Insonorizar una vivienda: el confort del silencio

Aunque el ruido no puede eliminarse por completo, se pueden amortiguar las vibraciones que produce mediante la insonorización de un espacio
Por EROSKI Consumer 22 de marzo de 2007

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La legislación Europea recoge que el límite aceptable para soportar el ruido se marca en 65 decibelios. El ambiente diario de una oficina llegaría a este ratio. Si nos fijamos en los domicilios particulares, casi todas las comunidades autónomas han establecido un máximo de 35 decibelios en el período diurno y 30 en el nocturno. Sin embargo, una conversación en voz alta puede producir sonido de hasta 45 decibelios. Una buena insonorización del hogar impedirá sufrir estas molestias originadas por el incesante tráfico de la ciudad, aviones que sobrevuelan un inmueble, trenes que circulan cerca de casa, vecinos que ponen la radio o la televisión a un volumen considerable, etc. Todos estos elementos tienen un punto en común: generan ruido. Y es evidente que nuestros hogares están inevitablemente expuestos a ello.

Localizar el ruido

Antes de insonorizar una vivienda o una estancia, hay que saber de dónde procede el ruido. Para ello es necesario tener en cuenta que el ruido no puede eliminarse por completo, pero sí se pueden amortiguar las vibraciones que produce. Influyen también factores como el presupuesto, el tiempo disponible, la posibilidad de hacer una reforma total o, por el contrario, la búsqueda de una solución temporal. Cada problemática es diferente, y como tal existen soluciones diversas.

Ángel Berbis, desde la empresa Acústica Integral, explica que hay que diferenciar entre el aislamiento acústico (iniciar las obras necesarias en un recinto para minimizar los sonidos que llegan del exterior) y la adecuación acústica (preparar una estancia para que el sonido generado en ella no se transmita al exterior).

Si se quiere insonorizar una estancia con garantías es necesario la realización de una obra, ya que es indispensable colocar material aislante de ruido entre la fuente del sonido y el propio cuarto.

Si se quiere insonorizar una estancia con garantías es necesario la realización de una obra, ya que es indispensable colocar material aislante de ruido entre la fuente del sonido y el propio cuarto
«Para los particulares insonorizar una estancia supone una obra con un gasto que puede ser importante». Las soluciones domésticas sirven para minimizar el volumen del ruido procedente del exterior, pero rara vez se puede eliminar del todo.

Hay que tener presente que en todas las casas hay ruidos. Algunos proceden de la cubierta del edificio; el cuarto técnico del ascensor, las máquinas de aire acondicionado y los extractores de humos de los garajes. Dentro del hogar los ruidos más frecuentes proceden de los aseos, las televisiones y equipos de sonidos, y de las máquinas de aire acondicionado individuales. Además, en los sótanos se suelen ubicar las salas de caldera, de agua y el garaje, cuyos ruidos afectan directamente a los vecinos de las plantas inferiores. Y qué decir del exterior: el tráfico, bomberos, ambulancias, trenes o aviones son una muestra constante del ruido que soportamos.

Materiales aislantes

En la actualidad hay multitud de materiales que sirven como aislantes del ruido, muchos de ellos térmicos. De todos modos, el mejor material para aislar es la masa: la materia interpuesta entre la vibración sonora o ruido y el oído. Así, parece evidente que una capa de cemento, plomo o ladrillo de un grosor de un centímetro aísla más que otros materiales como el vidrio.

Pero si se quiere simplificar la tarea y no hacer demasiada obra, se puede recurrir a otros materiales aislantes menos engorrosos como el corcho y aglomerados de madera y fibras minerales: fibra de vidrio o lana de roca, poliestireno expandido, vidrio celular, espuma de poliuretano o espumas fenólicas.

Soluciones concretas

ImgImagen: Ronaldo Taveira

La solución más práctica y acertada para combatir el ruido exterior es la colocación de ventanas insonorizadas. Las ventanas de doble acristalamiento o la doble ventana pueden ser un buen remedio a este problema.

Las primeras están formadas por dos vidrios separados, sellados en su perímetro, que delimitan una ‘cámara de aire estanca’; realiza una función aislante mientras que las dobles ventanas duplican los cierres acristalados para crear una cámara de aire entre ambos. Estas últimas reducen las filtraciones de aire y el nivel de ruidos procedentes del exterior.

Si la ventana es de madera y no encaja perfectamente, se pueden disponer tiras de caucho para que ventana y marco estén más juntos e impidan el paso del aire, que es el vehículo del ruido. Si se desea una solución temporal, o el presupuesto no es muy amplio, se deberá recurrir a métodos más caseros. El uso de persianas y cortinas gruesas, de terciopelo u otras telas pesadas, puede ayudar a amortiguar algo los sonidos.

En el caso de que los ruidos provengan del interior del edificio la mejor solución puede encontrarse en las paredes y en los suelos y techos.

Si los ruidos provienen del interior del edificio la mejor solución puede encontrarse en las pareces y en los suelos y techos
Cuando hay una cámara de aire en el muro base, ésta se puede rellenar con un material aislante apropiado. También se puede crear una doble pared, instalando placas de pladur y rellenando la cámara con materiales aislantes.

En el caso de no poder costearse la obra, pueden utilizarse como medida temporal las hueveras pegadas en la pared, que luego se pueden recubrir con telas gruesas, alfombras o tapices. Forrar las paredes de telas gruesas, rellenando con algodón o gomaespuma, puede ser otra medida frente al ruido. El corcho es otro material económico que, pegado en paredes, puede hacer más llevadero el ruido.

El aislamiento del techo de una casa se realiza mediante la colocación de techo flotante con un soporte elástico, una cámara de aire con el material absorbente y el cartón yeso. Es importante dejar un espacio de aire entre forjado y techo continuo -cámara de aire-, de 10 a 30 centímetros. A mayor distancia mayor aislamiento. Sobre este techo continuo se descolgará el techo final y, por encima de éste, las instalaciones. Es importante que por encima del techo continuo no haya ninguna instalación ya que de lo contrario se minimizarán las ventajas de la obra realizada.

El procedimiento con los suelos es similar. Los suelos flotantes están formados por dos capas de madera de alta densidad con una «lámina elastomérica intermedia». Si la primera solución planteada es demasiado costosa, se puede lograr una estancia más silenciosa de la mano de las alfombras, que reducirán las vibraciones.

Reclamar el cese de ruidos

Diversos estudios sobre contaminación acústica señalan el ruido como un gran problema en las grandes y medianas ciudades. Para disminuir un alto nivel de ruido, es recomendable, en primer lugar, solicitar su cese de un modo amistoso ya que puede ser algo puntual o que quien lo realice no sea consciente de ello. Si esta opción resulta, evitará muchos trámites burocráticos.

No obstante, si la vía amistosa no funciona se puede recurrir a otras vías:

  • Vía administrativa: Se interpone la denuncia en el Ayuntamiento, ya que corresponde a los consistorios defender el derecho de los ciudadanos a una convivencia tranquila, aplicando las ordenanzas municipales.
  • Vía civil: La denuncia se interpone contra quien produce las emisiones sonoras molestas. Los trámites varían en función del lugar de donde provengan los ruidos: del propio edificio, de edificios colindantes o de actividades en la calle.
  • Vía penal: Este procedimiento se usa cuando el ruido supone un riesgo de grave perjuicio para la salud de las personas (artículo 45 de la Constitución). El Código Penal (artículo 325) castiga con penas que varían entre los 6 meses hasta los 4 años a quienes lo infringen.

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