Entrevista

«Vapear produce cáncer de pulmón igual que los cigarrillos clásicos»

José Luis González Larriba, jefe de la Unidad de Tumores Torácicos, Urológicos y Melanoma del Hospital Clínico San Carlos de Madrid
Por Francisco Cañizares de Baya 14 de septiembre de 2019
Jose Luis González Larriba

Muchas personas tienen la idea de que el cáncer es una lotería contra la que solo cabe la resignación. No es cierto. Cada individuo puede reducir las probabilidades de contraer la enfermedad porque la causa de la mayoría de los tumores está contrastada científicamente. El caso más claro es el cáncer de pulmón: el 86 % de los tumores se detectan en personas que fuman o lo han hecho durante años y en fumadores pasivos, según los datos aportados esta semana en la Conferencia Mundial de Cáncer de Pulmón (WCLC 2019) celebrada en Barcelona. “El tabaco y una mala dieta son los factores de riesgo evitables con mayor incidencia en el cáncer”, apunta José Luis González Larriba, jefe de la Unidad de Tumores Torácicos, Urológicos y Melanoma del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, catedrático de Oncología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y ponente en el congreso de la Ciudad Condal. La Semana Europea del Cáncer de Pulmón, que se celebra del 10 al 17 de este mes, también incide en el mismo mensaje. Al margen de los avances en el diagnóstico precoz y en el tratamiento, lo más eficaz para luchar contra esta epidemia es desterrar el tabaco. Si no existiera, se evitaría la muerte de 51 de las 60 personas que cada día fallecen de cáncer de pulmón en España.

En contraste con otros tipos de cáncer, en el de pulmón persiste la idea de que se avanza poco. ¿Es un mito o responde a la realidad?

Es claramente un mito. Los adelantos que se han producido han sido tremendos, no solo en el tratamiento, sino también en el diagnóstico precoz, en el diagnóstico de extensión (pruebas de imagen para determinar la extensión de un tumor), en el tratamiento quirúrgico y en el de la enfermedad avanzada. Todo esto ha sido posible en los últimos diez o quince años gracias al conocimiento que hemos adquirido de cómo se desarrolla el cáncer de pulmón. Por ejemplo, hemos podido identificar alteraciones genéticas que aparecen en determinados pacientes, alrededor del 30 % del total, y desarrollar fármacos específicos contra ellas. Por otra parte, la inmunoterapia ha supuesto un avance enorme para otros enfermos y los resultados de la cirugía han mejorado mucho con técnicas menos agresivas que las estándar.

¿Qué pronóstico tiene en fases avanzadas?

Tiene peor pronóstico que cuando se detecta en estadios iniciales, pero ya no es sinónimo de muerte. Antes la persona con enfermedad metastásica fallecía aproximadamente al año y ahora hay grupos de pacientes que pueden vivir cinco, seis e incluso nueve años. El cambio es radical porque en estos pacientes se ha cronificado la enfermedad.

¿Hay o se prevé que haya en un futuro inmediato pruebas de cribado, como en otros tipos de cáncer, con las que se detecte de manera precoz un tumor?

Hace unos años el cáncer de pulmón solía tener mal pronóstico porque se diagnosticaba en una situación avanzada, pero ahora ya hay técnicas como el TAC de baja dosis con el que se consigue un diagnóstico precoz en poblaciones de riesgo. Por lo tanto, podemos tratarlo antes y aumentar el porcentaje de curaciones.

¿Cuál es la población de riesgo que puede beneficiarse del TAC de baja dosis?

Son personas que tienen bronquitis, de entre 55 y 70 años, que son fumadores, o lo han sido y lo dejaron, y que sufren alguna patología pulmonar asociada. Un factor importantísimo para que puedan entrar en estas campañas de detección precoz es que tengan el compromiso cierto y seguro de dejar de fumar.

¿Podrá en el futuro detectarse de forma precoz con un análisis de sangre?

Entre los fumadores pasivos, las probabilidades de sufrir la enfermedad son el doble o el triple que entre los que no han tenido nunca el hábito tabáquico

Sí, precisamente en la Conferencia Mundial de Cáncer de Pulmón de Barcelona se presentó un  sistema de cribado muy prometedor y bastante avanzado. Se llevará a cabo con un simple análisis y se basa en la detección de alteraciones en los micro-RNA (moléculas que desempeñan un papel regulador en la síntesis de determinadas proteínas) que pueden indicar en una fase muy precoz si una persona tiene cáncer de pulmón. Pero no es el único sistema que se investiga. El objetivo es buscar técnicas menos molestas y caras que un TAC de baja dosis. También se están estudiando los gases que se expulsan a través de la respiración.

