La prevención de la gripe aviar

El riesgo real de propagación de la gripe aviar se centra sobre todo en aquellos países con dificultades para abordar una crisis sanitaria
Por José Juan Rodríguez Jerez 13 de septiembre de 2006

El riesgo real de propagación de la gripe aviar y la preocupación de las autoridades sanitarias mundiales no se centra tanto en los países desarrollados sino en aquellos que pueden tener problemas para abordar una crisis sanitaria con gran número de animales afectados e incluso de personas. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) acaba de publicar una guía para la prevención de la enfermedad en América Latina, principal productora mundial de aves de corral. Esta guía, en la que se recoge una extensa información de calidad sobre la enfermedad, puede ser aplicable a otros países.

En contra de lo que muchos consumidores europeos piensan, el control y prevención de la gripe aviar no se centra en dejar de consumir aves o productos derivados. Se trata de un problema de sanidad animal, por lo que la principal medida no se puede centrar sólo en el consumo de productos, sino en el control de los animales. En la Unión Europea y en los países desarrollados el control tiende a ser eficaz, puesto que existen técnicos preparados, se tiene capacidad para llegar a la mayor parte del territorio y hay conciencia, por parte de los gestores políticos, de que se trata de un problema a controlar. Estamos, por tanto, ante medidas de prevención desarrolladas y coordinadas, en gran medida, por los sectores y administraciones públicas.

Sin embargo, en los países en desarrollo, la disponibilidad de medios es inferior, lo que indudablemente puede implicar un mayor riesgo de diseminación en el caso de que se den brotes de cierta importancia. Ante esta situación, se está haciendo un especial hincapié en establecer medidas de prevención en aquellos países en los que aún no han aparecido brotes destacables, y que son importantes por los niveles de producción y comercialización de aves y sus productos derivados. En estos países, más que una gestión pública del problema, existen recomendaciones de organizaciones internacionales, con una gestión privada, puesto que el valor económico de la producción es enorme en cantidad y en valor comercial.

Para ofrecer a los avicultores herramientas que les permitan llevar a cabo una eficaz prevención de la enfermedad, la FAO ha preparado la «Guía para la Prevención y el Control de la Gripe Aviar en la Avicultura de Pequeña Escala en América Latina y el Caribe». Está previsto que la publicación se difunda y distribuya por los países miembros de la organización en la región y a la Asociación Latinoamérica de Avicultores (ALA), para que ayude a detectar de forma temprana no sólo la IA, sino también otras enfermedades similares, mejore las medidas de bioseguridad en granjas avícolas de pequeña escala y contribuya a reducir el contacto entre aves silvestres y aves de corral para mejorar los niveles de prevención de esta y otras enfermedades aviarias.

Gripe aviar y América Latina

Prevenir la gripe aviar pasa por divulgar sus características para que los pequeños avicultores la reconozcan y la notifiquen a los responsables

La gripe aviar es una enfermedad viral altamente contagiosa de las aves, que se presenta generalmente en forma epidémica, es transfronteriza y puede afectar eventualmente a los seres humanos. La cepa H5N1, que actualmente está circulando en Asia y Europa, corresponde a la categoría de las que causan la Influenza Aviar Altamente Patógena (IAAP), que provoca hasta el 100% de mortalidad en las aves y mas del 50 % en seres humanos. Esta cepa no está presente en el continente americano. Sin embargo, otros subtipos de virus de IAAP (H5N2, H7N3) sí han causado recientemente brotes en Canadá, Chile, EEUU y México, todos controlados y erradicados con éxito. La prevención, por tanto, se centra en evitar, en la medida de lo posible, la llegada de las cepas más peligrosas y el de crear unas condiciones de prevención eficaces.

Los países de América Latina y el Caribe son uno de los principales productores mundiales de aves de corral como pollos, gallinas, pavos, patos y gansos. Encabeza esta lista Brasil, seguido en importancia de México, Argentina y Colombia. Estos países emplean sistemas de producción tecnológicos de última generación que aportan productos de extraordinaria calidad, destinados en gran medida al consumo local y a la exportación. Todo el sistema se basa en miles de pequeños avicultores y propietarios de aves, cuya producción contribuye significativamente a la seguridad alimentaria de la población. El valor bruto de todos los productos avícolas en 2004 era de 23,5 mil millones de dólares americanos. Una cifra impresionante en cuanto a la viabilidad de la economía de amplias zonas geográficas.

Una de la medidas para prevenir y controlar la Influenza Aviar (IA) es divulgar las características de la enfermedad para que los pequeños avicultores, técnicos pecuarios y veterinarios, reconozcan la enfermedad en el campo y de inmediato la notifiquen a la autoridad de los servicios veterinarios locales.

PREVENCIÓN EN GRANJAS

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Dado que los virus pueden diseminarse por diferentes vía, y que en las fases iniciales esta diseminación puede producirse de manera silenciosa, no existen casi momentos en que el riesgo de la enfermedad sea cero si se producen intercambios comerciales entre áreas o países afectados. Cuando se sabe que se ha producido un brote de gripe aviar en una zona vecina, esto no significa que algunas granjas cercanas aún no estén infectadas. Las aves y los seres humanos pueden haber viajado desde el área infectada a otras, antes que la enfermedad sea detectada o que el brote haya sido considerado.

Una granja permanecerá libre de la enfermedad si el granjero confía en su experiencia para mantener su granja libre de enfermedades y mantiene en todo momento unas óptimas condiciones de higiene, limpieza, alimentación y gestión de los animales. Las aves mantenidas en buenas condiciones tienen acceso a agua limpia y alimento adecuado, a corrales apropiados y reciben productos antiparasitarios y vacunación. Si no se mantienen estas condiciones, las aves son más propensas a enfermar, producen menos huevos, menos carne y, por tanto, menos alimentos o ingresos. Además, los animales se han de mantener en lugares protegidos, es decir, en un lugar cubierto. De esta manera se reduce el contacto entre aves domésticas y animales infectados o lugares contaminados. Además, hay que controlar la entrada de personas en las granjas de producción. Las medidas hay que extremarlas en determinadas condiciones:

  • Cualquier persona proveniente de un lugar donde hubiera aves enfermas puede transportar el virus en su ropa y calzado.
  • Miembros de la familia: provenientes de lugares vecinos, del mercado local, de comunidades aledañas.
  • Vecinos
  • Intermediarios que llegan para comprar o vender aves pero también cerdos, ganado u otros productos agrícolas.
  • Utensilios y equipos de granjas infectadas Veterinarios y técnicos agropecuarios que llegan para realizar tratamientos o la vacunación de los animales. Puede que hayan visitado recientemente una granja infectada.
  • Pollitos, patitos, lechones comprados a un intermediario de una granja vecina, en el mercado o de origen desconocido.
  • Compra de alimento para animales, equipo e instrumental.
  • Ingreso de motocicletas, bicicletas u otros vehículos al patio de la granja.
  • Perros o gatos que traigan animales muertos.
  • Estiércol de aves (pollinaza o gallinaza) comprado a otra granja.
Bibliografía
FAO. 2006. Guía para la prevención y el control de la gripe aviar en la avicultura de pequeña escala en América Latina y El Caribe. FAO, Roma, Italia
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