Entrevista

Sagrario Martín, presidenta de Médicos del Mundo

El derecho a la salud no es un lujo, sino un derecho humano
Por Azucena García 24 de abril de 2015
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Como presidenta de Médicos del Mundo, a Sagrario Martín le toca librar una de las batallas más incongruentes: defender el derecho a la salud. La sanidad universal es una de sus máximas desde que se retiró la tarjeta sanitaria a personas migrantes en situación irregular, para quienes se ha recuperado el acceso a los servicios sanitarios, si bien siguen sin tarjeta. Recuerda que el derecho a la salud no es un lujo, sino que está reconocido en acuerdos internacionales como la Declaración Universal de Derechos Humanos. Por ello no entiende que la reforma sanitaria de 2012 dejara fuera a las poblaciones que “estaban siendo especialmente azotadas por la crisis económica”. No comprende que la situación administrativa prevalezca sobre la humana, ni otras decisiones como el copago de los medicamentos, por lo que exige “un compromiso político firme y, sobre todo, financiero”, así como la transparencia en la fijación de precios de los medicamentos y la competencia con los genéricos, “la única posibilidad de reducir drásticamente el precio y hacerlo accesible a los sistemas de salud”.

Médicos del Mundo defiende la sanidad universal, ¿en qué consiste?

“Mermar derechos básicos tendrá como consecuencia una sociedad más precaria”

En primer lugar, el concepto “sanidad” es interpretado desde el enfoque de Derecho a la Salud. Y el disfrute de este derecho no es un lujo, sino un derecho humano reconocido mediante acuerdos internacionales. La primera norma internacional que consagró expresamente el derecho a la salud fue la Constitución de la Organización Mundial de la Salud, (1946). Con posterioridad, la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) también lo establecía en su artículo 25, así como el Pacto Internacional de Derechos Sociales, Económicos y Culturales (1966), firmado y ratificado por el Estado español y que, por tanto, tiene obligación de cumplir.

Desde Médicos del Mundo defendemos la necesidad de una sociedad donde la salud no sea un lujo y de un sistema de salud que se base en la solidaridad, la igualdad y la equidad en el acceso, es decir, un sistema que garantice el acceso efectivo a servicios sanitarios para todas y todos, sin discriminación alguna. El hecho de mermar derechos básicos tendrá como consecuencia una sociedad más precaria.

Tras el Examen Periódico Universal de Naciones Unidas, llevado a cabo en enero, nueve países pidieron a España que garantice la salud universal. ¿Se ha dado algún paso?

Al Gobierno español le corresponde decidir qué recomendaciones de las recibidas acepta e incorpora a su Agenda de Derechos Humanos para los próximos cuatro años, hasta el próximo periodo de Examen Universal, que tendrá que presentar ante el Consejo de Derechos Humanos en el mes de junio. A tenor de las respuestas que, hasta ahora, el propio Gobierno ha dado a los diferentes mecanismos internacionales de derechos humanos europeos y de Naciones Unidas, es de temer que decida hacer oídos sordos a las recomendaciones relacionadas con revertir la reforma sanitaria.

La medida anunciada recientemente por el ministro de Sanidad -que de momento está por ver cuándo y cómo se concretará- no significa la restitución del derecho negado a las personas inmigrantes a quienes, de hecho, se les sigue negando la tarjeta sanitaria. Por ahora, es solo un anuncio de “intenciones” que se tienen que concretar con hechos palpables después del próximo Consejo Interterritorial, que no tiene fecha y previsiblemente se celebrará después de las elecciones de mayo. En todo caso, la medida presenta muchos vacíos y deja sin resolver muchas incógnitas sobre la cobertura sanitaria que se proporcionará a esas personas y en qué condiciones.

¿La sanidad discrimina?

Discriminan las personas que son titulares de obligaciones y de responsabilidades, es decir, discriminan los gobiernos que crean y aprueban leyes, protocolos y políticas que impiden el acceso al disfrute de sus derechos a determinados colectivos o que incumplen con la diligencia debida su obligación de hacer cumplir los derechos humanos. Y discriminan aquellas personas que tienen, en un momento dado, la capacidad de interpretar y aplicar los procedimientos oficiales y lo hacen imponiendo mayores barreras de acceso a los derechos a determinados colectivos de población con respecto a otros.

¿Cómo afectó a las mujeres la reforma sanitaria de 2012?

La reforma sanitaria de 2012 ha tenido efectos directos e indirectos sobre las mujeres en las poblaciones que ya estaban siendo especialmente azotadas por la crisis económica y previa a ésta, por diferentes factores sociales, económicos y culturales. A las mujeres inmigrantes sin permiso de residencia a quienes se les niega la tarjeta sanitaria por su situación administrativa también se les cierra el acceso a los Servicios Públicos de Salud Sexual y Reproductiva. La exclusión del sistema público de salud en los niveles de Atención Primaria y Especializada impide el acceso a programas de información y asesoramiento en métodos anticonceptivos. Asimismo, las mujeres inmigrantes sin tarjeta sanitaria que desean interrumpir su embarazo, aún dentro del marco legal regulado por la Ley Orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo 2/2010 de 3 de marzo 2010, encuentran grandes barreras para ser atendidas en los servicios sanitarios públicos.

