Entrevista

Ray Virgilio Torres, representante de UNICEF en Líbano

Conseguir que se cumplan todos los derechos de los niños es nuestra meta
Por Azucena García 17 de abril de 2010
Img rayvirgilio
Imagen: CONSUMER EROSKI

India, Ruanda, Sierra Leona y Líbano. Son al menos cuatro países en los que ha trabajado Ray Virgilio Torres. Regiones donde las condiciones de vida de los niños no siempre son fáciles. De India recuerda la situación de inferioridad de las niñas. En Sierra Leona, asegura que aprendió «una lección de humildad» al no poder proteger a los pequeños «contra la crueldad humana». Ahora, en Líbano, lucha por reducir las tasas de abandono escolar. Pero en todos los lugares el objetivo es siempre el mismo: «Conseguir que se cumplan todos los derechos de los niños». Con ese fin trabaja en UNICEF desde hace años.

¿Qué le llamó más la atención al llegar a Líbano?

El contraste entre Beirut y el resto del país. Por un lado, destaca la riqueza de Beirut, sus coches y tiendas de lujo, galerías de arte, escritores y pintores de renombre internacional. Por otro, la pobreza es patente, en particular, en el norte del país, en el valle de la Beq’aa y en los campamentos de refugiados palestinos. Las disparidades forman el carácter esencial de este país.

¿Cuántos niños finalizan los estudios de educación primaria y secundaria en Líbano?

“El 67% de los niños libaneses acuden a la escuela privada en busca de una mejor calidad de la enseñanza”

Las cifras registran grandes diferencias según la fuente de información. El Ministerio de Educación, cuyas cifras son las más fidedignas, afirma que el año pasado el 6,51% de los niños no finalizaron sus estudios de primaria, unos 19.500 menores. Fueron muchos menos que el año anterior, pero las cifras son difíciles de interpretar. La falta de inscripción de los niños al nacer no nos permite tener la certeza de que se han escolarizado. En secundaria, las cifras son preocupantes, sobre todo, las referidas a jóvenes palestinos de las escuelas de la Agencia de las Naciones Unidas que se encarga de los campamentos, UNRWA. El 50% abandona antes de finalizar secundaria.

La pobreza influye en esas cifras, pero en UNICEF pensamos que la calidad de la educación es el factor esencial del abandono escolar. Los libaneses le prestan mucha importancia a la educación, todos desean lo mejor para sus hijos. Por ello, el 67% de los niños acuden a la escuela privada en busca de una mejor calidad de la enseñanza. En otras palabras, la teoría de la irresponsabilidad parental para explicar que los niños abandonan la escuela parece una explicación incorrecta o, por lo menos, no comprobada.

¿En qué consiste el trabajo de UNICEF en el ámbito educativo?

Las altas tasas de abandono escolar y repetición de cursos focalizarán nuestra atención. Proporcionaremos asistencia técnica al Gobierno libanés para enfrentar ese reto. Nos ha pedido ayuda para encontrar soluciones en la identificación temprana de todos los niños con dificultad escolar, a través de una red de consejeros pedagógicos escolares. Hoy en día, sólo hay 70 de estos consejeros y se necesitan 1.350, uno para cada escuela de primaria publica del país. El Ministerio de Educación ha solicitado nuestra ayuda para revisar los términos de referencia de esos profesionales, su perfil, el método de reclutamiento, así como el sistema de supervisión y evaluación. Al identificar a esos niños y proporcionarles un apoyo personalizado, se logrará evitar que sus padres les retiren de la escuela o que ellos decidan no regresar. También examinaremos las razones de la baja motivación del personal docente: salarios, ambiente de trabajo, condiciones físicas de trabajo, falta de apoyo por parte de los padres, problemas de disciplina en la escuela o en clase. Estos son algunos de los aspectos que queremos estudiar para proponer soluciones.

¿Qué papel juega la Convención de los Derechos del Niño (CDN) en esta tarea?

“El impacto de los proyectos lleva tiempo, aunque los resultados pueden ser inmediatos”

Es el documento marco del trabajo de UNICEF en el mundo. Conseguir que se cumplan todos los derechos de los niños es nuestra meta. Si bien es cierto que todos los derechos son interdependientes y deben respetarse, en cada país, UNICEF y el Gobierno alcanzan acuerdos sobre las prioridades de acción de nuestra organización, siempre y cuando se comparta el análisis.

