Desde el desayuno hasta la cena, los productos de comercio justo pueden consumirse en cualquier momento del día gracias a su diversificación. Este tipo de intercambio cubre cada vez un espectro mayor con el objetivo de mejorar la situación de miles de artesanos y productores en todo el mundo. Pero lo fundamental de esta gama no es tanto su sabor, que traslada las texturas y gustos de diversos países del mundo, como la historia que guarda detrás cada producto.
El pasado 14 de mayo se celebró el Día Mundial del Comercio Justo y más de 2.000 personas se acercaron a Madrid para participar en la Gran Fiesta organizada por este motivo. Las ventas de estos productos no han alcanzado todavía el crecimiento esperado, incluso en 2008 descendieron, pero los consumidores identifican de manera clara una serie de productos con este modo de intercambio. Su principal característica es que gracias a ellos se benefician, sobre todo, los productores, a quienes se garantizan unas condiciones dignas de trabajo. No obstante, para asegurar que esto es así, conviene comprar productos certificados o adquirirlos en establecimientos que trabajan directamente con productores y que puedan constatar la procedencia del producto.
En el desayuno
Durante el desayuno se puede tomar café, azúcar, cacao, galletas y zumos de comercio justo
El primer café del día puede ser justo. También el cacao que toman los niños y los dulces o cereales que lo acompañan. Hay un sinfín de posibilidades. Desde la mañana hasta la noche se pueden aprovechar los productos de comercio justo, cada vez más variados y específicos, en un intento por eliminar barreras y excusas para evitar su adquisición. En la propia fiesta del comercio justo, Fairtrade España repartió desayunos con café, azúcar, cacao, galletas y zumos de comercio justo. También se repartió bizcocho de chocolate elaborado con ingredientes de las mismas características, una actividad promovida por la Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ) en el marco de la campaña «Es justo lo que necesitamos», que se desarrolla durante este año.
El café fue el primer producto en llevar el sello de comercio justo, recuerda Fairtrade España, que en el ámbito internacional trabaja con 256 productores de café en África, Asia y América Latina. «El precio de comercio justo está compuesto de un precio mínimo y una prima de inversión social, que se invierten en construcción de escuelas, hospitales locales, la creación de pequeños fondos de microcrédito, becas, inversiones para la mejora de la productividad, etc», explica la entidad. Según sus datos, en nuestro país hay más de 50 referencias de café de comercio justo certificado: molidos, mezclas, descafeinados para máquinas, en grano para restaurantes y máquinas de vending, monodosis, solubles, orgánicos y café ciudad, procedente de cooperativas de campesinos de los países menos favorecidos, cultivado sin agentes químicos y óptimo para «una ciudad sostenible y responsable con sus decisiones, que practica una compra ética». Alternativa 3 completa la gama con descafeinado de comunidades indígenas en Colombia, «que se esfuerzan por mantener su cultura y tradiciones». Los granos verdes de café se cultivan sin pesticidas, agroquímicos, ni abonos de síntesis, y se someten a un proceso de descafeinización mediante el uso de agua, presión y temperatura, indica.
La caña de azúcar es uno de los productos básicos más difíciles de cultivar y cosechar, precisa Fairtrade, de ahí que cuente con unas tarifas elevadas a las importaciones, lo que penaliza las exportaciones de algunos países. «El modelo de comercio justo asegura ingresos más altos para los productores de caña de azúcar en los países en vías de desarrollo y la posibilidad de acceso a mercados internacionales», añade Fairtrade. Es posible adquirir azúcar integral o blanco de caña, de cultivo ecológico, además de galletas, helado, miel o confitura elaborados con este producto.
Apenas una mínima parte de las ganancias del cultivo de grano de cacao recae en los campesinos, recuerda Fairtrade. Explica que gran parte del chocolate que se consume en nuestro país procede de Costa de Marfil, «donde la producción del cacao representa una parte importantísima de la economía». Sin embargo, «la dificultad de subsistir en el cultivo del cacao ha generado un incremento en el trabajo infantil e incluso la esclavitud». Apostar por el cacao de comercio justo supone un salario digno para los campesinos, que no emplean a niños para las cosechas. Un total de 54 cooperativas producen cacao que se vende con el Sello Fairtrade. Entre los productos destacan, además de los cacaos, chocolates y bombones, crema de cacao con avellanas y galletas de cacao.
