Una nueva técnica de prótesis por artroscopia soluciona lesiones leves de la rodilla en pacientes de mediana edad

Este tratamiento, que ya se aplica en el Hospital San Carlos de Murcia, no daña innecesariamente otros tejidos y mejora los tiempos de recuperación
Por EROSKI Consumer 20 de noviembre de 2004

Las lesiones de rodilla causadas por ulceración del cartílago del fémur requerían normalmente de prótesis que no se adaptaban a la perfección a la curvatura de las superficies que intervienen en el giro de la rodilla. En personas de 40 a 65 años la recuperación de la articulación afectaba a otras partes óseas o cartilaginosas para instalar prótesis monocompartimentales o totales, en el caso de destrucción completa. Con una nueva técnica, indicada para lesiones en el cóndilo femoral, sin afección en la tibia, se llena el hueco para estos pacientes de mediana edad que por sus circunstancias no podían acogerse a técnicas de estimulación del cartílago (indicada para afectados menores de 40 años) o a prótesis totales (adecuadas para enfermos de más de 65).

La prótesis parcelar de rodilla por artroscopia es una técnica desarrollada en Estados Unidos, donde también tiene aplicación en lesiones de hombro y cadera. Ahora llega por primera vez a Europa de la mano de los cirujanos Pedro Luis Ripoll y Mariano de Prado, del Hospital San Carlos de Murcia, aunque sólo para lesiones de rodilla. Este equipo ha tratado a cuatro pacientes en España, tras dos intervenciones que se realizaron ayer en Murcia y la revisión de otra llevada a cabo hace dos meses.

La prótesis parcelar de rodilla se instala mediante artroscopia, a la que se suma una visualización de las imágenes en tres dimensiones. Con esta técnica mínimamente invasiva, explica Ripoll, se logran dos grandes ventajas que mejoran la recuperación de la articulación. La primera es su «coherencia articular», ya que la prótesis «está diseñada para que quede perfectamente encajada en la articulación» y, además, tiene la misma capacidad de duración que las totales. Para lograrlo y mediante un escáner en 3D se traza un mapa de la rodilla y se sustituye la parte dañada con una prótesis a la que se da la misma curvatura y medida que el área afectada. La segunda ventaja es el anclaje, situado sólo en la zona dañada y sin perjudicar otras sin lesión alguna, con un tornillo que encajado en el fémur da mayor solidez.

Ripoll considera que con esta prótesis se puede dar respuesta a un 20% de los problemas de rodilla, aunque no ofrece solución a enfermos con artrosis avanzada. La apertura de la rodilla se lleva a cabo con una artroscopia cerrada, a través de un sólo acceso de 1,5 centímetros para introducir una prótesis de unos 2 centímetros realizada en cobalto y titanio. El paciente recupera la movilidad total a los 3 ó 4 días, tras un periodo de entre 24 y 48 horas de hospitalización. Si la prótesis instalada no diese el resultado esperado podría recurrirse a la habitual monocompartimental o a una total, ya que al no afectar a más masa ósea que la dañada no imposibilita la ejecución posterior de otras intervenciones quirúrgicas más agresivas.

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