¿El impacto de los proyectos de desarrollo es inmediato?

El impacto lleva tiempo, aunque los resultados pueden ser inmediatos. Al llevar a cabo una formación para mejorar las técnicas de enseñanza de los maestros, los resultados se verán de inmediato en las aulas de la escuela. Sin embargo, para medir el impacto de esa iniciativa sobre la tasa de abandono escolar, se deberá esperar uno o más años. Lo mismo ocurre en materia de trabajo social o de saneamiento. Se puede construir una cisterna de agua para una comunidad de 1.000 personas, la cisterna puede ser perfecta desde el punto de vista de la ingeniería civil, pero si después de algunos meses las tuberías se estropean y no se reparan, si no se establecen responsabilidades para su mantenimiento, el proyecto será un fracaso. Mas allá del funcionamiento mecánico, si el reparto del agua no se hace de manera equitativa o si las familias no les enseñan a sus hijos a lavarse las manos de manera adecuada, el impacto de la construcción de esa cisterna no será el deseable y se habrá perdido la oportunidad de mejorar la salud de las mujeres y de los niños de esa comunidad.

¿Cómo se gestiona el presupuesto destinado a proyectos si es insuficiente y son muchas las carencias?

“Siempre es más fácil recaudar dinero para emergencias, que para capacitar a maestros”

Los temas de interés de los donantes no siempre requieren más recursos financieros, ni los que necesitan más ayuda atraen la atención del público. Siempre es más fácil recaudar dinero para emergencias, que para capacitar a maestros. También es difícil explicar a los donantes que un sistema de protección de los niños contra el abuso infantil es un trabajo a largo plazo: se necesita, por lo menos, un estudio de ámbito nacional para determinar la magnitud y la tipología del problema, diseñar y establecer sistemas de detección de victimas, trabajadores sociales, leyes y reglamentos. De manera paradójica, es mucho más fácil conseguir dinero de donantes para apoyar a una ONG que protegerá a un determinado número de niños, pero no prevendrá más abusos. Hay que ayudar a los niños que son victimas hoy mismo, es urgente e importante. Pero también hay que impedir que muchos más niños sean víctimas. Los sistemas administrativos y financieros de UNICEF tiene por objetivo garantizar que usamos de la manera más eficiente posible los recursos que nos entregan: intentamos buscar el mejor servicio para los niños, escoger la mejor asesoría técnica, controlar la calidad del trabajo y evaluar el resultado.

¿Se piensa sólo en los niños o también es importante integrar a su entorno en los proyectos?

Trabajar con el entorno del niño es inevitable. La definición de calidad de vida varía sustancialmente de un país a otro y en ocasiones es difícil explicar que, para un niño, el hecho de poder realizar actividades recreativas o deportivas es tan esencial para su desarrollo intelectual, social y psicológico, como ir a la escuela o tener acceso a la salud. Todas las actividades que conciernen al niño necesitan que su entorno se involucre: padres, hermanos, el resto de la familia, vecinos y la comunidad en general.

Ha trabajado en lugares tan dispares como Ruanda, Sierra Leona y, ahora, Líbano. ¿Qué diferencias ha apreciado en las condiciones de vida de los niños?

“Las niñas en India tienen una condición muy inferior según su casta o religión”

Son muy diferentes en cada país. En India me marco la situación de las niñas y de las mujeres. Las menores tienen una condición muy inferior -doble o triple- según su casta o religión. Sufren situaciones de inferioridad y discriminación que chocan al visitante extranjero. La situación de los niños en conflictos armados también me ha dejado una huella dolorosa. Pero los niños que residen en países en conflicto o postconflicto, en ocasiones, tienen más y mejor acceso a la salud y a la educación que los millones de niñas de la India. Son niños y jóvenes sin esperanza de un futuro mejor que el de sus padres. Pero se puede cambiar. Se necesitarán años de esfuerzos, pero si no empezamos ahora mismo, pasarán cien años más.

¿Cómo describiría la situación de las madres en estos mismos lugares?

