¿Es seguro lavar el pollo?

Las autoridades sanitarias británicas recomiendan dejar de lavar el pollo antes de cocinarlo para reducir el riesgo de contaminación por Campylobacter
Por Marta Chavarrías 3 de julio de 2014
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Imagen: Mr TinDC

La carne de pollo cruda puede contener microorganismos patógenos que pueden multiplicarse a temperaturas que oscilan entre los 4 ºC y los 60 ºC. Pero una manipulación higiénica correcta y una adecuada cocción y refrigeración previenen este riesgo. En el Reino Unido, la Agencia de Alimentos Británica (FSA) ha lanzado un llamamiento a los consumidores para que dejen de lavar el pollo crudo antes de cocinarlo, una práctica que llevan a cabo un 44% de los británicos. El objetivo es reducir el riesgo de contaminación por Campylobacter, considerada una de las formas más comunes de intoxicación alimentaria en ese país. El artículo da algunos consejos para reducir Campylobacter en el pollo y otras medidas de prevención de la bacteria.

Lavar el pollo antes de cocinar puede transmitir Campylobacter en las manos, superficies de trabajo o la ropa a través de las salpicaduras de las gotas de agua. La bacteria se encuentra sobre todo en la carne de aves de corral y afecta, según la Agencia de Alimentos Británica (FSA), a unas 280.000 personas al año en el Reino Unido. Del total de intoxicaciones, cuatro de cada cinco proceden de aves contaminadas. La recomendación de la FSA se inscribe dentro de la Semana de la Seguridad Alimentaria 2014, que ha tenido lugar del 16 al 22 de junio y que este año se centró en el lema «No lavar el pollo crudo». El objetivo es dar al consumidor las herramientas necesarias para que pueda prevenir posibles riesgos derivados de una mala manipulación de la carne de pollo cruda.

Consejos para reducir ‘Campylobacter’ en pollo

Lavar el pollo crudo favorece la proliferación de ‘Campylobacter’

Si bien en la mayoría de los casos se suelen adoptar unas prácticas correctas de manipulación de la carne de pollo (lavarse las manos o someterla a temperaturas de cocción suficientemente altas como para destruir la bacteria), un 38% de los británicos asegura que lava las aves crudas, según una encuesta realizada en 2012 por la misma FSA. Esta es, dicen los expertos, una práctica que favorece la proliferación de la bacteria Campylobacter y que, por tanto, debería dejar de hacerse. De ahí la importancia, para las autoridades sanitarias del país, de lanzar una campaña para crear conciencia del riesgo que ello supone.

El 36% de los británicos que lava el pollo afirma que lo hace para «eliminar la suciedad»; el 36% para «eliminar los gérmenes»; y el 33% «porque siempre lo había hecho». Además de acabar con esta mala práctica, los especialistas del Reino Unido aconsejan otras medidas:

1. Tapar bien el pollo crudo en un recipiente y guardarlo en la nevera, en la parte inferior, para impedir que los jugos goteen y vayan a otros alimentos.

2. No lavar el pollo crudo. La cocción mata buena parte de las bacterias patógenas, incluyendo Campylobacter; el lavado, en cambio, puede ayudar a propagarlas.

3. Lavar los utensilios, tablas de cortar, leche no pasteurizada. Tomar las medidas oportunas en la granja es determinante para controlarla. Muchas de las aves no desarrollan la enfermedad ni muestran síntomas. La contaminación se produce por comer carne mal cocida o por contacto directo con animales infectados.

Según los resultados de la encuesta realizada por la FSA, el conocimiento que tiene el consumidor sobre Campylobacter es inferior al de otras bacterias como Salmonella o E. coli; y, además, de las pocas personas que saben de la bacteria, solo el 31% la relaciona con las aves de corral.

Incidencia en la Unión Europea

Campylobacter es, al lado de Salmonella, una de las bacterias que se localizan con más frecuencia en la UE. A pesar de que los casos confirmados desde 2008 han ido en un claro descenso, continúa siendo una de las bacterias más detectadas, según los informes que elabora cada año la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC). La mayoría de los casos asociados a esta bacteria se dan por el consumo de carne de pollo contaminada.

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