Entrevista

Manuel Carrillo, investigador del Instituto de Acuicultura Torre de la Sal (CSIC)

«Hemos inventado las ondas cuadradas para la acuicultura»
Por Mercè Fernández 28 de julio de 2006
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Manuel Carrillo investiga la fisiología y biología de la reproducción de peces en el Instituto de Acuicultura Torre de la Sal, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en Castellón. Su grupo de investigación ha desarrollado métodos para mejorar el crecimiento de los animales a través de la aplicación de luz en periodos determinados.

Aunque el uso de luz para acelerar el crecimiento ya es conocido, el equipo de Manuel Carrillo ha estudiado la forma de aplicar periodos cortos de luz para inhibir, en un momento concreto, la inhibición de hormonas relacionadas con el inicio de la pubertad, para que siga creciendo. «Las reservas biológicas de un organismo son limitadas y o bien se dirigen al crecimiento o bien a la reproducción». Y cuando los animales llegan a la pubertad, crecen menos. «Nuestra técnica se podría aplicar a cualquier animal que tenga ojos y ventana pineal, y glándula pineal, donde se produce la melatonina».

Su equipo ha desarrollado una metodología para retrasar la pubertad de las lubinas. ¿Con qué objetivo?

La lubina se comercializa en su segundo año de vida, precisamente en el momento en que el macho alcanza la pubertad. La hembra madura más tarde La idea es que las reservas biológicas de un organismo son limitadas y, o bien se dirigen al crecimiento, o bien a la reproducción. Cuando el macho alcanza la pubertad, deja de crecer y para los acuicultores eso es un problema porque consiguen ejemplares de sólo 300 o 400 gramos. La técnica que hemos desarrollado se puede aplicar para retrasar un mes la pubertad y con ella se consiguen animales mayores, de unos 500 g aproximadamente. Dependería del animal. Otra aplicación de la técnica sería para evitar los machos precoces.

¿Precoces? ¿En qué sentido?

En el primer año, los machos presentan un intento de maduración gonadal. Algunos, entre un 20% y un 30%, lo consiguen y, tras la pubertad, no sólo crecen mucho menos sino que son más sensibles a enfermedades. Para las empresas de acuicultura es un inconveniente. Hemos logrado inhibir totalmente la aparición de estos machos precoces con períodos de 24 horas de luz a partir de los cuatro meses.

¿No es estresante aplicar luz durante todo el día?

Sí, si un animal está con luz continua es estresante. Pero nosotros hemos descubierto que bastaría con un período de cuatro meses de aplicación continua de luz. Incluso con un mes ya bastaría, siempre y cuando incidiera en el momento adecuado.

¿Cómo saben el momento?

«La técnica que hemos desarrollado retrasa un mes la pubertad de la lubina y se consiguen animales mayores»

Lo sabemos con técnicas moleculares, con estudios hormonales del cerebro y de las gónadas, a través de la detección de las hormonas que están relacionadas con el inicio de la pubertad. Las lubinas son animales muy estacionales, que se reproducen en febrero. Es entonces el momento de aplicar los fotoperíodos largos para retrasar la pubertad. Es como si el animal viera que todavía tiene más tiempo para seguir creciendo.

¿No pueden resultar perjudiciales para los animales estos métodos? ¿No puede, por ejemplo, producir alteraciones a largo plazo al cabo de varias generaciones?

Son procedimientos amigables con el medio ambiente. Además, con el tratamiento que retrasa la pubertad los animales después son más fecundos. El fotoperíodo le sirve al animal para medir el tiempo, para saber si es el momento adecuado del año para reproducirse. Lo único que hacemos es cambiar ese momento.

Me pregunto cómo sabe el animal si es momento de reproducirse.

Por la melatonina, una hormona cerebral que se produce durante la noche en la glándula pineal. Sirve para medir el tiempo. Ahora estamos estudiando cómo se relaciona esta hormona con los otros factores liberadores hipotalámicos relacionados con el inicio de la pubertad.

¿Aplican las empresas sus técnicas?

Sí. En el caso de empresas de engorde, les asesoramos acerca de la ubicación de luces sobre las jaulas flotantes en la costa para acelerar el crecimiento de los peces. En países nórdicos con poca luz, como Noruega, ya lo hacen en especies como el salomón y el bacalao. Se hace incluso con los pollos.

De los pollos se dice que algunos crecen tan deprisa que presentan problemas de crecimiento, como una calcificación insuficiente de los huesos. ¿Puede suceder algo así con los peces, que si se acelera el crecimiento presenten algún tipo de problema?

Si se acelera el crecimiento, hay que asegurarse de que los animales coman bien, de que reciban todos los aminoácidos, proteínas y carbohidratos esenciales. Si hay deficiencia, como minerales u otros nutrientes, lo van a acusar. Hay que buscar ese equilibrio. También hemos reorganizado los bancos de reproductores para algunas empresas, para que consigan tener puestas todos los meses. Lo hemos hecho mediante la aplicación de luz y temperatura.

¿Ponen todos los peces a reproducirse todos los meses?

No, lo hacemos por grupos. A cada grupo y en diferentes meses se les aplica un tratamiento específico para que crean que es su momento de reproducirse. Hemos inventado las ondas cuadradas. Son fotoperíodos constantemente largos y constantemente cortos que se aplican sucesivamente, pasando del largo al corto y después, llegado el momento, de nuevo a fotoperíodos largos.

¿Se pueden usar técnicas como la suya para repoblar los ecosistemas de lubina o de otras especies?

Se podría pensar en políticas de repoblación, en la producción de larvas, alevines para repoblar los ecosistemas marinos en zonas protegidas. La técnica existe. Hacerlo dependería de la política. Y nuestra técnica se podría aplicar a cualquier animal que tenga ojos y ventana pineal, un órgano translucido que permite la entrada de la luz a la glándula pineal, donde se produce la melatonina. La luz ha sido un factor muy importante en la evolución de muchos animales, para regular su supervivencia. Una señal de su relevancia es que se han hallado fósiles con dos agujeros o ventanas pineales.

ESTIMULAR LA LUBINA DE ESPAÑA

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«La lubina con la que trabajamos es nuestra especie modelo, porque en cautividad se reproduce espontáneamente. Es como nuestra rata de laboratorio», bromea Carrillo. No sucede lo mismo con otros bancos de reproductores que no siempre están adaptados. «En acuicultura, no siempre hemos sabido proporcionarles el entorno adecuado así que hay que estimularles con fotoperiodos y con hormonas, factores liberadores hipotalámicos que se inyectan en los peces». Ahí, señala este investigador, hay un problema porque aplicar el tratamiento a todos los animales es costoso.

«Existe un tipo de pez salmoniforme, pequeño y casi transparante, al que se le pueden dar baños de hormonas, porque el animal las absorbe a través de las branquias». Pero es una excepción. Para la gran mayoría de especies, los acuicultores deben buscar la forma de estimular la reproducción de los animales. Se está intentando ahora con el atún rojo, para poder tener bancos de reproductores.

El caso de la lubina es diferente. «Es un cultivo que en nuestro país funciona bien», afirma Carrillo. «Todas las larvas que van a las jaulas de engorde en nuestro país se producen en un criadero de Castellón. El producto tiene una perfecta trazabilidad y, como cada vez el mercado exige más, la calidad resultante es buena». A nivel de mercado, añade, se debería favorecer la lubina de España porque «hay mucha que viene de otros países y no tiene la misma trazabilidad que la de aquí».

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