Las madres en muchos de estos países son víctimas silenciosas e invisibles. En Líbano, por cada 100.000 bebés nacidos vivos, 150 mujeres mueren al dar a luz. En ciertos países del oeste de África, mueren más de 900 mujeres por cada 100.000 bebés nacidos vivos. Si comparamos esas cifras con las de países desarrollados, queda mucho por hacer. Estados Unidos tiene una tasa de 11/100.000 e Irlanda, de 1/100.000.

Tras su paso por Ruanda le destinaron a Sierra Leona, sólo tres meses antes del golpe de Estado. ¿Cómo recuerda esos días?

Intensos, difíciles, impresionantes y como una lección de humildad: no haber podido evitar el sufrimiento de tantos niños, no haber podido protegerles contra la crueldad humana. Me quedó el sentimiento de llegar demasiado tarde y poder ayudar sólo después de los hechos.

¿Cómo debe actuar una organización en situaciones de conflicto para proteger a la infancia?

Hay que prepararse mucho antes, reflexionar sobre los riesgos que corren los niños y establecer contactos con las autoridades para obtener compromisos y acordar códigos de conducta en caso de conflicto. Se deben prever zonas de protección, vías de escape, y estar listos para reaccionar con rapidez. La realidad nunca sucede como se imagina, pero es imprescindible ayudar a cada individuo de la organización a estar listo, a adquirir ciertos automatismos que le servirán en un momento dado.

Durante la guerra en Sierra Leona se reclutaron 10.000 niños y niñas como porteadores, combatientes o esposas. ¿Los niños soldados lo son siempre de manera forzada?

Todos los niños asociados con fuerzas armadas deben considerarse como reclutados de manera forzosa. Algunos países tienen escuelas militares en las que se educa a los niños en calidad de militares. El temor es si, en situación de guerra, se enviará a estos niños al frente. Otra dificultad reside en el hecho de que la opinión pública tiende a distinguir entre los niños que combatieron del lado de las víctimas, los “buenos”, y quienes lo hicieron del lado de los agresores, los “malos”. Otras veces, la diferencia se hace entre vencedores y perdedores. Los primeros se considerarán como niños héroes que defendieron un ideal digno de respeto. Los demás serán niños asociados a actos de violencia injustificada. No cabe duda de que es un derecho del niño expresar su opinión con el debido respeto a la ley, a los derechos de los demás, a la protección del orden público, de la moral y de la salud pública, así como formar parte de asociaciones, pero tienen derecho a participar en la vida de la comunidad de una manera adaptada a su edad y capacidad. Esa participación nunca puede transcurrir en violencia ni derivar en la instrumentalización de los niños en luchas entre adultos.

¿Cómo se “rescata” a estos niños?

“Cuanto más tiempo pasen los niños en situaciones extremas, mayor será el trauma y más difícil será la rehabilitación”

Desgraciadamente, no hay una respuesta única. Cada niño es una vida y una experiencia distinta. Cada uno necesita una atención particular, individualizada. Cuanto más tiempo pase en situaciones extremas, mayor será el trauma y más difícil será la rehabilitación. Para UNICEF, el objetivo es ayudar al niño a regresar a una vida lo más normal posible y conseguirlo lo más pronto posible. El mejor entorno para lograrlo es la familia, pero en caso de guerra, algunos de esos elementos de equilibrio no existen y encontrar maneras de reemplazarlos no es fácil.

¿Qué secuelas les quedan?

“Hoy en día, el 90% de las víctimas de una guerra son civiles”

Desde la segunda guerra mundial, el número de víctimas civiles de las guerras está en constante aumento. Hoy en día, el 90% de las víctimas de una guerra son civiles. Las secuelas directas que les quedan a los niños soldados, y al resto, son médicas y psicológicas a consecuencia de las heridas y de los eventos traumáticos que han vivido, pero también culturales, ambientales y económicas. Se destruyen monumentos y lugares de culto que forman parte de la herencia cultural que les dejamos a nuestros hijos, se degradan bosques, se emplean armas químicas y fábricas, complejos industriales y comercios se vuelven blancos militares, lo cual afecta a la economía del país, de las familias y, por ende, de los niños.

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