Abandonar el tratamiento tras un infarto: peligro de muerte

El 70% de las muertes que suceden en la fase crónica de la enfermedad coronaria están relacionadas con el abandono terapéutico
Por Montse Arboix 11 de junio de 2014
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Imagen: Flora Braz

Tras sufrir un infarto de miocardio, pasada la fase aguda en la que el afectado se siente en peligro de muerte, son muchas las personas que de forma progresiva abandonan la medicación prescrita por el cardiólogo. En estos casos, los resultados son nefastos para su salud, pues incrementan la tasa de mortalidad. Tanto es así que, en fechas recientes, expertos de la Fundación Española del Corazón han insistido en la importancia de continuar con el tratamiento prescrito para mejorar el pronóstico de la enfermedad. En este artículo se explica por qué es tan importante seguir el tratamiento después de sobrevivir a un infarto y qué pautas hacen mejorar la adherencia terapéutica.

El incumplimiento terapéutico es, todavía hoy en día, un desafío para los profesionales de la salud. Incumplir el tratamiento prescrito y las pautas higiénico-dietéticas o abandonarlos por completo supone un grave riesgo para la salud. Los datos disponibles señalan que solo entre el 45% y el 78% de las personas con alguna dolencia crónica cumple con lo prescrito. Y parece ser que el tipo de enfermedad que se sufra es lo de menos, ya que tienen dificultades para seguir el tratamiento tanto las personas con diabetes o con hipertensión como quienes han tenido un infarto de miocardio.

El tratamiento después de un infarto

Cuando se cumplen los tres años de haber sufrido un infarto, el 50% de los pacientes ha abandonado por completo la medicación
Para intentar concienciar a la población sobre los efectos que tiene no continuar a rajatabla con la medicación y las recomendaciones pautadas el especialista, la Fundación Española del Corazón organizó hace poco la sesión informativa «Tras el infarto, comprométete con tu salud cardiovascular», con el fin de hacer hincapié en la responsabilidad que debe asumir cada paciente después de sufrir un infarto de miocardio.

Presentado por el Dr. Leandro Plaza y moderado por el Dr. José Luis Palma, en el acto se recalcó la importancia de la medicación después de un evento cardiaco. Así, Esteban López de Sá fue el encargado de explicar el cumplimiento farmacológico que hacen los españoles después de haber sufrido un infarto. Y los resultados no son nada alentadores.

Este experto de la Unidad de Cuidados Intensivos Cardiológicos del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, puso de relieve que, aunque la mortalidad en la fase aguda del infarto en las últimas décadas se había reducido del 20% al 4% actual, no sucedía lo mismo con la fase crónica de la enfermedad coronaria. Y es que, en esta última, el 70% de las muertes se debe al abandono de la medicación.

La medicación habitual después de un infarto suele incluir dos o tres fármacos para mejorar el pronóstico del paciente, pero no solo en la fase aguda, insistió el especialista, sino también después del primer año posterior al evento. Sin embargo, a pesar de ser vital, la mayoría de las personas, poco a poco, dejan las pautas médicas… Y cuando se cumplen los tres años, muchos solo toman la mitad de los medicamentos prescritos e, incluso, el 50% de ellos los ha abandonado por completo.

Abandonar el tratamiento: peligro de muerte

El abandono del tratamiento en la fase crónica de la enfermedad coronaria es común en todo el mundo
Dejar el tratamiento supone un grave riesgo para la salud, puesto que provoca un aumento en la tasa de mortalidad. Los datos aportados por este especialista muestran que los pacientes que abandonan todo el tratamiento prescrito durante el primer año tienen una mortalidad del 30%. Y esta situación es común en todo el mundo.

López de Sá apunta algunos factores que provocan el abandono: los efectos secundarios de algunos fármacos o la complejidad del tratamiento; después de la fase aguda desaparecen los síntomas durante algún tiempo y la persona tiene la falsa sensación de estar curada; factores relacionados con otras enfermedades asociadas a las que se da mayor importancia por producir mayor malestar; los fármacos cuestan dinero y suponen una carga económica añadida a algunas paupérrimas pensiones; o hay médicos poco involucrados en los tratamientos.

Sin embargo, el experto es tajante: «Si los pacientes no abandonaran la medicación, se conseguirían más beneficios en el pronóstico de la enfermedad que si se hicieran nuevos descubrimientos».

Consejos para un buen cumplimiento terapéutico

Expertos de distintas especialidades recalcan algunos aspectos que ayudan a mejorar el cumplimiento:

  • Una buena relación profesional sanitario-paciente es básica. Hay que preguntar siempre al médico o a la enfermera todas las dudas que se tengan, por pequeñas que sean, sobre la enfermedad y los medicamentos.
  • Es fundamental que la persona conozca muy bien su enfermedad y los medicamentos que tiene que tomar. Es importante preguntar cuáles son, para qué sirven, cuándo hay que tomarlos, de qué manera y hasta cuándo. Es esencial que con ayuda del médico o de la enfermera se adapte la toma del fármaco a las rutinas de la vida cotidiana de la persona, e involucrarlo en su plan terapéutico.
  • Facilita que se tomen los fármacos cuando el tratamiento es simple y se recetan el mínimo número posible.
  • Es importante recibir la información por escrito, incluso la prescripción médica.
  • Puede ayudar acompañarse por alguien de confianza.
  • Involucrar a la familia.
  • Si la persona es mayor, vive sola y debe tomar muchos medicamentos, se puede pedir un sistema personalizado de dosificación en la farmacia que ayude a las tomas.
  • Utilizar elementos de recordatorios para las tomas.
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