La Comisión Nacional de Reproducción Asistida dio ayer su respaldo al Ministerio de Sanidad para sacar adelante el Real Decreto que regulará la congelación de ovocitos o tejido ovárico y su utilización para la reproducción asistida, norma cuya aprobación se anuncia inminente por parte del Gobierno. Ya en julio pasado se había trabajado con un borrador. Pero desde su último informe, emitido en 1998, había cundido el desaliento entre la Comisión porque no se había encontrado receptividad en los responsables de la Sanidad española (de hecho, otro informe más reciente se quedó «atascado»).
La congelación de ovocitos se encuentra actualmente vedada en España por la Ley de 1988, que en el apartado 2 de su artículo 11 establece que «no se autorizará la crioconservación de óvulos con fines de reproducción asistida en tanto no haya suficientes garantías sobre la viabilidad de los óvulos después de su congelación». «Creemos que esta técnica, todavía en experimentación, está en condiciones de poder ser aplicada en centros concretos», insistieron ayer los expertos. Serán «experiencias controladas» -no una autorización generalizada- cuyo desarrollo no exige una modificación de la ley de 1988, pero sí un marco normativo como el que posibilitará el futuro Real Decreto.
Los centros propondrán proyectos, que serán aprobados por cada comunidad autónoma, remitidos a Sanidad e informados por la Comisión. El texto establece los requisitos mínimos que deberán cumplir estos proyectos, cuyo desarrollo será tutelado una vez aprobados. La situación será «temporal, hasta que se confirme que esta técnica resulta segura y eficaz y se compruebe si tiene limitaciones en según qué pacientes y situaciones», comentaron fuentes próximas a la Comisión.
Además, según el comunicado difundido por Sanidad, se ha establecido un calendario para mantener reuniones trimestrales y tres grupos de trabajo. Uno de ellos estudiará los registros de donantes de semen y ovocitos. Otro se encargará de elaborar una cartera de servicios «a fin de que todos los ciudadanos tengan acceso a las mismas prestaciones en materia de fertilidad». Un tercero actualizará las recomendaciones contenidas en los informes elaborados por la Comisión.
Embriones y células
Aunque estaba previsto, finalmente no se abordó el problema de los 35.000 embriones congelados que se estima existen en España, cuyo futuro permanece en el aire porque la actual legislación establece su conservación durante sólo cinco años, plazo que al menos el 15% ya ha rebasado. Se coincide en la necesidad de conocer realmente su número mediante un registro centralizado.
En cuanto a la investigación con células madre procedentes de embriones, estuvo sobre la mesa, pero no se debatió en profundidad. El Ministerio sigue abierto a las propuestas de los investigadores, pero propone un «avance pausado a medida que el rigor científico ilumine el camino». En ambos casos se revisarán las recomendaciones propuestas por la Comisión en sus informes anteriores.
