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¿Qué es el cortisol?
El cortisol, también conocido como la «hormona del estrés», es producido por las glándulas suprarrenales como respuesta a situaciones de peligro o tensión. Esta hormona tiene diversas funciones en el organismo, incluyendo la regulación del metabolismo y la respuesta inflamatoria.
Cuando los niveles de cortisol son elevados de forma crónica, lo que se conoce como hipercortisolismo, pueden producirse cambios en el cuerpo. Estos son los más comunes:
🔸 Retención de líquidos
El cortisol puede aumentar la retención de sodio, lo que a su vez provoca retención de agua y, por lo tanto, hinchazón, especialmente en las piernas y el rostro.
🔸 Aumento de peso
El exceso de cortisol puede contribuir al incremento de peso, en especial a la acumulación de grasa en la zona abdominal. Este patrón, junto con un rostro redondeado, pérdida de cabello, depresión y piel fina propensa a los moretones, es característico del síndrome de Cushing.
🔸 Inflamación
Los niveles elevados de cortisol pueden contribuir a la inflamación crónica, lo que se manifiesta como enrojecimiento, hinchazón y sensibilidad en la piel.
¿Qué es la “cara de cortisol”?
La “cara de cortisol” o “cara de luna” es un término que se ha vuelto popular en redes sociales, especialmente en TikTok, para describir un rostro redondeado e hinchado, supuestamente causado por el aumento de cortisol debido al estrés crónico. Aunque suene técnico, no es un concepto médico ni cuenta con el respaldo de la comunidad científica.
Entre los cambios que se asocian con la “cara de cortisol” en las redes sociales se mencionan los siguientes:
- Hinchazón facial. La cara tiene una apariencia más redondeada o inflamada, especialmente en las mejillas y la zona alrededor de los ojos.
- Ojeras. Son de color oscuro y van acompañadas de bolsas bajo los ojos.
- Piel opaca y deshidratada. Los niveles elevados de cortisol, al debilitar la barrera cutánea, dejan la piel con un aspecto seco y apagado, siendo más propensa a las irritaciones.
- Acné. Niveles altos de estrés pueden aumentar la producción de sebo, lo que favorece la aparición de brotes de acné.
¿Por qué se hincha la cara?
Si bien el cortisol puede contribuir a la hinchazón facial, no es el único responsable de este fenómeno. Hay muchas causas que pueden provocar inflamación en el rostro; algunas son mucho más comunes de lo que se cree, superando con creces la relación atribuida a los niveles altos de cortisol.
- Las alergias, reacciones del cuerpo a alimentos, medicamentos o agentes externos, provocan una inflamación como respuesta a estos irritantes.
- Las infecciones, como la sinusitis o problemas dentales, pueden generar hinchazón localizada en ciertas áreas de la cara.
- Cuando los riñones no funcionan correctamente, el cuerpo puede retener líquidos, lo que genera hinchazón en distintas partes, incluido el rostro.
- Algunos medicamentos, como los corticosteroides, tienen como efecto secundario la retención de líquidos, lo que también puede causar hinchazón en la cara.
¿Cómo controlar (y evitar) que la cara se inflame?
Hay hábitos y cuidados que pueden ayudar a prevenir o reducir la hinchazón facial. Estos son algunos consejos sencillos y efectivos (algunos a corto plazo):
- Mantener una buena hidratación. Beber suficiente agua favorece la eliminación de toxinas y ayuda a prevenir la retención de líquidos.
- Reducir el consumo de sal y alimentos procesados. Una dieta alta en sodio puede contribuir a la retención de líquidos. Opta por alimentos frescos, de temporada y ricos en potasio, como frutas y verduras.
- Dormir lo suficiente. Un descanso adecuado ayuda a reducir el estrés. Además, colocar la cabeza ligeramente elevada también puede evitar la acumulación de líquidos en la cara.
- Control del estrés. La meditación, el yoga o los ejercicios de respiración son útiles para reducir los niveles de estrés.
- Masajes faciales drenantes. Realizados con piedras de jade o rodillos, los masajes ayudan a estimular la circulación y drenar el exceso de líquidos acumulados en la piel. Ofrecen una sensación inmediata de frescura y pueden disminuir temporalmente la inflamación. Sin embargo, no tienen efectos a largo plazo.
- Consultar a un especialista. Si la hinchazón persiste o es severa, podría ser un síntoma de una afección subyacente, como problemas renales, hormonales o el síndrome de Cushing. Para descartar estas patologías, conviene pedir una opinión médica.