La biotecnología divide países desarrollados y países en vías de desarrollo

Por EROSKI Consumer 19 de febrero de 2003

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha advertido de la gran distancia que separa países desarrollados y países en vías de desarrollo en el ámbito de la biotecnología. Louise Fresco, subdirectora general de la FAO, alerta de que las diferencias entre agricultores ricos y pobres “se agrandan cada vez más”.

Desde la FAO advierten que las diferencias sobre las necesidades de la investigación, entre el desarrollo tecnológico y la transferencia actual de tecnologías distancian cada vez más a países desarrollados y países en vías de desarrollo. La FAO propone eliminar este distanciamiento a través de » nuevo planteamiento de la biotecnología que haga frente a las nuevas exigencias en materia de calidad y cantidad de alimentos y de nuevos productos agrícolas», afirma Fresco.

Según la experta, directora del Departamento de Agricultura de la FAO, «el 85% de las siembras de todos los cultivos transgénicos son de soja resistente a los herbicidas, a maíz resistente a los insectos y a variedades de algodón enriquecidas genéticamente, pensadas para reducir los costes de trabajo en los sistemas de producción a gran escala, no para alimentar al mundo en vías de desarrollo ni para aumentar la calidad de alimentos». Todo ello hace muy difícil equilibrar la situación con los países desarrollados.

Además, intensifica el problema el hecho de que «el 70% de las inversiones en biotecnología de la agricultura corresponde al sector de la investigación privada de las multinacionales, sobre todo en países desarrollados», clarifica Fresco. Para la experta, «la biotecnología puede añadir nuevas dimensiones a los enfoques integrados ya existentes». Una de las vías de escape para los países en vías de desarrollo podría estar no sólo en los organismos modificados genéticamente (OMG) sino en los marcadores genéticos, genómicos y proteómicos», insiste Fresco.

Tres son los problemas básicos que deberían subsanarse: sequía, erosión y salinidad. Para conseguirlo, Fresco apuesta por un cambio de orientación de la investigación, a la que atribuye una especialización extrema que tiende a centrarse en una sola planta o en los niveles celulares. La investigación debería encaminarse hacia «sistemas basados en la gestión de plagas y evitar que se centre en monocultivos», corrobora Fresco.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube