Videoclubs online, ¿demasiado tarde?

Los videoclubs a través de Internet permiten ahorrarse el paseo para alquilar una película, pero ahora hay otras posibilidades que podrían convertirlos en obsoletos
Por Darío Pescador Albiach 1 de mayo de 2006
Img videodirecto listado
Imagen: CONSUMER EROSKI

La imagen de alguien sentado frente al televisor viendo una película con una pizza congelada en la mano despierta los instintos empresariales de medio mundo. Los videoclubs online compiten con otras muchas empresas para que esa persona pague por ver la película sin moverse del asiento. No lo tienen fácil.

Hace unos meses BlockBuster, la cadena internacional de videoclubs, decidió cerrar todos sus locales en España. Según la empresa, el negocio ya no resulta rentable en parte por culpa de la venta callejera de discos DVD piratas. Sin embargo, parece que este nuevo episodio negativo es en realidad coyuntural al difícil sector del alquiler de películas. Los expertos aseguran que el usuario cada vez tiene menos ganas de levantarse del sillón para conseguir lo que busca.

Los videoclubs online están a medio camino entre el videoclub de la esquina y la descarga de películas desde Internet

Servicio de ‘puerta a puerta’

Para cubrir esta demanda de un servicio de ‘puerta a puerta’, aparecieron en Norteramérica hace algunos años los videoclubs online. A medio camino entre el videoclub de la esquina y las descargas de películas desde Internet, al principio parecían una idea genial y, en plena fiebre ‘puntocom’, tuvieron cierto éxito. Pero actualmente van perdiendo fuerza frente a otras opciones.

NetFlix, la compañía más representativa de los videoclubs online, apareció en 1997. La idea en que se basa su negocio es simple: se solicita una película a través de una página web, a elegir entre un extenso catálogo. Al día siguiente el DVD alquilado llega por correo postal. Cuando el cliente se aburre de la película, la devuelve por el mismo sistema.

Los clientes de NetFlix pueden devolver la película cuando quieran, sin recargos por retraso. Además, disfrutan de una ‘tarifa plana’ de alquiler que les permite alquileres ilimitados por una cantidad fija al mes. Los DVD se envían y devuelven con toda seguridad dentro de unos sobres especiales.

Los clientes de NetFlix pueden devolver la película cuando quieran, sin recargos por retraso

La competencia de NetFlix en Estados Unidos forzó a BlockBustera ofrecer alquileres por Internet y tarifas planas, utilizando sus tiendas como puntos de recogida y devolución. NetFlix, que posee la patente del servicio de alquiler online, ha demandado recientemente a BlockBuster por este motivo.

NetFlix ha tenido un éxito relativo en EEUU, donde las distancias son grandes y el videoclub de la esquina puede estar a kilómetros de distancia. Pero el modelo no parece exportable a países como España, con menor uso de Internet, un servicio de correos lento y distancias más cortas. Iniciativas como la empresaMediaXpress, propiedad de TechFoundries, no han recibido una aceptación masiva.

Los analistas piensan que los videoclubs online llegan tarde a nuestro país, cuando la tecnología ha proporcionado al usuario multitud de posibilidades que antes no existían para obtener una película; incluso en EEUU su supervivencia está en cuestión.

Demasiada competencia

Por una parte, los operadores de cable y televisión digital ofrecen un menú muy completo de canales, series y películas. No hay que moverse del sillón, sólo esperar a la sesión correspondiente. Además, algunas empresas, como Akimbo, ya están experimentando con el vídeo bajo pedido. En España, Imagenio, propiedad de Telefónica, ofrece vídeo bajo demanda a través de ADSL

El alquiler de DVD ha disminuido mientras que aumenta la venta de títulos

Por otro lado, el alquiler de DVD ha disminuido mientras que aumenta la venta de títulos. Todo indica que los consumidores prefieren poseer la película y verla tantas veces como quieran. Mientras tanto, en las redes P2P como eMule o BitTorrentse pueden encontrar todo tipo de películas y series, con tiempos de descarga que cada vez son menores.

Por último, hay ya intentos de descargas de películas de pago, con un modelo parecido al que ofrecen la tienda online Amazon, la propia compañía Netflix y TiVo, fabricante de un sistema de grabación digital de televisión; buscan replicar el éxito alcanzado por iTunesen el caso de la música.

Vídeo bajo pedido, futuro imperfecto

El objetivo último del negocio de alquiler de películas es librar al usuario del soporte. El cliente no quiere devolver discos. Además, al contrario que en los canales de pago, donde hay que esperar al pase de la película, el consumidor prefiere pulsar un botón y ver la película que quiera, cuando quiera y sin moverse del asiento. Es es lo que se conoce como VOD (Video On Demand) o vídeo bajo demanda.

Hasta hace poco, esta tecnogía no se había desarrollado por problemas de índole técnica: se necesitaba demasiado ancho de banda para enviar archivos tan grandes como las películas desde el servidor al cliente. Pero hoy, gracias a la mejora de las conexiones a Internet, ya es posible. Hay clientes y hay tecnología. Aún así, el negocio no está claro.

El objetivo último del negocio de alquiler de películas es librar al usuario del soporte

La información en Internet tiende a escaparse del control de sus creadores, como ya ha ocurrido con la música. No obstante, esto no ha impedido el éxito de iTunes, a pesar de que vende canciones que pueden encontrarse gratis en las redes P2P. El mismo modelo podría aplicarse a las películas si el servicio fuese cómodo y el precio adecuado.

Pero las grandes productoras cinematográficas son reacias a que empresas de tecnología entren en el negocio de la distribución (que es lo que iTunes ha conseguido con las discográficas) y están especialmente preocupadascon las descargas P2P de películas. El año pasado, las exigencias de los estudios obligaron a NetFlix a abandonar sus planes de montar un negocio de descargas.

Mientras tanto, los clientes potenciales buscan en las redes P2P el servicio que nadie les ofrece.

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