¿El riesgo de desarrollar cáncer de pulmón es similar en un fumador, en las personas que han dejado el tabaco y en los fumadores pasivos?

No, el fumador activo tiene un riesgo mayor. En los exfumadores, cuanto más tiempo hace que dejaron el tabaco, más bajas son las probabilidades de desarrollarlo. No obstante, en este grupo el riesgo nunca se va a igualar al de la población que no ha fumado nunca. Y entre los fumadores pasivos, las probabilidades de sufrir la enfermedad son el doble o el triple que entre los que no han tenido nunca el hábito tabáquico.

¿Las alternativas al tabaco tradicional como el vapeo pueden ocasionar también tumores de pulmón?

También para la persona que está al lado del que está vapeando este hábito puede ser perjudicial

El vapeo es tan perjudicial como fumar porque lo que daña los bronquios y produce cáncer de pulmón no es exclusivamente la nicotina, como muchos piensan, sino la combustión de gases que se produce. Hay que decirlo bien claro: el vapeo produce cáncer de pulmón igual que los cigarrillos clásicos. Los estudios epidemiológicos que existen dicen incluso que este hábito puede ser perjudicial también para la persona que está al lado del que está vapeando.

¿Cómo es posible que con una evidencia científica tan aplastante no se libre una batalla sin cuartel contra el tabaquismo y la ley se haya convertido en muchos casos en un papel mojado que no se aplica?

Eso se sale del ámbito científico. Habría que preguntárselo a las distintas administraciones que tienen competencias. Que haya leyes que no se aplican es algo muy típico de España. Hay países donde está prohibido incluso fumar en las terrazas y tampoco puede hacerse en la puerta de las empresas u hospitales: quien quiere fumar tiene que distanciarse incluso 300 o 500 metros para poder hacerlo.

¿Qué efectos tiene una legislación más restrictiva en la incidencia del cáncer de pulmón?

Cuanto más drásticas son las medidas, mayor es el efecto. En los países donde se han aplicado se ha visto rápidamente. Conforme desciende el número de fumadores, en cinco o diez años se percibe una disminución pronunciada de la incidencia de cáncer de pulmón. Es algo que hay que tener muy en cuenta porque estamos hablando de una pandemia que mata cada año a un millón y medio de personas en el mundo (más de 50.000 en España). Son cifras tremendas, con efectos solo comparables a los de las guerras mundiales, con la diferencia de que el tabaquismo produce estas consecuencias año tras año.

La incidencia de la enfermedad aumenta, sobre todo, entre las mujeres. ¿Tiene algún rasgo especial con respecto a la forma en que se manifiesta en los hombres?

Todos los cánceres de pulmón tienen relación con el tabaco como factor fundamental

Los tipos de cáncer de pulmón en las mujeres son un poco diferentes. En general, se trata de tumores menos agresivos, de evolución más lenta; suelen ser adenocarcinomas en vez de epidermoides. Por otra parte, en las pruebas radiológicas se percibe que los tumores se ubican más en las zonas periféricas del órgano. Y su comportamiento también es diferente, lo que nos hace pensar que hay algún elemento más que influye, además del tabaco. Aunque no hay estudios muy determinantes al respecto, se piensa que determinados factores hormonales pueden favorecer que surjan determinados cánceres de pulmón en la mujer que no se dan en los hombres.

¿Hay un tipo específico de tumor que solo se dé en fumadores?

Eso se decía antes. Hoy sabemos que todos los cánceres de pulmón tienen relación con el tabaco como factor fundamental. Muchas veces se intenta argumentar que hay otros factores que influyen, como el radón u otros gases, pero el daño que pueden producir en los bronquios es mínimo en relación con el que ocasiona el tabaco.

Hay personas que dicen: fumo, pero hago deporte y sigo una dieta sana. ¿Estos hábitos reducen algo los efectos perjudiciales del tabaco? 

Son fantásticos porque una persona se sentirá mejor y disminuirá la probabilidad de desarrollar otras enfermedades, pero no evitan los daños del tabaco. No se produce un efecto de compensación. Lo ideal sería hacer ejercicio, comer bien y dejar de fumar. Si todo el mundo siguiese la dieta mediterránea y se desterrara el tabaquismo, el cáncer a los cinco o seis años disminuiría a la mitad. Hay que tener en cuenta que la dieta guarda relación con el cáncer más frecuente, el de colon, y fumar, con el de pulmón.

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