Las finanzas éticas surgen durante la guerra de Vietnam, cuando los estadounidenses toman conciencia de que se estaban manifestando en contra de una guerra que, por otro lado, contribuían a financiar. El dinero que invertían en los bancos era utilizado en muchas ocasiones para pagar el conflicto bélico. En España sucedió algo similar durante la guerra de Irak, período en el que las instituciones bancarias éticas constataron un enorme crecimiento. Lo ético y lo responsable comienza a tomar protagonismo en la vida social, lo que promueve que muchas iniciativas en nuestro país, como la banca ética, aparezcan con fuerza. Jordi Marí (Palma de Mallorca, 1973), especialista en finanzas éticas y presidente de FETS -organización que desde 1999 reúne a más de 50 asociaciones, cooperativas y fundaciones que promueven la banca ética y el financiamiento responsable- asegura que hay una “gran desconfianza” sobre este tipo de iniciativas, aún no reguladas en España.
Bueno, no se invierte tanto en ellas como nos gustaría, a diferencia de otros países.
Porque la gente es más conservadora en la práctica que en su pensamiento y, en ese sentido, se ven con muy buenos ojos este tipo de iniciativas sociales, aunque no te llaman a la puerta al día siguiente para abrir una cuenta en un banco ético. A medida que haya más posibilidades prácticas de poder canalizar nuestro ahorro hacia finalidades éticas, va a ser más fácil invertir en este sector.
Bueno, no nos tenemos que sentir obligados a invertir en la banca ética. La banca ética propone una alternativa más: trabajar con entidades financieras tradicionales que nos ofrecen los productos a los que estamos acostumbrados, pero condicionándolos a unos determinados criterios éticos y sociales. Así las personas que quieran que su dinero se utilice en aquellos proyectos que estén de acuerdo con sus valores -apadrinamiento de niños, donaciones a proyectos en países en desarrollo, etc.- pueden tener la posibilidad de escoger este tipo de producto.
Hay desinformación y hay desconfianza. Es verdad. No todos los bancos ofrecen los mismos productos, algunos se especializan en fondos de inversión, en la banca empresarial, etc. En ese sentido la banca ética trabaja exactamente igual que la banca tradicional, con el mismo rigor, las mismas garantías y normas y con la misma supervisión por parte del Banco de España que cualquier otra entidad financiera del país. La banca ética hace una apuesta muy grande por la transparencia.
“La banca ética trabaja exactamente igual que la banca tradicional, con el mismo rigor, las mismas garantías y normas, y con la misma supervisión por parte del Banco de España”
No hay una forma jurídica diferenciada que sea la banca ética ni una regulación diferente a la de otros bancos. Simplemente es ética porque aplica interiormente y de forma voluntaria una serie de criterios, además de los exigidos por la ley. Además, yo creo que hay que diferenciar aquellas entidades que ofrecen canalizar tu ahorro hacia entidades sociales, éticas o ambientales sin ser bancos, y aquí no podemos hablar de banca ética, pero sí de instrumentos de financiación ética. Y debemos entender que como tales no estan sujetos a la legislación bancaria. Cuando hablamos de banca ética hablamos de dinero que tiene la misma garantía y que está sometido a la misma legislación que cualquier otra entidad finaciera.
El microcrédito puede ser un instrumento de financiación social en el sentido que ayuda a combatir la exclusión financiera que padecen algunos sectores de nuestra sociedad. Desde la banca ética se propone, además, que los proyectos que se financian sean proyectos que cumplan con unos baremos de sostenibilidad, de participación y respeto de los derechos de los trabajadores. En la medida en que los microcréditos apunten a que los proyectos que financian también cumplan con estos requistios, estos se pueden considerar totalmente un instrumento de banca ética. Por el simple hecho de prestar dinero a alguien que puede estar excluido financieramente, no. Cumplen con un interés social pero no participan activamente en la lucha contra esta exclusión.
“Desde la banca ética se propone que los proyectos que se financian cumplan con unos baremos de sostenibilidad, de participación y respeto de los derechos de los trabajadores”
Para que una entidad sea ética lo tiene que ser en todo su funcionamiento, no sólo en una parte. Pero tampoco me gustaría dar a entender que la obra social de las cajas de ahorro, por ejemplo, no tienen un interés ético y social importante, porque sí lo tiene.
Creo que dentro de 10 años las entidades bancarias ofrecerán productos éticos de forma más habitual y diversificada. Será normal que haya entidades que trabajen exclusivamente con criterios sociales, aunque no creo que haya nadie en estos momentos que sea capaz de ver si esto va a tener una gran acogida a nivel social o no.
“Dentro de 10 años las entidades bancarias ofrecerán productos éticos de forma más habitual y diversificada”
Sí. El problema es que a nivel estadístico no estamos regidos por ningún organismo propio, aunque está claro que vamos muy por detrás de la media europea y de los EEUU. Sólo contamos con datos de inversión socialmente responsables y no llegamos ni al 1%, mientras que en Europa están sobre un 5% y en EEU llegan al 10%.
Son rentables económicamente pero no colocan en primer lugar la maximización del beneficio económico, sino la maximizacion social, siendo económicamente sostenibles. La diferencia, como en cualquier otro tipo de inversión, depende más de cómo se gestionen y no tanto de si son éticas o no. Aunque sí que es verdad que algunos productos éticos ofrecen una rentabilidad financiera menor, porque así pueden ofrecer financiación a un precio más barato, ya que entienden que su labor principal es la de financiar o apoyar un cierto tipo de economía antes que conseguir beneficios.
No. No hay dependencia de ninguna entidad financiera a una ONG, aunque muchas ONG participan en proyectos de financiación o de banca ética. Algunas de ellas promueven el crédito social, pero siempre como un actor más.
Facilitamos información, no aconsejamos inversiones. Es importante que los medios y las instituciones públicas ofrezcan su apoyo para conocer y promover las finanzas éticas, porque así se generará más confianza en el sector.
