El 47% de los jóvenes consultados por la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (AVACU) admite estar «enganchado» a los videojuegos y más del 40% reconoce que prefiere jugar solo, según un estudio sobre el consumo de juegos informáticos y de consola efectuado a través de un millar de entrevistas.
En el trabajo, presentado ayer en el marco del Encuentro Iberoamericano de Consumidores, se destaca que este tipo de juegos puede provocar «aislamiento, pobreza en las relaciones con los demás y pérdida de la noción del tiempo y de la realidad», problemas que se acentúan si los niños juegan solos y sin la supervisión de algún adulto.
«Es preocupante» que el contenido violento «se haya convertido en uno de los elementos importantes de cualquier videojuego que quiera triunfar», señala el informe. Además, el 46% de los menores encuestados reconoció tener juegos «pirateados», por lo que «en estos casos no hay posibilidad de etiquetar el producto y de controlar su consumo». Los videojuegos tampoco «llevan una etiqueta sobre la edad recomendada».
Los menores, de esta forma, «tienen un fácil acceso a los juegos de carácter violento y agresivo que les permite, cada vez que lo deseen, torturar a un enemigo, rematarlo en el suelo o machacarles la cabeza».
En el estudio se han analizado durante varios meses los números de cuatro revistas especializadas y en sus páginas se han detectado comentarios que resaltan, en su opinión, «la violencia gratuita, con marcado carácter sexista y fotos de mal gusto». La AVACU afirma que los videojuegos no convierten a los niños en adultos agresivos, pero «integran la violencia como algo normal y se insensibilizan ante ella, lo que puede favorecer comportamientos violentos».