Entrevista

Luis Collado, director de Google Books en España

No todo debe ser gratuito en Internet
Por Jordi Sabaté 14 de enero de 2010
Img luiscolladogoogle portada
Imagen: CONSUMER EROSKI

La iniciativa de Google de digitalizar los libros de papel para crear una gran biblioteca universal en Internet ha chocado desde sus inicios, ahora hace casi cinco años, con numerosos problemas legales y sociales. A la falta de uniformidad legislativa sobre derechos de autor, propiedad intelectual o regulación del mercado editorial, se une el recelo en determinadas regiones a una presunta imposición cultural por parte de Estados Unidos, así como un cierto miedo al cambio en el mundo editorial. Luis Collado, director de Google Books en España, se muestra optimista de cara al futuro, pero avisa de que quienes no asuman que se viven tiempos de reciclaje y readaptación de modelos de negocio se verán damnificados.

¿Cómo explicaría el proyecto Google Books?

“En Google entendemos que debe ser el editor quien determine el precio de venta de cada libro”

Google Books es un programa de promoción y difusión de los libros a través de Internet. Es una herramienta que ofrece a las personas interesadas en la lectura la oportunidad de conocer, hojear y adquirir una gran variedad de obras. Además, Google Books permite a los autores dar a conocer su obra a un mayor número de lectores; a los editores, promocionar sus libros hacia una base más amplia de potenciales lectores y compradores; y a los libreros, dar a conocer su localización para que la compra sea más sencilla. La digitalización de los libros y la indexación de su contenido es, en estos momentos, la forma más rápida de abrir sus páginas a una persona situada en cualquier parte del mundo.

El programa de Google Books se presentó en el otoño de 2004 y cuenta con libros procedentes de bibliotecas (que ya hayan pasado al dominio público y que son visibles al 100%) y otros editados en cualquier idioma y de cualquier temática por las editoriales de todo el mundo. Esto abarca las más recientes novedades, que son visibles sólo parcialmente (están sujetas a Copyright) tras su descubrimiento a través de nuestro propio buscador.

¿Qué tipo de libros se pueden encontrar en castellano?

Nuestra intención es que cada usuario encuentre el libro que le interesa. Y hay usuarios interesados en todo tipo de libros: novela, ensayo, guías de viaje, libros de autoayuda, académicos y educativos, científicos, técnicos, etc.

¿Fijarán un precio único para los libros?

El precio es algo que decide el editor. Es él quien realiza la inversión necesaria para la publicación y en Google entendemos que, en todo caso, ha de ser él quien determine el precio de venta de cada libro. Y así será.

¿Pondrán los libros a disposición del público con algún sistema anticopia?

“Sólo incorporamos libros con derechos a Google Books tras el consentimiento previo de sus editores”
Entendemos que nuestro modelo se basa en la mejor forma de proteger el contenido frente a la distribución o copias no autorizadas: acceso a los libros a través de Internet sin permitir su descarga en un ordenador. De esta forma es mucho más sencillo controlar el movimiento ilícito.

¿Cómo se puede hacer que tanto autores como lectores no vean lesionados sus derechos?

Google protege los derechos de autores y editores. De hecho, para proteger y respetar los libros cuyo contenido se somete a derechos de autor, sólo los incorporamos a Google Books tras el consentimiento previo de sus editores y sólo permitimos a los usuarios ver una parte limitada de cada libro, sin que sea posible su impresión, copiado y pegado o descarga.

¿Por qué suscita tantas oposiciones el proyecto?

“La difusión de los libros a través de Internet no tiene porqué ser de forma gratuita o libre”

Los procesos de digitalización de libros son algo imparable. La incorporación de las nuevas tecnologías e Internet al mundo del libro nos aporta más ventajas a todos: a los autores y editores para dar mayor visibilidad a sus obras, y a los lectores para tener la posibilidad de acceder a un mundo de contenidos, de saber y conocimiento imposibles hasta ahora.

La difusión de los libros a través de Internet no tiene porqué ser de forma gratuita o libre. No todo es, ni debe ser, gratuito en Internet. La Red permite a los creadores y productores de contenidos solicitar una contraprestación económica lógica por permitir el acceso a esos contenidos, igual que en el mundo analógico. Pero la llegada del libro al mundo digital ha de luchar con los estereotipos que tenemos sobre cómo funciona Internet. Hay un gran desconocimiento sobre todo esto por parte de mucha gente que opina sobre ello. Quien sabe lo que hacemos y cómo lo hacemos, no suele encontrar más que ventajas y beneficios para todos.

¿En la Unión Europea se les mira con recelo?

