El sector aeronáutico desarrolla nuevas propuestas para lograr aviones más seguros y ecológicos

Se calcula que en las próximas dos décadas se pondrán en funcionamiento unos 18.000 aviones comerciales
Por EROSKI Consumer 28 de noviembre de 2005

Diversos proyectos de investigación españoles, algunos de ellos con repercusión mundial, están centrados en el futuro de la actividad aeronáutica. Entre estos trabajos se encuentran los relativos a la mejora en la predicción de fuerzas aerodinámicas, propulsivas y de consumo de combustible o a la búsqueda de materiales anticorrosivos que sustituyan al peligroso cromo hexavalente en los aviones.

Y es que los retos a los que se enfrenta el sector en el futuro son unos aviones más seguros, una gestión del tráfico aéreo que asuma hasta el triple de vuelos que en la actualidad y naves construidas con materiales respetuosos con el medio ambiente. En el centro de Investigación y Tecnología de Boeing en Europa (BRTE), con sede en Madrid, se profundiza en estos y otros muchos aspectos.

Durante los próximos 20 años se pondrán en marcha en torno a 18.000 aviones comerciales, lo que plantea «serios problemas» en cuanto a tráfico aéreo, impactos medioambientales y seguridad operacional, afirmó el director general de ese centro, Francisco Escartí.

Así, en lo referente a gestión de tráfico aéreo, en el BRTE desarrollan tecnologías de trayectorias que sean capaces de predecir la posición de la nave en segundos para poder modelar y simular nuevos conceptos en el tránsito aéreo. El problema de la gestión del tránsito aéreo es «lo más urgente», ya que en la actualidad causa unas pérdidas al sector por retrasos y cancelaciones de vuelos de entre 8.000 y 9.000 millones de euros.

El reciclado de materiales costosos como las fibras de carbono presentes en partes de aviones que han llegado al final de su vida útil, o un uso energético más eficiente, como imaginar un avión que se impulse por energía eléctrica, son otras de las áreas de trabajo en I+D de aeronáutica.

Otro aspecto fundamental es la seguridad operativa de las naves y de su tránsito, para acabar con el 60% de accidentes que tienen su origen en el factor humano, por lo que se ahonda en sistemas de gestión del tráfico aéreo «más automatizado» que tendría su culminación en los aviones autotripulados.

El BRTE tiene como una de las «ideas estrella» de este año el proyecto «CleanAero» de búsqueda de nuevos materiales que eviten la corrosión de los aviones y que no sean peligrosos para la salud.

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