Estudian el efecto del CO2 sobre la capacidad de las plantas para retener agua

El objetivo es hacer frente al déficit hídrico asociado al cambio climático
Por EROSKI Consumer 11 de mayo de 2010

El Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (Imida), dependiente de la Consejería de Agricultura y Agua del Gobierno de Murcia, ha realizado durante los últimos años estudios a escala regional y nacional sobre el impacto en las plantas de un aumento de CO2.

«En las regiones de clima semiárido, como la murciana, el déficit hídrico estructural puede incrementarse debido al cambio climático», explicó el director del Imida, Adrián Martínez. La competencia por el agua entre los diferentes sectores productivos encarecería este recurso para el riego de manera significativa, máxime si se tienen en cuenta unos mayores costes energéticos por tener que recurrir a desaladoras, añadió. Por ello, «se precisan mecanismos capaces de incrementar la tolerancia de las plantas a aguas de menor calidad, más salinas y de un menor coste, para así poder mantener los niveles productivos y de rentabilidad», aseguró.

El incremento del CO2 tiene un efecto directo sobre la fisiología de la planta, por su influencia en la fotosíntesis, transpiración y respiración, indicó Francisco del Amor, investigador principal de los citados proyectos. El científico argumentó que un elevado nivel de dióxido de carbono por lo general produce un cierre parcial de los estomas de la hoja y este efecto reduce las pérdidas de agua debidas a la transpiración.

Este nuevo ambiente puede ser capaz de desarrollar plantas con un mayor potencial de crecimiento, con respecto a aquellas cultivadas en ambiente estándar, señaló el investigador. La mayor conservación del agua en la planta puede afectar de forma directa a su tolerancia frente a un estrés hídrico y también sobre un estrés salino, apuntó.

Otro de los objetivos de estos trabajos fue disminuir más la transpiración para conseguir un mayor ahorro de agua. El responsable de estos proyectos apuntó que algunas técnicas que utilizan antitranspirantes pueden originar una disminución de la fotosíntesis, y por tanto, «una nueva atmósfera con mayor concentración de CO2 podría superar estos inconvenientes e incrementar la eficiencia en el uso del agua en plantas con un potencial productivo superior».

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