Un laboratorio francés consigue por primera vez la clonación de ratas

El logro permitirá avanzar en la investigación de muchas enfermedades complejas
Por EROSKI Consumer 26 de septiembre de 2003

Un grupo de investigadores franceses ha logrado crear ratas clónicas, un esperado avance que puede facilitar la investigación básica y aplicada sobre muchas enfermedades complejas, como la diabetes, la hipertensión y ciertos trastornos neurológicos. La noticia llega tras numerosos intentos infructuosos por parte de diversos equipos

La rata ostentó a lo largo de muchas décadas un papel estelar en los laboratorios hasta que ese puesto preferencial fue ocupado en la década de los 80 por el ratón, ya que entonces los investigadores aprendieron a utilizar técnicas que permiten manipular con facilidad los genes de las células madre de los ratones. Las ratas son más grandes y más aptas para el trabajo de los científicos, que además conocían muy bien su fisiología y comportamiento. Sin embargo, sus células madre son difíciles de cultivar y los embriones de rata manipulados genéticamente no logran desarrollarse al ser implantados en úteros.

Una de las posibles alternativas para desarrollar «ratas a la carta» consistía en su producción con las técnicas de clonación, pero todos los intentos en esa dirección terminaron en fracaso. La principal causa es que los ovocitos de esa especie de roedores se activan muy rápidamente y de forma espontánea una vez que son aislados de los oviductos de las hembras. Este problema surge indefectiblemente antes de que haya transcurrido una hora desde la extracción de los ovocitos.

Sin embargo, ese escollo fue sorteado por un equipo de investigadores de la Unidad de Biología del Desarrollo y Reproducción del CNRS francés, que anuncia hoy en «Science» la consecución de las primeras ratas clónicas. Esta especie se une así a la larga lista de mamíferos obtenidos por clonación, aunque el potencial uso científico de la rata le otorga un puesto importante en esta peculiar cabaña de animales clónicos.

El éxito cosechado por este grupo galo radicó en su capacidad para manipular el programa genético que controla el proceso de activación de los ovocitos. Una vez superada esa traba, se pudo aplicar sin excesivos problemas la técnica de transferencia nuclear empleada para crear a la oveja «Dolly» y otros muchos animales clónicos. En el curso de estos experimentos se consiguieron 129 embriones que fueron implantados en el útero de dos ratas. Una de las hembras logró gestar y dio a luz tres machos clónicos. Una de las crías murió poco después, pero las dos restantes se desarrollaron con normalidad y tienen ya descendencia sana.

Este avance se produce pocos meses después de que la Universidad de Wisconsin anunció que había logrado ratas a las que selectivamente se inactivó un gen concreto, una manipulación llamada «knock-out» que ya es casi rutinaria en los ratones. La combinación de ambas técnicas puede, a la postre, devolver a las ratas el puesto que antaño ocuparon en los laboratorios.

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