Siete maneras de prevenir intoxicaciones alimentarias

Conocer los alimentos más sensibles a posibles contaminaciones y cuál es la manera de prevenirlas es clave para reducir los brotes de intoxicación alimentaria
Por Marta Chavarrías 13 de julio de 2011
Img lavando lechuga
Imagen: Paul Downey

Tener conciencia del riesgo que pueden suponer ciertos alimentos es clave para prevenir y evitar las lavarse siempre, incluso si se van a pelar. También pueden lavarse las ensaladas envasadas listas para consumir, ya que la manipulación adicional posterior puede introducir nuevos contaminantes. Debe tenerse en cuenta que incluso el más completo de los lavados no siempre elimina el riesgo. Pero los alimentos no son lo único que debe lavarse, sino que los utensilios y las manos deben limpiarse con frecuencia y a conciencia.

3. Separar alimentos crudos de los cocinados. La restos a temperatura ambiente durante más de dos horas y congelarlos antes de los cuatro días. En ocasiones, puede ser que no se altere el olor o el sabor de un alimento contaminado.

7. Tener especial cuidado durante el embarazo. La seguridad alimentaria es aún más importante durante el embarazo, ya que algunos microorganismos patógenos pueden ser más violentos, como Listeria, que se localiza sobre todo en los quesos blandos y carnes frías.

Enfoque multidisciplinar

La información sobre los peligros de origen alimentario y la incidencia de las enfermedades transmitidas por alimentos son dos aspectos fundamentales para un mayor control. En un plano superior al del consumidor, en el que las autoridades sanitarias juegan un papel muy importante en el campo de la seguridad alimentaria, es necesario contar con estrategias y métodos innovadores para tipificar las distintas enfermedades y las posibles vías de contaminación de alimentos. Un sistema de vigilancia basado en realizar análisis en el laboratorio y dar un enfoque interdisciplinario ayuda a promover una mayor seguridad de los alimentos.

FORMACIÓN Y PREVENCIÓN

La epidemiología de las enfermedades transmitidas por los alimentos cambia con los años, ya que se desarrollan nuevos patógenos que se extienden por todas partes. La prevención de estas enfermedades tiene un carácter multidisciplinar: educación del consumidor y buenas prácticas de producción industrial. El primer caso ayuda a entender mejor los mecanismos de contaminación y transmisión de patógenos y, por tanto, facilita adoptar las medidas para interrumpirlas. Además, la formación del consumidor debe ayudarle a conocer los nuevos patógenos y las nuevas vías de transmisión. Hasta hace poco, los alimentos más implicados en brotes de origen alimentario eran la carne, las aves, los mariscos y la leche no pasteurizada. Con los años, esta lista se ha modificado y se han detectado nuevos riesgos.

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