Cómo obtienen las granjas el sello Welfair de bienestar animal

El sello Bienestar Animal Certificado Welfair garantiza que el alimento elegido procede de un animal criado y sacrificado de modo respetuoso con su bienestar
Por María Huidobro González 22 de febrero de 2020
Vacas en granjas con certificado Welfair
Imagen: Alexas_Fotos

Desde hace unos meses, el sello Bienestar Animal Certificado Welfair empieza a lucir en las etiquetas de muchos productos cárnicos que encontramos en los lineales frigoríficos de los supermercados. Esta certificación independiente aporta al consumidor la confianza en que el alimento elegido procede de un animal que ha sido criado y sacrificado de manera respetuosa con su bienestar. En las siguientes líneas vemos qué observa en granjas y mataderos el personal de las entidades certificadoras para que obtengan este sello en bienestar animal.

Observación en la granja

¿Quién lleva a cabo la observación? Las mediciones son realizadas por personal de las entidades certificadoras, como Aenor o Certicar, formado por el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA).

¿Cuántas cabezas revisan? Si en las granjas hay menos de 10 animales, se auditan todos los ejemplares. Y si hay más de 10, se hace un muestreo proporcional del total de animales.

¿Cuántas horas dedican a la observación?

  • Vacuno: entre 3 y 6.
  • Porcino: entre 3 y 7.
  • Avícola: entre 2 y 4.
  • Conejo: entre 3 y 4.

¿Con cuánta frecuencia se hacen estas revisiones? Una visita anual de los inspectores, como mínimo.

Espacio para el alojamiento

Vigilan los siguientes aspectos:

  • Confort en la zona de descanso: espacio para tumbarse, tiempo para hacerlo, estado y calidad de la cama.
  • Confort de limpieza.
  • Confort térmico.
  • Facilidad de movimiento.
  • Posibles problemas. Se valora el acceso libre a pastos, un aspecto complicado en España. Las condiciones varían en función de la climatología. 

Estado sanitario

Vigilan estos puntos:

  • Sin lesiones: cojeras, manchas, heridas, erosiones, zonas sin pelo…
  • Ausencia de enfermedad: tos, mucosidades, dolencias oculares (legañas), respiración normal o acelerada, diarreas, abdomen hinchado, tasa de mortalidad…
  • Ausencia de dolor causado por prácticas de manejo: la castración, el corte de cola o el descornado deben realizarse bajo supervisión veterinaria.
  • Posibles problemas.  Sin buena salud, no será productivo (dará menos leche, por ejemplo) y los alimentos obtenidos de él pueden no ser seguros (infecciones como la brucelosis pueden suponer un riesgo para las personas que ingieren esa carne). Uso de vacunas y tratamientos veterinarios siempre que sea necesario.

Chequeo a la alimentación

Vigilan los siguientes aspectos:

  • Sin hambre: se evalúa la condición corporal del animal y si tiene acceso a comida suficiente.
  • Ausencia de sed prolongada: número de bebederos, uso a la vez… Agua y bebederos deben estar limpios.
  • Posibles problemas: los animales de alto valor genético (por ejemplo, vacas que producen más litros de leche de lo normal), no  tienen la capacidad de ingerir la cantidad de comida suficiente para cubrir sus necesidades durante el periodo de lactación; la calidad del forraje disponible en el campo puede no ser suficiente para alimentar a todo el ganado; situaciones de competencia entre animales, si los comederos no se disponen bien…

Análisis del comportamiento

Es el punto más subjetivo. Requiere de gran experiencia y formación del veterinario. Vigilan estos aspectos:

  • Expresión de un comportamiento social adecuado con conductas positivas (lamido, juego, exploración, acicalamiento mutuo…).
  • Expresión adecuada de otras conductas propias de su especie.
  • Relación humano-animal positiva, sin miedos. Importa la formación de los ganaderos en el manejo de los animales.
  • Estado emocional positivo: el animal se muestra activo, relajado, cómodo, independiente, frustrado, aburrido…
  • Posibles problemas: conductas sociales negativas (peleas, desplazamientos, dominio…); o conductas anómalas, como estereotipias (movimientos repetitivos).

Revisión del matadero

El personal especializado dedica unas seis horas a observar dos puntos:

  • En la recepción: cómo descienden del transporte (rampas adecuadas, si se resbalan, si no caen).
  • En la línea de sacrificio: correcto aturdimiento (está prohibido el certificado en los ritos halal y kosher), desarrollo del sacrificio sin sufrimiento…

Proceso de certificación

  • Después del análisis, se evalúa que el estándar está implantado correctamente y que el autocontrol de la empresa es eficaz.
  • Con el informe de auditoría, se exponen en reunión todas las posibles desviaciones detectadas y su gravedad, así como las puntuaciones y los plazos para corregirlas.
  • La empresa deberá presentar un plan de acciones correctivas, se solicitarán evidencias de implantación y cierre o incluso conllevará la necesidad de realización de una auditoría extraordinaria para verificar la subsanación.
  • Cerrado el expediente, pasa a un director técnico que evalúa el trabajo del auditor y la corrección de las no conformidades. Ese experto dictamina con total independencia e imparcialidad si se puede conceder o no la certificación que tiene una validez de tres años.

Niveles para otorgar la certificación

  • Menos de 20 puntos. No certificada. Es muy complicado que esto ocurra, pues hay una legislación mínima que cumplir.
  • Entre 21 y 55 puntos. Aceptable / Suficiente.
  • Entre 65 y 80 puntos. Avanzado / Bueno. La mayoría de las granjas.
  • Más de 81 puntos. Excelente. En producciones en las que la libertad de pasto es posible y en explotaciones medianas y pequeñas en las que el trato es familiar y la relación con el humano es muy estrecha.
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