Ante todo, los flashmobs están pensados para llamar la atención. Por ello las causas sociales recurren a estas formas de expresión como reclamo para que la ciudadanía se fije en ellas. Tanto ONG como personas individuales han protagonizado algunos de los flashmobs más multitudinarios y que han recibido un mayor número de visitas en la Red. En este artículo se destacan cinco propuestas correspondientes a distintas causas: enfermedades neurodegenerativas, los niños indios, el acoso escolar, las personas sin hogar y la ayuda a las ONG.
1. Una canción a favor de la investigación en terapias curativas
Ha superado las 300.000 reproducciones en YouTube. ‘Today is my future’ es uno de los flashmobs más visitados. Rodado el 1 de diciembre de 2012 en Bilbao, responde al interés de Mikel Renteria y de su mujer, Mentxu, por «luchar contra las enfermedades neurodegenerativas y apoyar la investigación en terapias curativas». Este es el fin de WOP, Walk On Project, fundado por ellos dos y que ha dado lugar a la Wop Band. Este grupo es el que se plantó en medio de una de las calles más concurridas de la capital vizcaína para poner música y letra a la esperanza de quienes están aquejados por una enfermedad neurodegenerativa poco común, como la que diagnosticaron a su hijo de 6 años en 2008.
El flashmob comienza, como la mayoría, de manera aparentemente espontánea. Mikel camina por una calle con una guitarra, un amplificador y un cartel en el que se puede leer el siguiente mensaje: «Una única persona no puede solucionar las enfermedades neurológicas de cientos de niños. Pero… Si todos nos unimos, nada es imposible!!!! GRACIAS». Empieza a tocar una canción y se acercan los primeros curiosos. Junto con ellos, llegan los miembros de la Wop Band y de la orquesta del conservatorio Juan Crisóstomo de Arriaga, un coro y más de 40 personas que comienzan a bailar. En total, se dedicaron más de cuatro semanas a organizar este flashmob, considerado «el mayor y más complejo» por sus impulsores.
2. Concienciar sobre la situación de los niños en Bombay
El 1 de junio de 2013, una mujer sorprendió a quienes se encontraban en un centro comercial de Barcelona. De repente, se subió a un banco y se puso a cantar. Bajó, comenzó a andar y salió a su encuentro otra mujer. Ambas corearon la misma canción y lograron la atención de los transeúntes, que miraban asombrados a los miembros de The Gospel Viu Choir. En un momento, un grupo de personas empezó a bailar en el centro de una plaza y los viandantes se contagiaron del ritmo.
Este flashmob sirvió para «dar a conocer el proyecto de lucha contra la pobreza y en favor de los derechos humanos que Sonrisas de Bombay lleva a cabo en los slums de esta ciudad«, explica la entidad. Todas las personas que tomaron parte fueron voluntarias, convocadas por la ONG a través de las redes sociales. Sobre todo, se intentó que la coreografía invitara a sonreír, por lo que la propia actuación se denominó ‘FlashSmile’ (flash sonrisa). Esta iniciativa forma parte de la campaña «-slums, +smiles» (menos slums, más sonrisas), que anima a conseguir que los niños de los barrios marginales de esta ciudad sonrían.
3. Baile contra el acoso escolar
El Día Internacional Contra el Bullying fue la jornada escogida para que los alumnos de dos colegios llevaran a cabo un gran flashmob en una zona comercial de Vancouver. Mientras decenas de personas hacían sus compras, comenzó a sonar una canción y varios adolescentes emergieron entre la multitud ataviados con camisetas de color rosa en las que se podía leer la palabra «acceptance» (aceptación).
El vídeo se grabó en enero de 2011 y desde entonces ha superado 1,3 millones de reproducciones. Para su realización, además de contar con la participación voluntaria de los alumnos de dos centros escolares, se dispuso de la colaboración desinteresada de un coreógrafo y una directora, que coordinaron al grupo. Entre todos transmitieron un mensaje de unidad frente al acoso escolar, que afecta cada año a miles de estudiantes en todo el mundo.
4. «Flashmob» silencioso en recuerdo de las personas sin hogar
No todos los flashmobs han de ser dinámicos ni basarse en coreografías llamativas. Se puede conseguir un efecto similar con una performance silenciosa. Esta es la opción de Cáritas al reclamar derechos para las personas sin hogar. En el marco de la campaña «Son derechos, no regalos. Nadie sin hogar», esta organización desarrolló flashmobs en distintas localidades, con el silencio como símbolo. Así se manifestaron varios grupos de personas ataviadas con caretas blancas y ropa oscura, que portaban carteles en los que se podía leer el lema de la campaña. A estas acciones siguió la lectura de un comunicado como acción complementaria a la campaña, desarrollada en 2012 para reclamar el derecho de las personas sin hogar a tener un techo.
5. Unidos por un «flashmob» a favor del cambio
El Día SOMOS es una jornada de agradecimiento a los socios regulares de las ONG. Sus donaciones se valoran y ese día las distintas entidades sociales hacen pública la importancia de estos gestos. Unos 7,5 millones de personas contribuyen de manera regular con las organizaciones. A todas ellas, se les anima ese día a salir a la calle con una prenda al revés para dejar constancia de su compromiso.
Además, en 2012, en Barcelona, llevaron a cabo una acción de calle en una estación de la localidad donde, como en el caso anterior, no recurrieron a una coreografía, sino a una reivindicación en la que un grupo de personas se colocaron una prenda al revés y animaron al resto a dar la vuelta a una prenda para «cambiar el mundo entre todos».
