Personas mayores solidarias

Miles de voluntarios jubilados realizan tareas de acompañamiento a otros mayores o asesoran de manera altruista a jóvenes empresarios
Por Azucena García 7 de julio de 2007

El voluntariado no tiene edad. Cada vez más personas mayores colaboran con este tipo de actividades. La satisfacción que les reporta el sentirse útiles es casi tan grande como la ilusión de quien recibe su ayuda. La principal labor que desempeñan es la visita a otras personas de su edad que se encuentran solas y necesitan un poco de charla, un paseo o alguien que les acompañe al médico. También pueden poner en práctica sus conocimientos profesionales y asesorar, de manera altruista, a jóvenes u ONG con escasos recursos económicos. Hay varias posibilidades, según los intereses de quien desea colaborar. Los beneficios son tales que incluso los servicios sociales de base recurren a este colectivo para derivarles casos.

Talleres de formación

Talleres de formación

Las organizaciones y asociaciones de mayores apuestan por el envejecimiento activo. Un modo de vida opuesto al sedentarismo, en el que algunos optan por hacer deporte, mientras otros prefieren viajar, acceder a la universidad, realizar tareas de voluntariado, o todo a la vez. El objetivo es disfrutar con lo que se hace y no perder la ilusión. En el caso del voluntariado, las personas mayores pueden realizar una gran tarea. Su experiencia profesional o de la vida les concede la capacidad suficiente para ello. Hay tantas opciones como ganas de participar. Además, se organizan talleres previos para ayudar a los que no tienen claro la tarea que desean realizar o a aquellos que lo saben, pero necesitan una formación específica.

“Nos centramos en ellas porque son personas muy atentas, con muchas ganas de aprender cosas nuevas y de hacer voluntariado”

Con este objetivo, la Fundación de la Solidaridad y el Voluntariado (FUNDAR) ha organizado recientemente en Xativa y Orihuela los denominados Talleres de Formación para Mayores Voluntarios. La actividad de esta entidad se limita a la Comunidad Valenciana, donde tiene previsto más talleres en Benidorm, Castellón y Gandía. En total, cuenta con una red de voluntariado compuesta por 18 centros. Según explica Marisol Sánchez, técnico del plan de formación de FUNDAR, cada curso tiene una duración de cuatro horas y está destinado a personas mayores que quieren integrarse en alguna actividad de voluntariado, miembros de asociaciones de personas mayores y organizaciones de voluntariado con la tercera edad. “Nos centramos en ellas porque son personas muy atentas, con muchas ganas de aprender cosas nuevas y de hacer voluntariado”, indica.

La finalidad es ofrecer una formación básica en voluntariado. Las personas mayores han pasado de ser receptoras de este tipo de servicios a ofrecer los suyos. Sánchez explica que muchas de ellas están “en condiciones perfectas”, no sólo para el voluntariado con personas de su edad, sino para otro tipo de actividades como el voluntariado forestal, medioambiental, ecológico o actividades con niños. “Algunos han sido profesores y pueden dar clases de apoyo a niños con problemas de integración”, precisa. Lo importante es que las personas estén comprometidas. Eso es, al menos, lo que piensan también los responsables de las Aulas de Personas Mayores María Zambrano, en Burgos. Su coordinadora de voluntariado, Inmaculada Ayesta, asegura que a los voluntarios no se les pide “ninguna carrera ni ningún estudio específico”, puesto que también organizan talleres de formación y se les deja libertad para elegir las actividades que prefieren realizar, aunque insiste en que sí es necesario un “cierto compromiso”.

También Javier Álvarez Souto, de la empresa Simple Lógica y técnico coordinador del programa de Voluntariado de mayores para mayores, de la Unión Democrática de pensionistas y Jubilados de España (UDP), subraya la importancia de este compromiso, que se plasma en una rutina: “Una de las cuestiones básicas es que los voluntarios realicen la actividad siempre el mismo día”. Tras el curso previo obligatorio, las personas voluntarias reciben un carné que las acredita como tales. “No puede haber una persona que preste un servicio si no tiene el carné, porque eso significa que no ha hecho el curso”, recalca Álvarez Souto. Incluso se organizan cursos de reciclaje y encuentros de voluntarios para intercambiar experiencias y mejorar el servicio que se presta.

Ayudar a otros mayores

La principal actividad de voluntariado que realizan las personas mayores es, precisamente, hacer compañía a otras personas de su edad. La selección de los voluntarios y los beneficiarios la suelen realizar las propias asociaciones, en coordinación con los servicios sociales de base de cada localidad. Para Marisol Sánchez, los beneficios de esta labor son para unos y otros. A quienes prestan sus servicios se les ofrece la posibilidad de ampliar su círculo de amistades, mientras que quienes los reciben “se encuentran menos solos”. “Ellos obtienen más de lo que dan porque se sienten muy útiles y acaban siendo amigos de la persona a la que van a ver”, añade Inmaculada Ayesta.

