Entrevista

Miriam Alía, especialista de MSF en la intervención contra el ébola

Hemos desplegado toda nuestra capacidad contra el virus del ébola, pero por primera vez en una epidemia no es suficiente
Por Azucena García 29 de agosto de 2014
Img miriamalia hd
Imagen: MSF

Médicos Sin Fronteras ha desplegado más de mil trabajadores en Guinea, Sierra Leona y Liberia para hacer frente a la epidemia del ébola. Mientras en España “no podemos descartar al 100% un caso aislado de ébola, pero no generaría una epidemia”, en otros países la situación es preocupante. Miriam Alía, especialista de Médicos Sin Fronteras en la intervención contra esta enfermedad, se muestra tajante a este respecto. El estado de los sistemas de salud es crucial para hacer frente a una enfermedad que ha dejado más de mil muertos en los citados países. Miriam Alía, enfermera, regresó el 18 de julio de este último país, donde ejerció durante cinco semanas como responsable médico en la intervención contra el ébola en Guéckédou, un pueblo del sur. Es el brote más letal de la historia, que una vez más afecta a “países con escasos recursos y con sistemas de vigilancia y de salud muy débiles”. Estos constituyen la prioridad para MSF.

El ébola ha causado ya más de 1.300 muertes. ¿Podrían registrarse casos en España?

“No se puede descartar un caso aislado de ébola en España, pero no generaría una epidemia”

No podemos descartar al 100% un caso aislado, pero en los países con sistemas de salud avanzados, no generaría una epidemia. Los países desarrollados cuentan con sistemas de vigilancia epidemiológica, unidades de aislamiento, especialistas médicos y recursos materiales que impedirían contactos y contagios, en el hipotético caso de que se diagnosticara la enfermedad.

¿Por qué es tan agresiva esta enfermedad?

La enfermedad por el virus del ébola es una de las más mortíferas del mundo para el ser humano. El virus que la ocasiona es altamente infeccioso, con una tasa de letalidad que puede llegar al 90% de las personas infectadas. La expansión es muy agresiva porque se transmite a través de todos los fluidos, al estar en contacto con los enfermos o con los cuerpos de los fallecidos por esta enfermedad, aunque con tratamiento se puede aumentar el índice de supervivencia. En Tlimele, en Guinea, el índice de curación llegó al 70%. Sin embargo, en zonas sin acceso al tratamiento, apenas llega al 10%. Por eso es esencial acudir a los centros de tratamiento tras los primeros síntomas.

¿A qué se ha debido la actual epidemia?

“La enfermedad por el virus del ébola es una de las más mortíferas del mundo para el ser humano”

Los brotes de ébola se registran en países con escasos recursos y con sistemas de vigilancia y de salud muy débiles. La respuesta es compleja, aunque tecnológicamente sencilla. Con excepción de los laboratorios, que requieren tecnología más sofisticada, el resto de medidas que se ponen en marcha se consideran básicas en entornos con mayores recursos: no reutilizar material sanitario, desinfección de material y equipamiento reutilizable o uso de guantes, entre otras.

Las condiciones del sistema de salud, por lo tanto, son esenciales.

Cualquier entorno con un sistema de salud fuerte, accesible y gratuito, en el que la población confíe, sería un escenario más propicio para asegurar una contención temprana. Sin embargo, este no es el caso de la región afectada. Es la primera vez que se da un brote de ébola y, en este caso, han confluido tres circunstancias: ha llegado a núcleos urbanos, donde la propagación es más exponencial por la concentración de población; se han registrado muchos casos de contagio entre el personal de salud; y la epidemia ha adquirido un carácter regional, al ser una región fronteriza con mucho movimiento de población entre los tres países (Liberia, Sierra Leona y Guinea), lo que dificulta enormemente el seguimiento de los contactos y el trabajo de vigilancia epidemiológica.

Los países más afectados hasta el momento están tratando de reconstruirse tras años de guerras civiles y tienen dificultades para satisfacer las necesidades básicas de salud de sus ciudadanos y, más aún, para abordar una emergencia de esta complejidad y magnitud. Sierra Leona y Liberia tienen solo 0,2 y 0,1 médicos por cada 10.000 personas, respectivamente, frente a una media de 2,6 en África Occidental o 37,1 en España.

¿Cómo valora la actuación, una vez conocidos los primeros casos de contagio? ¿Se calcularon los riesgos y se tomaron las medidas adecuadas?

“La propia OMS ha reconocido que se subestimó el brote cuando las zonas y las cifras de afectados ya eran muy altas”

La propia Organización Mundial de la Salud ha reconocido hace escasos días que se subestimó el brote cuando las zonas y las cifras de afectados ya eran muy altas. El hecho de tratarse de una zona donde no se había dado un brote por virus del ébola ha contribuido a que haya costado transmitir la información sobre la enfermedad, las formas de contagio y la necesidad de acudir a los centros.

Respecto a las medidas preventivas, la mejor prevención es la información: información sobre cómo se contagia el virus, las formas de protección, la realización de funerales seguros… En este sentido, desde MSF solicitamos la implicación de los líderes nacionales y locales para hacer llegar a la población los mensajes más importantes, que estos sean coherentes y los mismos desde todos los ámbitos de la intervención.

¿Se están tomando medidas adecuadas por parte de la Organización Mundial de la Salud y de los países afectados?