“La llegada del libro al mundo digital ha de luchar con los estereotipos que tenemos sobre cómo funciona Internet”
La Unión Europea no nos mira con recelo, es más, la comisaria Viviane Redding se ha manifestado a favor de involucrar a la iniciativa privada en los procesos de digitalización y ha valorado muy positivamente nuestro proyecto Google Books; no hay más que leer sus declaraciones. Otra cosa es que estamos ante un proceso de cambio, de transformación, que las nuevas tecnologías han propiciado. Es lógico que los poderes públicos empiecen a tener en cuenta estos cambios e, incluso, a regular su funcionamiento. Pero la regulación debe hacerse con una mente abierta y con disposición a escuchar a todos, sin posturas determinadas por lobbies de interés o pensamientos decimonónicos.

¿Tienen muchos problemas de falta de uniformidad normativa y legal en ámbitos similares al comunitario?

“La legislación sobre derechos de autor es muy dispar de un país a otro y entre continentes”

En efecto. La legislación sobre derechos de autor, propiedad intelectual o regulación del mercado editorial es muy dispar de un país a otro y entre continentes. Además, toda esta legislación se promulgó antes de la aparición de las nuevas tecnologías e Internet y no está adaptada en absoluto a las oportunidades que ofrecen a cualquier industria cultural. Se hace necesario, por tanto, una revisión de todo el marco jurídico del que hablamos.

El libro digital pesa menos y tiene menos complejidades técnicas que el MP3 y el vídeo. ¿Por qué no se consolida como estos?

Estamos en los inicios de una nueva era, de una nueva y diferente presencia del libro en formato digital o electrónico. Estamos en una fase similar a cuando nacieron el vídeo doméstico o los primeros “walkman” para la música. Queda mucho camino por recorrer.

¿Cuál es el futuro del mundo editorial clásico ante la irrupción de las nuevas tecnologías? ¿La desaparición o el reciclaje?

“Estamos en una fase similar a cuando nacieron el vídeo doméstico o los primeros walkman para la música”
Como siempre ha ocurrido a lo largo de la historia, cualquier negocio ha de adaptarse a los nuevos tiempos, a los nuevos tipos de clientes y sus nuevos comportamientos. Es algo que siempre ha estado en la mente de los empresarios y profesionales. Ahora, las nuevas tecnologías llegan también a sectores tradicionalmente lentos en sus movimientos y que han permanecido estables durante mucho tiempo. Pues bien, ha llegado el momento de que cada uno analice la nueva realidad a la que se enfrenta, defina sus modelos de negocio y establezca una estrategia para desarrollarlos.

¿Por qué se resisten tanto los editores a digitalizar sus productos?

“Las reticencias ante Google Books vienen sobre todo del desconocimiento”
Mi trabajo consiste en estar en contacto con editores, autores y bibliotecarios: yo no encuentro reticencias sino mucha falta de información, muchas ganas de querer saber en qué consiste la digitalización de libros y cómo ellos pueden obtener ventajas en el proceso. Las reticencias ante Google Books vienen sobre todo del desconocimiento de lo que es Google Books, qué hacemos y cómo trabajamos. Ello lleva a tergiversar y confundir muchas cosas y a hablar de algo que no se sabe bien qué es y qué ventajas nos puede ofrecer a cada uno de nosotros.

¿El libro de papel desaparecerá?

No tiene porqué mientras haya lectores interesados en leer en papel. Los formatos digitales e Internet aportan nuevas formas de acceso a los libros, nuevas posibilidades para utilizarlos. Eso hará que muchas personas que no leen en papel lo hagan gracias a las nuevas tecnologías.

¿Qué deben esperar del futuro los novelistas y autores en general? ¿Deben ser optimistas o pesimistas?

Absolutamente optimistas. Nunca antes han tenido tantas posibilidades de dar a conocer su obra, de difundir su creación, como las que Internet y los formatos digitales les van a ofrecer. Pero han de entender estas posibilidades y saber manejarlas para obtener su máximo beneficio: ser más conocidos y, por tanto, vendidos y leídos.

¿Cree que un futuro mercado del libro digital resultará rentable a las pequeñas casas editoriales?

Creo que será rentable para los pequeños editores, quienes en el mundo del papel encuentran cada vez más dificultades para desarrollar su labor editorial, dar a conocer sus fondos, hacerse ver en los puntos de venta y llegar al gran público. Esto lo podrán solucionar gracias a las oportunidades que el mundo digital, que no conoce barreras geográficas o físicas, les va a ofrecer.

Hace cinco años cedí los derechos de explotación de una novela a una editorial importante. Ahora el libro está descatalogado y en dos años vence la cesión. ¿Con quién deben ustedes negociar la digitalización, conmigo o con la editorial?

Siempre, y en todo caso, con quien ostente los derechos de la obra. Eso es algo que no se puede cambiar.

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