividad acuática
Por Blanca Álvarez Barco 15 de agosto de 2019
Ahogamientos
Imagen: Geralt

Niños, jóvenes, adultos y mayores. Todos pueden ser víctimas de un ahogamiento. Incluso aunque sepan nadar. Las cifras de ahogados son estremecedoras cada verano, y son pérdidas que podrían evitarse en gran medida cambiando algunas actitudes. Como te explicamos en este artículo, desarrollar habilidades para manejarte en el agua, seguir las normas de quienes velan por tu seguridad o nunca mezclar alcohol y otras drogas con la actividad acuática, puede ser vital para evitar ahogamientos. Además, si se produce un accidente, conocer técnicas de reanimación es, en muchos casos, la diferencia entre la vida y la muerte.

Saber nadar: imprescindible, pero no suficiente

Julio de 2019: 106 ahogamientos. Se trata de “la cifra más elevada para el mes de julio de los últimos años, superando ampliamente los 90 fallecidos que hubo en Julio de 2107, un año que fue especialmente luctuoso con 544 víctimas (la media anual se mantiene en 300)”, como señalan desde el proyecto Ahogamiento.com, promovido por AETSAS (Asociación Española de Técnicos en Salvamento Acuático y Socorrismo) y ESS (Escuela Segoviana de Socorrismo), dos organizaciones que investigan y trabajan en la lucha contra el ahogamiento. ¿Cómo reducir estas cifras y prevenir un ahogamiento?

Imagen: Wileylong

Aprender a nadar y mantenerse a flote en el agua es imprescindible para evitar ahogamientos, pero conviene ir más allá. Como se pregunta Luis Pascual-Gómez, profesor de Salvamento Acuático y uno de los investigadores del citado proyecto, “¿Qué significa saber nadar cuando hablamos de seguridad en el agua y del riesgo de sufrir un ahogamiento?”  No es solo ser capaz de nadar una distancia determinada sin pararnos ni tocar el fondo.

Para, de verdad, prevenir ahogamientos es imprescindible hablar de competencia acuática, concepto que comprende una serie de habilidades dentro del agua:

  • Saber entrar y salir del agua en diferentes entornos.
  • Ser capaz de flotar y desplazarse en el agua propulsándose con brazos y piernas.
  • Ser capaz de sumergir la cabeza y el cuerpo.
  • Poder contener la respiración.
  • Desenvolverse en situaciones comprometidas, como por ejemplo caer al agua con ropa y calzado.
  • Ser capaz de recobrar la flotación y la capacidad de desplazarse hasta la orilla, y de saber reaccionar, en situaciones poco habituales pero que ponen en riesgo nuestra vida cuando ocurren.

Todas estas habilidades “no suelen enseñarse cuando vamos a clases de natación”, indica el experto. La enseñanza se suele centrar más en la corrección de los estilos, adquirir las habilidades básicas de natación o conseguir nadar una distancia determinada. Para estar seguros en el agua, sin embargo, “debemos también trabajar el resto de aspectos, que son los que sí parecen proporcionar una respuesta adecuada”, aclara.

Respetar siempre las normas

Evitar situaciones de peligro y respetar las normas de seguridad es imprescindible para prevenir ahogamientos. Sin embargo, hay quien arriesga en exceso sin tener en cuenta las reglas establecidas para evitar problemas en el agua. ¿Un ejemplo? Las banderas de las playas. Todo el mundo conoce el código de banderas verde (baño permitido), amarilla (no bañarse con el agua más de la cintura y extremar la precaución) y roja (baño no permitido), pero no siempre se respeta y a veces se confía en exceso. También es imprescindible no bañarse solo y elegir siempre lugares con vigilancia.

«Es imprescindible no bañarse solo y elegir siempre lugares con vigilancia»

Respecto a los más pequeños, hay que vigilar a los niños continuamente, siempre tenerlos al alcance de la mano y con un adulto dedicado exclusivamente a esta tarea. Y, por supuesto, “hay que educarles para que no entren al agua si no hay un adulto presente”, esgrime el experto. Asimismo, es esencial «proteger los entornos más sensibles cuando hay niños» (las piscinas domésticas son los lugares dónde más niños fallecen ahogados, señalan desde el proyecto Ahogamiento.com) e instalar un sistema o vallado que impida el acceso a una piscina doméstica.

Las personas de edad avanzada son otro grupo de riesgo elevado. ¿Por qué? Los mayores gozan hoy de mejor calidad de vida y, por tanto, hacen muchas más actividades, entre las que se encuentran algunas en el medio acuático.

Es “una excelente manera de mantenerse bien, pero es fácil que sobreestimen sus capacidades para reaccionar ante un incidente o que una situación comprometida sobrepase su capacidad física”, señala Pascual-Gómez. Es muy importante  que tengan en cuenta su estado físico y las patologías asociadas a la edad, y que sepan adaptar sus hábitos y actividad.

Socorrista

Imagen: Free-Photos

¡Ojo al alcohol y otras sustancias!

El alcohol es uno de los factores que más influye en las situaciones de ahogamiento. Además, lo habitual es que estemos en la playa y las piscinas “en situaciones de relajación o de vacaciones, que es cuando el consumo de alcohol aumenta y disminuye nuestra percepción del riesgo”, explica Luis Pascual-Gómez. Conviene saber que un nivel de alcohol que supondría una sanción en Tráfico ya implica un importante factor de riesgo en al agua.

«Un nivel de alcohol que supondría una sanción en Tráfico ya implica un importante factor de riesgo en al agua»

El alcohol se suele asociar con los jóvenes, pero “parecen ser los adultos quienes vemos que muestran mayores ratios de consumo de alcohol en relación con el agua”, apunta el experto en salvamento. Y no debemos olvidar nunca que el alcohol y otras drogas influyen muy negativamente tanto el la propia percepción y evaluación de los peligros, como en el deterioro de la reacción ante los incidentes.

Pautas de actuación ante un ahogamiento
  • Aplicar la conducta PAS (Proteger-Avisar-Socorrer) : Proteger para evitar que haya más víctimas; Avisar, llamando al socorrista o al 112 y comunicar la emergencia y Socorrer, si no nos ponemos en riesgo a nosotros mismos y sabemos cómo hacerlo (por ejemplo, proporcionando un elemento flotante a la víctima sin entrar en contacto con ella).
  • Aprender RCP (Reanimación Cardio-Pulmonar), “que está al alcance de cualquiera”, como afirma Luis Pascual-Gómez, profesor de Salvamento Acuático. Ante una víctima de ahogamiento es crucial iniciar la respiración boca a boca lo antes posible si la víctima no respira. Si no lo hemos practicado nunca o tenemos dudas, en el 112 hay personal especializado en proporcionar indicaciones telefónicas de qué y cómo debe hacerse mientras llega la ayuda.
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