Es una situación muy compleja. El brote está presente en cuatro países y las situaciones en cada uno son muy diferentes. Desde el inicio, MSF dijo que se trataba de un brote sin precedentes porque afectaba a varias localizaciones y se daba en una región africana en la que nunca antes se habían registrado casos. Tanto la Organización Mundial de la Salud, como la comunidad internacional y las organizaciones no gubernamentales deben incrementar de forma urgente la respuesta al brote y enviar más equipos a la zona. Tras la declaración de “emergencia de salud internacional” por parte de la OMS, hemos señalado que el esfuerzo internacional para detener el brote es inadecuado para satisfacer las necesidades requeridas para controlar la propagación del virus.

Los gobiernos de la zona cuentan con escasos recursos y sus sistemas de salud son extremadamente frágiles, más aún tras el impacto que el virus está teniendo en el personal sanitario. No obstante, esto no es óbice para señalar que, en algunos casos, los gobiernos nacionales y locales han cometido errores al subestimar el brote. Hace falta un esfuerzo para garantizar el correcto tratamiento, pero también para asegurar el servicio básico de salud para los afectados por otras patologías.

¿El ébola solo preocupa cuando llega a países considerados desarrollados?

Por una parte, se entiende que aumente la preocupación cuando se registran casos que afectan a ciudadanos de estos países y que se establezcan medidas para vigilar posibles nuevos contagios. Sin embargo, eso no debe desviar la atención de dónde está el brote y dónde causa estragos. Esa es la prioridad de MSF: controlar el brote en origen, que no afecte a más personas y que quienes están enfermas puedan recibir tratamiento. Como ha dicho la presidenta internacional de MSF: “Hacen falta manos en terreno”. Nuestra organización ha desplegado toda su capacidad, pero por primera vez en una epidemia, no es suficiente. Necesitamos que otras organizaciones se involucren en la asistencia, la vigilancia epidemiológica y la sensibilización.

¿Cómo está actuando MSF?

Desde marzo pasado, la organización trabaja para dar respuesta a la epidemia, y cuenta actualmente con 1.086 trabajadores en Guinea, Sierra Leona y Liberia, brindando tratamiento a un número cada vez mayor de pacientes. La prioridad de MSF es proporcionar atención a personas infectadas con el virus y para ello ya ha desplegado el número máximo de recursos humanos con experiencia.

Antes aludía a la necesidad de que otras organizaciones se involucren. ¿Colabora MSF con otras organizaciones o trabaja sola?

MSF está colaborando en todos los países afectados con los Ministerios de Salud. Facilita asesoramiento técnico en la gestión de la respuesta, la organización de los hospitales con centros de tratamiento de ébola y el suministro de equipos de protección. También ha colaborado con los equipos de Cruz Roja, que han recibido formación sobre el abordaje de la enfermedad y el tratamiento a los pacientes, en el centro de tratamiento de MSF en Kailahun. Además, colaboramos con otras organizaciones presentes en las zonas afectadas, que llevan a cabo actividades de sensibilización e información sobre el virus, y se han movilizado recursos para reforzar los sistemas de vigilancia epidemiológica y el seguimiento de contactos.

¿En qué condiciones trabajan los equipos de MSF? ¿Cuentan con infraestructuras adecuadas o medicamentos suficientes?

“Nuestros equipos trabajan bajo medidas de protección muy elevadas. Todo el personal está sujeto a protocolos de control de infección”

Nuestros equipos trabajan bajo medidas de protección muy elevadas. Todo el personal está sujeto a protocolos de control de infección, tanto en el centro de tratamiento como en el servicio de transporte, y seguimiento de alertas. Trabajamos con material de protección y medicamentos propios, cuya calidad está validada. Gracias al apoyo de nuestros donantes, podemos movilizar estos materiales de forma rápida. Pero hay que tener en cuenta que la epidemia está siendo muy larga y las intervenciones en fiebres hemorrágicas tienen un coste muy elevado. Un traje de protección, de un solo uso, cuesta alrededor de 25 dólares. En un centro pequeño, podemos utilizar unos 80 o 100 trajes de protección al día. Es esencial que todo el personal médico y de enfermería esté formado y el material de protección, disponible. No solo en los centros de tratamiento, sino también en las estructuras de salud habituales, donde guantes, mascarillas y desinfectantes son necesarios para garantizar la atención de salud, sin poner en peligro al personal.

¿Qué nivel de riesgo de contagio tienen estos equipos?

Lo primero que hay que señalar es que los pacientes de ébola deben ser atendidos en todo momento por personal vestido con trajes de protección adecuados. Una de las prioridades de MSF es formar al personal de salud, con el fin de reducir al máximo el riesgo de infección durante la atención al paciente. MSF tiene procedimientos de seguridad extremadamente rigurosos para evitar que los trabajadores se expongan al virus sin protección. Los centros de tratamiento están diseñados para garantizar la máxima protección del personal y la mejor atención a los pacientes. La entrada en la zona de alto riesgo, donde están ingresados los pacientes con sospecha de infección y los pacientes confirmados, está muy restringida con el fin de exponer al mínimo de trabajadores posible.

El personal en contacto directo con los pacientes debe usar traje integral de protección: pijama sanitario, capucha, bata, delantal, mascarilla, gafas protectoras y botas. Se organizan en parejas para garantizar un control y cuidado mutuo, asegurar que el compañero no comete errores o está en exceso cansado. Los medicamentos se administran preferentemente por vía oral, reduciéndose el número de inyecciones para evitar el riesgo de pinchazos; también se limitan en lo posible los análisis de sangre. Todas estas medidas están encaminadas a proteger al personal sanitario, que es quien más riesgo asume, al tener contacto directo con personas enfermas.

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