Controlar la brucelosis

Expertos españoles desarrollan nuevas técnicas de detección y diferenciación de esta enfermedad basadas en la prevención en las explotaciones
Por Natàlia Gimferrer Morató 14 de septiembre de 2009
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Imagen: Christine K

La brucelosis es una de las enfermedades transmitidas por alimentos de mayor impacto en el ámbito ganadero. A pesar de que su incidencia se ha reducido de forma notable en los últimos años, aún tiene un peso importante en las explotaciones ganaderas. La infección puede producirse de animales a humanos, o viceversa, y a través de la ingesta de alimentos contaminados.

Esta enfermedad causada por la bacteria «Brucella» es una de las cinco zoonosis (enfermedades procedentes de animales que afectan a las personas) más importantes. En países en desarrollo produce grandes pérdidas económicas. Adoptar medidas de diagnóstico y prevención adecuadas constituye una de las medidas de control más eficaces. Este trabajo debe hacerse en las explotaciones para impedir que los animales enfermos pasen a ser productivos.

En España, los casos de brucelosis han disminuido desde el año 1984, y han pasado de 20 por 100.000 habitantes en 2001 a los 2,34 actuales, según datos del Instituto de Salud Carlos III. Estas cifras indican que la enfermedad no es alarmante, aunque deben mantenerse las medidas de prevención necesarias para evitar, sobre todo, la propagación a través de alimentos. Un estudio llevado a cabo por expertos de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Navarra ha desarrollado nuevas técnicas para la detección y la diferenciación de la brucelosis, llamada también «enfermedad olvidada». La investigación tiene como objetivo el control de esta patología en países en desarrollo.

Kits de uso veterinario

La tesis doctoral que avala el estudio, titulada «Tipificación molecular de Brucella y aplicación de la PCR al diagnóstico de la brucelosis», ha comparado los genomas de varias cepas de la bacteria «Brucella» y ha evaluado nuevas pruebas basadas en la amplificación molecular de secuencias genéticas mediante PCR.

La reacción en cadena de la polimerasa, conocida como PCR (Polymerase Chain Reaction), es una técnica de biología molecular que tiene como finalidad obtener un gran número de copias de un fragmento de DNA particular. Esta técnica sirve para amplificar un fragmento de DNA, que permite identificar de forma más fácil y con mayor probabilidad virus o bacterias causantes de una enfermedad.

«Tras un estudio detallado de los genomas de varias cepas hemos creado un sistema denominado Bruce-ladder, capaz de diferenciar por primera vez todas las especies de la bacteria, incluidas las aisladas en mamíferos marinos, y las cepas empleadas como vacunas», reconocen los expertos. El ensayo, validado por siete laboratorios europeos con más de 600 cepas distintas de «Brucella», todas detectadas en humanos y animales procedentes de los cinco continentes, está recomendado como sistema de tipificación por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OEI).

Asimismo, y mediante otros ensayos de PCR múltiple, la investigación ha discriminado entre las cinco variedades de «B. suis», una especie patógena que afecta sobre todo al ganado porcino. Los resultados han permitido elaborar cuatro kits de uso veterinario que comercializa una empresa de biotecnología para detectar su presencia en animales.

Evitar el contagio

La mejor manera para evitar la enfermedad pasa por la prevención, que consiste en realizar análisis a todos los animales destinados a la alimentación humana. En el supuesto de que se detectara un caso de infección, el animal debería ser sacrificado para reducir el riesgo para los consumidores. Las principales vías de transmisión son la exposición directa, normalmente en zonas rurales, y entre granjeros, familiares o amigos que visitan las instalaciones, y por consumo de alimentos procedentes de granjas afectadas, elaborados de forma artesanal y sin una higienización previa.

MEDIDAS DE CONTROL

Img vacaImagen: Christine KDe acuerdo con los datos ofrecidos por en Instituto Nacional de Seguridad e Higiene del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales español, la brucelosis ocupa el segundo lugar en cuanto a nivel de registro de enfermedades profesionales. Dentro del marco nacional y en relación con los niveles de prevalencia por cien mil habitantes, 32 provincias tienen una prevalencia superior al 10,88. En cuanto a su distribución geográfica, las zonas del interior son las que registran un mayor número de casos; las del territorio litoral, en cambio, tienen un nivel de endemia bajo o muy bajo.

“Una opinión pública bien informada y una cooperación activa por parte del público son de importancia capital para la mejora de la salud del pueblo”. Esta premisa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es especialmente relevante cuando la educación va dirigida a los trabajadores en contacto con animales que pueden ser portadores de la bacteria. La medida más eficaz es el control efectivo de las explotaciones. Además, se deberían revisar los permisos que permiten la elaboración y comercialización de alimentos procedentes de explotaciones de zonas endémicas de “Brucella”.

Los profesionales expuestos a animales infectados deben evitar el riesgo que existe por el contacto con el uso de medidas de protección como guantes que cubran todo el antebrazo, botas altas de goma, vestimenta adecuada y mascarillas. Estas prendas deben ser desechables o fabricadas con materiales que permitan una fácil limpieza y desinfección después de ser utilizadas. Es necesario a la vez incrementar las acciones de formación e información hacia los ganaderos y consumidores para que conozcan los riesgos asociados a los alimentos que producen o consumen.

La ingesta de leche y derivados contaminados son las causas más frecuentes de producción de la brucelosis humana. Por ello, la leche debe someterse a un proceso que garantice la eliminación de las brucellas, como la pasteurización en el ámbito industrial y la ebullición en el domicilio.

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