La elaboración de vino deberá regirse por normas de seguridad alimentaria

Por EROSKI Consumer 16 de abril de 2003

La seguridad alimentaria no debe pasar por alto la producción de vino ya que, entre los muchos aspectos implicados, los riesgos causados por los alérgenos escondidos en los alimentos pueden representar un problema de salud para algunos consumidores, especialmente a medida que las elaboraciones son más complejas y se ingieren cada vez más alimentos procesados.

La normativa actual de la Unión Europea que regula el etiquetado de productos alimenticios se restringe a alimentos que contienen trigo, huevo, leche o cacahuetes, y no considera por ahora las bebidas alcohólicas. Por ello, desde Vitivinicultura solicitan que las directivas permitan a los consumidores identificar los posibles alérgenos presentes en los alimentos, como es el caso de los alérgenos de las uvas.

En este sentido, las prácticas enológicas se dirigen cada vez más a reducir el empleo de aditivos en vinificación por los problemas sanitarios que pueden ocasionar y controlar mejor los procesos de fermentación, especialmente la fermentación maloláctica, dada la preocupación que genera la aparición de aminas biógenas, sus principales alérgenos.

A pesar de que se han detectado pocas manifestaciones alérgicas causadas por el consumo de uvas, sí se han asociado con reacciones a melocotones y cerezas, sin haberse identificado los principales alérgenos del fruto de la vid, que en el vino se suelen relacionar con aminas y sulfitos, entre otros compuestos. Por ello, expertos sobre alergias de Milán están estudiando las reacciones a uvas y vino. Los primeros resultados se han confirmado gracias a técnicas inmunoquímicas y se separaron por métodos cromatográficos.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube