La riqueza de antioxidantes en el cacao
La presencia de antioxidantes en el caco se pierde durante los procesos de elaboración y manipulación de productos derivados, según un estudio
- Autor: Por JORDI MONTANER
- Fecha de publicación: jueves 14 abril de 2005

La moda de las vitaminas ha dado paso con el tiempo a la de los antioxidantes. Se trata de una moda a la que la industria alimenticia no permanece ajena, como tampoco los estudios clínicos encargados de dicernir si antioxidando se pueden prevenir enfermedades oncológicas y episodios cardiovasculares.
UNAS MOLÉCULAS SUMAMENTE INESTABLES
Los radicales libres, los malos de la película, son moléculas extraordinariamente inestables que se originan en el organismo por el simple contacto con el oxígeno o por otras causas externas, como la contaminación atmosférica, el humo de tabaco, los residuos de pesticidas y el consumo elevado de grasas saturadas.
Los antioxidantes, por otra parte, son nutrientes del tipo de la vitamina C, vitamina E o los carotenoides (betacaroteno, licopeno y luteína), que se encuentran en los alimentos que ingerimos, como frutas o verduras frescas. Algunos investigadores creen que los antioxidantes pueden prestar un favor impagable a la salud y detener fenómenos como el envejecimiento al combatir declaradamente los radicales libres.
Denham Harman, médico e investigador de la Universidad de Nebraska, fue quien primero presentó la teoría de que «unos radicales libres» eran los causantes del envejecimiento sufrido por los tejidos vivos, más que el escueto paso del tiempo. Según esta teoría, las funciones normales del cuerpo (por ejemplo, la respiración y la actividad física) y determinados hábitos como fumar generan ininterrumpidamente la producción de radicales libres en el organismo.
Los radicales libres atacan a las células sanas, las debilitan y las hacen más susceptibles a la enfermedad. Se trata en realidad de meros átomos, o grupos de átomos, que contienen como mínimo un electrón desapareado. Están siempre presentes en el organismo, pero en condiciones de salud óptimas lo hacen en cantidades relativamente pequeñas y controladas. No cabe duda que son necesarios y cumplen con una misión: se necesitan radicales libres para producir energía, destruir virus y bacterias o activar determinadas hormonas.
El problema surge cuando hay un exceso de radicales libres pudiendo afectar incluso la codificación genética de las células, destruir sus membranas, favorecer la retención de líquido intracelular y agostar los tejidos, favoreciendo también la aparición de infecciones o enfermedades degenerativas (tumorales).
El envejecimiento no es un proceso cronológico brusco y repentino. Tanto el envejecimiento como las afecciones degenerativas asociadas, sobrevienen de manera gradual y comienzan desde el instante mismo de la gestación, antes incluso del nacimiento. El pavor a envejecer ha disparado el consumo de sustancias antioxidantes en medio mundo; incluso han aparecido alimentos de mascotas ricas en esas sustancias, para propiciar que los animales queridos vivan más tiempo en nuestros hogares.