Para promocionar estos productos, Fairtrade ha puesto en marcha del 25 de abril al 29 de mayo una campaña global de desayunos de comercio justo, que ya se han llevado a cabo en 22 países. También participan en esta iniciativa los propios productores de algunas cooperativas. Los desayunos Fairtrade se organizan en oficinas, escuelas, hoteles, albergues juveniles, restaurantes, plazas y parques, explica esta organización.
Para picar
Algunos tés se recogen de manera manual en los propios árboles y no se usan adhesivos ni colas para elaborar las bolsitas
Tras el desayuno y justo antes de comer, se puede picotear con moderación. Para este momento del día, Intermón Oxfam propone aprovechar la variedad de galletas, ya sean con miel y anacardos -fabricadas con huevos de gallinas criadas en libertad- o con cacao y anacardos. Setem completa la propuesta con barritas de chocolate o frutos secos. A media tarde, los dulces y snacks, como patatas chips y productos de maíz, son una opción, junto con los cafés, tés e infusiones, las tortas de arroz inflado, las barritas de sésamo o los frutos secos.
En algunos casos, los tés e infusiones proceden de gricultura ecológica y tienen muy bajo contenido en teína. El té blanco con pétalos de flores de Setem, se cultiva en China, en la región de Yunnan, «en árboles centenarios dispersos en bosques». Para recogerlo, se sube al árbol, se coge la yema y las dos primeras hojas de cada rama. El té es respetuoso con el entorno, señala Setem, tanto por el modo en que se recoge como por obtenerse de árboles dispersos en un extenso territorio. En los tés en bolsitas piramidales no se usan adhesivos ni colas, «de manera que no hay ningún residuo químico que pueda pasar a la infusión».
El respeto al medio ambiente es una de las máximas del comercio justo, recuerda Intermón Oxfam, ya que «la sobreexplotación de los recursos naturales compromete el desarrollo de los países del Sur». Describe cómo en los últimos años se ha intensificado el uso de pesticidas y fertilizantes en las plantaciones, hasta el punto de utilizarse sin control unas 400.000 toneladas anuales de pesticidas en los países del Tercer Mundo.
Para comer o cenar
Imagen: Shared Interest
Esta gama de productos se desarrolla cada vez más, con una variedad de posibilidades. Setem comercializa en conserva palmito de Costa Rica y setas deshidratadas. Y para el postre, piña en su jugo. Intermón Oxfam pone a la venta arroz Hom Mali blanco, procedente de la agricultura ecológica, macarrones, fusilli y espaguetis con quinua y cuscús. Para aderezar la comida, hay vinagre de vino con hinojo y limón, especias variadas y mostaza. Setem añade a la lista sal marina con algas o con especias. Para beber, cuenta con frioté, elaborado a partir de rooibos, tererito, una bebida con extracto de hierba mate y azúcar integral de caña, guaranito cola, e incluso, cerveza, vinos variados, licores y ron solidario.
Se elaboran piruletas con azúcar de comercio justo, sin colorantes y aromas naturales
Los niños también pueden conocer el comercio justo a través de productos pensados para ellos, si bien en este caso deben consumirse con mesura. Las piruletas Fruit 3 de Alternativa 3 están elaboradas con azúcar de comercio justo, colorantes y aromas naturales. Otra opción es el bombón guirlache recubierto de chocolate de comercio justo, con anacardos de Sri Lanka, azúcar de Islas Mauricio y cacao de República Dominicana. Para niños y adultos, se elaboran varias clases de caramelos. De sabores, sin colorantes y con aromas naturales, de café elaborados de manera artesanal o de miel, con azúcar de Islas Mauricio. Setem propone caramelos sin gluten de limón y tomillo, fresa y nata, café, frutas, miel, ositos “bio” con sabor a cola o a frutas y piruletas de fresa.