Ser voluntarios, realizar prácticas en una ONG, apoyar campañas de sensibilización ambiental y en playas, organizar un viaje solidario o apuntar a los niños a un campamento de integración o para fomentar el conocimiento de la naturaleza son alternativas para ser solidarios en verano. Este periodo es idóneo para participar en acciones que son difíciles de realizar durante el resto del año por falta de tiempo. El final de curso, la jornada continua en el trabajo o las propias vacaciones otorgan un tiempo extra que se puede emplear para ser solidarios.
1. Ser voluntario en verano
Realizar tareas de voluntariado en verano permite poner en práctica el lado solidario que, a menudo, se aparca durante el resto del año debido a múltiples obligaciones. Las opciones son infinitas, ya que numerosas ONG se mantienen activas en este periodo. Entre las diferentes alternativas, una de las más habituales es compartir tiempo con quienes están solos en verano, como las personas mayores, o quienes deben permanecer siempre en compañía, como las personas con discapacidad.
El voluntariado presencial en campamentos, con personas mayores o con discapacidad son alternativas apropiadas para el verano
Otras acciones de este tipo se concentran en los campamentos de verano y en las colonias, donde los voluntarios cuidan de los asistentes u organizan actividades de ocio o deportivas, entre otras. En los campamentos para personas con discapacidad se requieren tareas de voluntariado asistencial, mientras que los monitores son muy valorados en las colonias en general.
Cibervoluntarios ha previsto diversos cursos y talleres para quienes quieran aprovechar el verano para formarse o formar. Internet para mayores, búsqueda de empleo o ayuda a personas inmigrantes para realizar trámites administrativos son algunas propuestas.
La Plataforma del Voluntariado de España dispone de un buscador de ofertas de voluntariado, tanto presencial como virtual, para quienes tengan limitaciones de disponibilidad o se encuentren en un lugar donde no hay posibilidad de llevar a cabo tareas de voluntariado.
2. Realizar prácticas en una ONG
Junto con el voluntariado, algunas ONG prevén la realización de prácticas de verano en sus oficinas. Es un modo de contar con personas con conocimientos profesionales, que suponen una gran ayuda para la gestión y funcionamiento de la organización. A la vez, los jóvenes aprovechan el verano para poner en práctica sus conocimientos y adquirir habilidades profesionales, muy válidas de cara al futuro.
En este sentido, hay dos aspectos importantes en los que pensar: qué tareas se quieren realizar y con qué ONG se puede colaborar. Algunas entidades publican sus propuestas antes del verano, pero en caso de no ser así, siempre es posible contactar con la organización en la que se tenga interés para analizar las posibilidades. Entre las organizaciones que ofrecen plazas para becarios figuran Survival, Acción Contra el Hambre e Intermón Oxfam. Las prácticas se realizan en los diferentes departamentos de las ONG, en tareas relacionadas con los estudios de los becarios para que tanto ellos como la organización obtengan el máximo partido.
3. Apoyar campañas de sensibilización ambiental y en playas
El verano en la ciudad o en el lugar de vacaciones es una ocasión idónea para comprometerse con las campañas que las ONG llevan adelante durante el resto del año o bien con acciones puntuales que se plantean en esta época. Las actividades en la playa o en el monte son una opción cada vez más frecuente entre las organizaciones, que apovechan estos espacios de confluencia habitual de personas en verano para fomentar la sensibilización de los ciudadanos con diversas causas.
El programa «Playas, Voluntariado y Custodia del Territorio» de la Fundación Biodiversidad pretende «impulsar la implicación de los ciudadanos en la conservación del litoral». A través de SEO/BirdLife, se desarrolla de julio a octubre en Cataluña, Cantabria, Canarias, Andalucía y Asturias. En estas comunidades autónomas se llevarán a cabo una docena de jornadas de voluntariado en el marco del programa «Playas sin desperdicio» para la «limpieza, señalización, retirada de especies exóticas y divulgación de los valores» de los arenales. De julio a diciembre se han previsto, además, acciones de voluntariado ambiental en Cantabria.
4. Viajar con conciencia solidaria
El turismo es un importante factor de desarrollo, pero también puede implicar problemas sociales, económicos y medioambientales. Cuando se viaja en verano, los turistas pueden hacer un esfuerzo por conocer más sobre la realidad del destino, ya que, a menudo, según el lugar elegido, más allá de los hoteles y las playas, las comunidades autóctonas se enfrentan a precarias condiciones de vida.
Es posible apuntarse a uno de los viajes solidarios que proponen algunas ONG o bien organizarlo por cuenta propia, pero sin olvidar determinados principios. Hay ciertos destinos turísticos en los que trabajan ONG y se puede aprovechar para conocer qué tareas desempeñan. Se viaje en familia o solos, siempre es adecuado tener en cuenta la realidad más allá del complejo hotelero o realizar actividades de manera respetuosa con el entorno, como el buceo.
5. Campamentos para niños y jóvenes
La solidaridad no está reñida con la edad. Al contrario. Los más pequeños también tienen la oportunidad de ser solidarios en verano a través de actividades lúdicas. Pueden participar junto con sus padres en las propuestas anteriores o bien acudir a campamentos de integración. La ONCE organiza estos campamentos para niños y jóvenes ciegos o con discapacidad visual grave, que comparten unos días con menores con otras discapacidades asociadas a la ceguera y pequeños sin discapacidad. El objetivo, indica la ONCE, es «potenciar una plena integración de los grupos y el conocimiento mutuo entre los escolares«.
SEO/BirdLife se encarga también de preparar campamentos de verano para que los niños conozcan la naturaleza y, en especial, aprendan más sobre las aves. Se han previsto campamentos urbanos en Barcelona y Madrid, junto con campamentos tradicionales en Sierra de Segura (Albacete) y en Alborache (Valencia).