La Comisión de Transportes del Parlamento Europeo propuso ayer compensaciones de entre 200 y 600 euros para los pasajeros a los que se deniegue el embarque a bordo de un avión por sobrecapacidad, el llamado «overbooking». Esta propuesta rebaja sustancialmente la de la Comisión Europea (de 750 a 1.500 euros), que fue severamente criticada por las aerolíneas.
La revisión de las compensaciones por denegación de embarque, anulación de vuelo y retraso importante será objeto de un reglamento comunitario que debe ser aprobado por el Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros de la UE.
Todos coinciden en que las compensaciones por «overbooking» actuales son insuficientes: 150 euros para vuelos de menos de 3.500 kilómetros y 350 euros para distancias superiores. Si la compañía coloca al pasajero en un vuelo en el plazo de dos y cuatro horas, respectivamente, las cantidades se reducen a la mitad.
Sin embargo, el Ejecutivo comunitario presentó una propuesta exagerada, consciente de que sería luego rebajada por los ministros y la Eurocámara, más sensibles a la acción de «lobby» de las compañías y sindicatos aéreos. El Parlamento propuso ayer una escala de compensaciones en tres tramos: 200 euros para trayectos de menos de mil kilómetros, 400 euros para vuelos de entre 1.000 y 3.500 kilómetros y 600 euros para distancias mayores.
Práctica legal
El «overbooking» es una práctica legal de las compañías que consiste en vender más pasajes que asientos tiene el vuelo. Se utiliza para compensar el número importante de pasajeros que acaban por no presentarse en el embarque, a menudo porque se compran dos «billetes cruzados» para un solo trayecto porque resulta más barato que un billete normal. Fuentes de la Comisión Europea subrayaron que esta práctica es «un riesgo comercial necesario» para las compañías aéreas «pero hay que compensar la exageración del overbooking».
El eurodiputado socialista Juan de Dios Izquierdo justificó el recorte en la demanda respecto de la del Ejecutivo comunitario por una cuestión de realismo. Según él, «las compañías no podrían soportar» las elevadas compensaciones que reclama la Comisión.
La propuesta del Ejecutivo incluía, además, toda una serie de opciones compensatorias que las compañías podrían ofrecer, en lugar del pago en metálico, siempre exigible. Pedía que las compensaciones por sobreventa alcanzasen también a los vuelos chárter y a los pasajeros de vuelos anulados a última hora.