“La reforma sanitaria de 2012 impide a las mujeres el acceso a programas de información y asesoramiento en métodos anticonceptivos y reduce la capacidad de combatir la violencia de género desde el ámbito sanitario”

En cuanto a la violencia de género, la barrera de acceso normalizado a la Atención Primaria, así como las medidas que inhiben de acudir a los servicios de Urgencias, reducen la capacidad de combatirla desde el ámbito sanitario. Del mismo modo, se cierra una de las vías de posible identificación de víctimas de trata de mujeres para fines de explotación sexual y otros fines. Por otra parte, aunque en el Real Decreto-ley 16/2012 se contemplan las víctimas de trata como una de las excepciones con derecho a la asistencia sanitaria, esto solo ocurrirá si reciben autorización de residencia temporal por estar acogidas al periodo de restablecimiento y reflexión. Este requisito, además de restrictivo, es inaplicable en un número muy elevado de casos de mujeres víctimas de trata con fines de explotación sexual.

Las mujeres también son víctimas de efectos indirectos de la reforma sanitaria y como consecuencia del rol tradicional de cuidadoras. En la medida en que las personas con enfermedades -especialmente las personas mayores o con enfermedades graves- no son atendidas por el sistema de salud, esa labor acaba recayendo en las mujeres (madres, hijas, hermanas…). Estas consecuencias de la reforma sanitaria y los recortes en los servicios y prestaciones sanitarias no solo afectan a las personas inmigrantes sin tarjeta sanitaria. La reducción de la cartera de servicios ha dejado fuera de las posibilidades económicas de muchas familias el acceso a determinados tratamientos y prestaciones, como medicamentos que no reciben aportación púbica, transporte de ambulancia no urgente, prótesis, etc.

¿De qué manera ha afectado a estos pacientes?

“El incremento del copago sobre los medicamentos o la retirada de algunos servicios y prestaciones de la cartera básica está significando una situación inasumible para muchas familias”

El Real Decreto se puso en marcha de una manera bastante confusa. Cada comunidad autónoma lo ha aplicado de forma distinta, incluso algunas han puesto en marcha mecanismos encaminados a paliar algunos de sus efectos y atienden a pacientes con enfermedades crónicas diagnosticadas antes de la puesta en marcha del Real Decreto Ley. Todo ello nos pone frente a un mapa de mayores desigualdades en salud. La confusión, favorecida por la falta de información, ha propiciado que las personas tengan miedo a acercarse a los dispositivos de salud, salvo en situaciones de importante gravedad. Esto redunda en un diagnóstico tardío, lo que complica el tratamiento y las posibilidades de solución, y un empeoramiento de la situación de salud, al no poder recibir un seguimiento continuado de la enfermedad para prevenir su degeneración.

A lo anterior debemos añadir que el incremento del copago sobre los medicamentos o la retirada de algunos servicios y prestaciones de la cartera básica está significando una situación inasumible para muchas familias, tanto extranjeras como españolas que cuenten con, al menos, un miembro con una de estas enfermedades. Cada vez existen más personas sin recursos económicos que se ven obligadas a abandonar sus tratamientos al no poder hacer frente al pago.

Una de las enfermedades que preocupa en la actualidad es la hepatitis C. En España, se estima que 700.000 personas podrían tener anticuerpos y unas 480.000 habrían desarrollado la enfermedad. La Red Internacional de Médicos del Mundo presentó el pasado 10 de febrero una oposición a la patente sobre el antiviral Sofosbuvir, a favor de un medicamento genérico y para evitar que las personas enfermas afronten el elevado coste del actual tratamiento. ¿Son positivos respecto a una resolución favorable o lo ven difícil?

Este tipo de procedimiento tarda entre uno o dos años en resolverse y, si al final la patente en curso de oposición fuera invalidada, no significaría que será posible acceder a los genéricos de manera inmediata, ya que otra patente sobre el principio activo está pendiente de resolución. Ahora bien, la Red Internacional de Médicos del Mundo confía en que con su acción otras asociaciones y organizaciones de la sociedad civil europea se animen a plantear también recursos y oposición a las otras patentes solicitadas por Gilead sobre el Sofosbuvir.

En general, esperamos contribuir a movilizar todas las estrategias posibles para favorecer la transparencia en la fijación de precios de los medicamentos y la competencia con los medicamentos genéricos, la única posibilidad de reducir drásticamente el precio y hacerlo accesible a los sistemas de salud.

Estamos en 2015, año clave para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, pero al menos en lo que concierne a la salud, estos no se han cumplido. No se ha reducido en 2/3 la mortalidad de menores de cinco años, ni la mortalidad materna en 3/4, ni las metas relacionadas con VIH/sida, malaria y tuberculosis. ¿Lo conseguirán los Objetivos de Desarrollo Sostenible?

“Es poco probable que se consigan los Objetivos de Desarrollo Sostenible sin un compromiso político que vaya acompañado de un compromiso económico real”

A pesar de las buenas palabras de los gobiernos en su compromiso con la nueva agenda internacional que se está negociando, éstas no se ven acompañadas de un compromiso político firme y sobre todo financiero que permita disponer de los fondos suficientes para alcanzar los objetivos propuestos. La realidad es que muy pocos países han cumplido el compromiso de destinar el 0,7% de su Renta Nacional Bruta a la cooperación, y la mayoría no solo no han avanzado hacia la consecución de dicho objetivo, sino que están retrocediendo de forma alarmante. En cuanto a los compromisos en salud, solo cuatro países donantes (Luxemburgo, Noruega, Reino Unido y Suecia) destinan el 0,1% de su Renta Nacional Bruta al sector salud. El resto de países, incluida España, han disminuido sus aportaciones.

Por tanto, es poco probable que se consigan los Objetivos de Desarrollo Sostenible sin un compromiso político que vaya acompañado de un compromiso económico real y, hoy por hoy, ese compromiso no existe.

¿Cómo han afectado a la salud los recortes en cooperación?

Es importante recordar que el sector salud ha sido el sector que ha sufrido los mayores recortes por parte de la cooperación española. La Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) en salud en 2013 (los últimos datos disponibles) fue de 80,88 millones de euros, es decir, el 4,12% del total de la AOD, lejos del objetivo del 15% acordado y de los más de 500 millones de euros destinados al sector salud en 2008.

La reducción en la financiación ha implicado el cierre de proyectos de salud que se estaban ejecutando en países de África y América latina. Aunque no es posible aportar datos concretos sobre el impacto de los recortes en los indicadores de salud, sí sabemos que impactan de forma directa en la vida de las personas, ya que implica menos personal sanitario, menos acceso a medicamentos y menos centros y puestos de salud en países donde los sistemas sanitarios son muy débiles y dependen de la financiación de los países donantes, entre ellos España. En los países más pobres, una caída significativa en esta aportación tiene graves consecuencias, sobre todo para la población más pobre y vulnerable.

Hablando de África, ¿qué valoración hacen de la gestión de la lucha contra el virus del Ébola? ¿Se ha puesto el mismo empeño que se puso, por ejemplo, en la lucha contra la gripe A?

“La lentitud de reacción de la comunidad internacional y la falta de recursos fueron determinantes para la rápida expansión del brote de Ébola”

La gestión de la lucha contra el virus del Ébola ha tenido muchos claroscuros. Por una parte, la lentitud de reacción de la comunidad internacional y la falta de recursos garantizados para adoptar medidas adecuadas de prevención en las fases iniciales de baja incidencia fueron determinantes para la rápida expansión del brote. Y por otra, solo cuando se produjo la “europeización” del brote, con los primeros casos de infección fuera de las fronteras africanas y en nuestro propio país, la comunidad internacional comprometió los recursos necesarios para una lucha eficaz contra la epidemia.

La gestión de esta epidemia tiene que ir más allá de su control, hay que seguir trabajando en la prevención y en el fortalecimiento de los sistemas sanitarios de los países más afectados, elementos clave para evitar nuevas epidemias. Es importante recordar que Liberia, Guinea y Sierra Leona siguen ocupando los lugares más bajos en los índices de Desarrollo Humano, que tienen unos sistemas sanitarios extremadamente débiles, casi inexistentes, y que no disponen de capacidad para dar respuesta a las necesidades sanitarias de su población. Sirva como ejemplo decir que Sierra Leona tiene un médico por cada 40.000 habitantes y Liberia, uno cada 100.000, cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda que haya uno por cada 1.000 habitantes.

El Informe 2014 “La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria”, elaborado por Médicos del Mundo, Medicusmundi y Prosalus, augura la desaparición de la Acción Humanitaria en la Cooperación Española, al descender a 18 millones de euros la financiación de la Acción Humanitaria prevista para 2015. ¿Están convencidos de ello?

La Acción Humanitaria ha pasado de más de 450 millones de euros en 2009 a tan solo 38 millones en 2013, las previsiones para 2015, apenas 18 millones de euros, muestran que continúan los recortes en este sector. Por ello, si no se produce un cambio en la tendencia, la acción humanitaria está abocada a convertirse en un sector residual dentro de la cooperación española, lo que equivaldría a su quasi desaparición. Esto es especialmente grave si tenemos en cuenta el número y la magnitud de las catástrofes naturales, así como de los conflictos y situaciones de violencia que han forzado el desplazamiento de 51 millones de personas.

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