Faseolamina, bloqueo de la absorción de carbohidratos

La preocupación por perder los kilos de más cuando se acerca el verano aumenta la demanda de ayudas que requieren poco esfuerzo y aseguran resultados inmediatos
Por EROSKI Consumer 25 de mayo de 2007

La faseolamina es una sustancia que contribuye a reducir la absorción de los carbohidratos y, por consiguiente, las calorías ingeridas. Sin embargo, ¿es realmente eficaz a la hora de perder peso?, ¿tiene algún tipo de contraindicación o efecto secundario? Los anuncios publicitarios de los productos que contienen esta sustancia contienen varios mensajes: «disfruta de la pasta y controla tu peso», «¿Por qué no un buen bocadillo si gracias a la faseolamina puedo controlar mi peso?», entre otros ejemplos.

¿Qué es la faseolamina?

Es una sustancia, testada clínicamente, que dificulta la digestión y la posterior absorción de parte de los carbohidratos complejos que contiene la dieta. Los carbohidratos complejos son un nutriente energético que abunda en los cereales (arroz, maíz o trigo) y sus derivados (pan, pasta o galletas), patatas y legumbres.

La faseolamina es una proteína que se extrae de las vainas de la judía blanca, especie Phaseolus vulgaris de la familia Fabaceae, originaria de Centroamérica y Sudamérica. Su mecanismo de acción consiste en inhibir la enzima que digiere el almidón, implicada en la digestión de los carbohidratos complejos. Dicha enzima es la alfa-amilasa, la que se produce en el páncreas y que se libera al intestino delgado en el momento en el que el organismo detecta la presencia de comida. La alfa-amilasa cumple la función de degradar las largas cadenas de almidón en sus unidades más simples (glucosa) para que éstas puedan atravesar la barrera intestinal y ser transportadas por la sangre hasta las células para su aprovechamiento.

La capacidad de la faseolamina para inactivar dicha enzima explica por qué parte de los almidones ingeridos no se absorben, con el consecuente menor aporte calórico de la dieta. Además, distintos estudios demuestran que su ingesta también produce una ligera disminución de los triglicéridos en sangre, cercana a un 10%.

¿Es realmente eficaz para perder peso?

Estudios de absorción de harinas en humanos constatan que la ingesta de faseolamina reduce la absorción de las calorías procedentes del almidón hasta un 66%. Sin embargo, cada persona puede experimentar diferentes resultados dependiendo de sus características individuales, hábitos alimenticios y estilo de vida. Clínicamente no se han observado efectos secundarios adversos en el estudio de absorción del almidón. En estudios de pérdida de peso, los participantes refieren buena tolerancia, aunque algunos pueden experimentar exceso de gases.

Aunque se constata que la faseolamina reduce la absorción de calorías, el resultado final dependerá de cada persona, de sus características individuales, hábitos alimenticios y estilo de vida
La dosis recomendada para obtener los citados resultados es de entre 500 y 1500 miligramos antes de la ingesta de alimentos ricos en almidón. Entre sus indicaciones, se cita que es una sustancia especialmente adecuada para quienes realizan un alto consumo de alimentos como el pan, la pasta o la patata, ricos en carbohidratos complejos, es decir, en almidón.

En cualquier caso es más aconsejable, saludable y económico moderar la ingesta de estos carbohidratos antes que tomar ayudas externas como la faseolamina. Este tipo de producto puede inducir la idea equivocada de que, al tomarlas, ya no importa el resto de la dieta. De nada sirve tomar sustancias que bloquean parcialmente la absorción de carbohidratos si luego se abusa de alimentos grasos. Por este motivo se cuestiona la necesidad real de introducir esta sustancia como ayuda externa frente a la pérdida de peso. Si se toma temporalmente sin corregir los fallos reales de la dieta, el peso que se pueda llegar a perder se recuperará de manera inevitable.

Su origen en la judía blanca

La faseolamina tiene su origen en el fruto de la judía blanca, las vainas, que cuando todavía están verdes se toman en forma de verdura. En cambio, éstas se extraen, con fines medicinales, cuando están maduras.

Para llevar a cabo la extracción, se separan las semillas que se utilizan como alimento y el resto se seca al sol. Tras el proceso se obtienen enormes cantidades de albúminas, aminoácidos, hidratos de carbono y minerales. Su contenido en sustancias diuréticas como las flavonas o, precisamente la faseolamina, también es muy alto.

La judía blanca se cultiva de forma anual. Tiene un tallo de crecimiento ilimitado, con cañas que pueden llegar a alcanzar los dos o tres metros de altura.

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