Crean un videojuego para mejorar la riqueza léxica de jóvenes y mayores

Consta de 20 niveles de dificultad, cada uno de ellos con 840 palabras
Por EROSKI Consumer 4 de febrero de 2008

Mejorar la riqueza léxica de jóvenes y mayores. Éste es el objetivo de «Mi experto en vocabulario», un videojuego que invita a poner a prueba los conocimientos sobre el lenguaje a través de casi 17.000 palabras.

Antonio Moreno Ortiz, especialista en Lingüística Computacional y Lexicografía de la Universidad de Málaga, es uno de los creadores de este videojuego, que ha sido desarrollado en Canadá por lingüistas de todo el mundo. Explica que se basa en la clasificación de las palabras según su dificultad, que se realiza mediante un análisis estadístico de su aparición en textos y conversaciones. De esta forma, si el vocablo aparece en más ocasiones se entiende que es más conocido.

El juego consta de 20 niveles de dificultad, cada uno de ellos con 840 palabras, y el proceso de aprendizaje se basa en técnicas científicas por las que sólo se aprende un número máximo de vocablos en una sesión, «ya que si se intenta aprender demasiadas palabras en un día, no es posible asimilarlas», precisa Moreno Ortiz.

Potencial expresivo

Cuando se falla en una palabra, el juego corrige el error «y cierto tiempo después la vuelve a repetir de forma estudiada». Su creador insiste en que «está diseñado para que todo el mundo pueda llegar al final, al cien por cien de potencial expresivo, y sólo se necesita ser constante».

Invita a poner a prueba los conocimientos en la materia a través de casi 17.000 palabras

En las primeras sesiones hay actividades y juegos con los que el programa evalúa el conocimiento del usuario y le asigna un potencial expresivo inicial, que puede subir un 1% cada día. Así, quien esté al principio en un 30% de potencial, necesitará al menos 70 sesiones para llegar al final.

Este juego, disponible para las consolas Wii y Nintendo DS -a juicio de este profesor- es «una manera de hacer el aprendizaje del léxico más ameno para todo el mundo, porque tendemos a usar cada vez menos palabras, y el gusto de los jóvenes y de los mayores por las máquinas y los juegos se puede aprovechar para aprender de una forma divertida».

El empobrecimiento del vocabulario se observa incluso entre los alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras, donde imparte sus clases Moreno Ortiz, pese a que el lenguaje es su «herramienta de trabajo». «Cada día se expresan de peor manera, y los mensajes de teléfono móvil y los ‘chats’ de Internet hacen que también escriban peor, porque abrevian», afirma el profesor.

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