Las Aulas de Personas Mayores María Zambrano comenzaron su actividad en este ámbito en 1994. Actualmente cuentan con unos 30 voluntarios que se encargan, entre otras labores, de visitar a personas que viven solas en su casa, acompañarlas a pasear o ir con ellas al médico cuando lo necesiten. Ayesta explica que también trabajan con personas que tienen alguna discapacidad y con enfermos de alzheimer, aunque siempre se trata de tareas que no requieren un esfuerzo físico. Este programa de voluntariado social está dirigido a personas mayores de 60 años que no trabajan, para que tengan una mayor disponibilidad.

La principal actividad de voluntariado que realizan las personas mayores es, precisamente, hacer compañía a otras personas de su edad

También en la UDP se atienden las necesidades generadas por la soledad de personas mayores dependientes que tienen los servicios básicos cubiertos, pero que han visto rota su red de relaciones sociales y pasan la mayor parte del tiempo solas en casa. El programa se inició en Castilla La Mancha, pero en la actualidad se desarrolla también en Galicia, Extremadura, La Rioja, Valencia, Barcelona y Jaén. En Castilla La Mancha hay unos 2.000 voluntarios mayores que prestan servicio a otras tantas personas en su propio domicilio. Se organizan en grupos de voluntariado y eligen a una persona coordinadora encargada de contactar con los servicios sociales de base. Estos les remiten los casos de personas que están solas para que decidan a quién atender. “Se trata de adecuar al voluntario y a la persona que se va a atender en función de las características de ambos”, aclara Álvarez Souto, para quien el fin último es “animar, motivar y dar ilusión” a la persona a la que se visita, “que suele tener problemas de depresión o falta de ejercicio”.

Para ello es importante establecer una rutina y que las visitas se lleven a cabo “el mismo día y a la misma hora”. Los voluntarios acuden siempre en pareja a realizar las visitas y, según Álvarez Souto, el cambio en los mayores que reciben estas visitas es notable. “Mientras en la primera visita la persona les recibe de cualquier manera, quizá un poco más abandonada, con el paso del tiempo comienza a arreglarse para recibirles. Es sorprendente el cambio que se aprecia y la ilusión que repercute en los voluntarios. Refuerza muchísimo su labor”, señala.

Otros tipos de apoyo

Además del programa de voluntariado social, las Aulas María Zambrano han desarrollado un programa de voluntariado cultural para personas a partir de 55 años. Por unas horas, estos voluntarios se convierten en guías de decenas de alumnos y alumnas, a quienes enseñan los principales monumentos y edificios de la capital burgalesa. Otra posibilidad es participar en el Rastrillo Solidario que la entidad organiza desde este año y cuya recaudación se destina a proyectos de cooperación al desarrollo. Las Aulas se encargan de comprar el material necesario para elaborar los cuadros y demás artículos que más tarde se pondrán a la venta. La recaudación de este año ascendió a 5.000 euros, destinados a la fundación Jigi Seme (Sostener la Esperanza), que trabaja en Burkina Faso.

Desde Mensajeros de la Paz, Enrique Cañizares destaca también las bondades del Teléfono Dorado. El coordinador de este servicio explica que la línea se creó “para ayudar a las personas mayores que están solas todo el día “. Las llamadas son gratuitas y están atendidas por voluntarios de Madrid y Zaragoza. “Escuchamos a los que nos llaman. Si tienen algún problema y está en nuestras posibilidades orientar, lo hacemos. Les damos dos o tres ideas”, destaca Cañizares. No obstante, se evita desvelar al comunicante datos personales o profesionales de los voluntarios para que no recurran a ellos como consejeros médicos o legales, por ejemplo. Estas personas dedican dos o tres horas semanales de su tiempo libre a atender a quien lo necesite, en un diálogo abierto que pretende escucharles, asesorares y, sobre todo, hacerles compañía.

Se evita desvelar al comunicante datos personales o profesionales de los voluntarios para que no recurran a ellos como consejeros médicos o legales, por ejemplo

Quienes sí revelan su profesión a la hora de prestar su ayuda son las personas jubiladas, prejubiladas o trabajadores en activo que conforman la asociación Seniors Españoles para la Cooperación Técnica (Secot). Se trata de un grupo de personas que, de forma altruista, ofrecen su experiencia y conocimientos en gestión empresarial. Los principales destinatarios son los jóvenes emprendedores, las pequeñas y medianas empresas (Pymes) y las ONG con recursos económicos escasos, que no pueden acceder a una asesoría comercial. A través de Secot, las personas jubiladas y voluntarios ofrecen su experiencia y conocimientos en gestión empresarial y tratan de fomentar la creación de empleo. “El Senior debe entregar su ilusión y capacidad de trabajo”, indican desde Secot, que ha ayudado a más de 4.500 pymes españolas desde 1990.

Teléfonos de contacto:

  • Fundación de la Solidaridad y el Voluntariado (FUNDAR): 901 111 666
  • Aulas de Personas Mayores María Zambrano: 947 22 44 23
  • Unión Democrática de pensionistas y Jubilados de España (UDP): 91 542 02 67 – 91 542 77 35
  • Teléfono Dorado 900 22 22 23
  • Seniors Españoles de para la Cooperación Técnica (Secot) 91 319 22 02 – 902 11 97 38
Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube