Cómo cocinar los espárragos

Los blancos y los trigueros son dos tipos de espárragos en fresco que admiten numerosas maneras de preparación
Por EROSKI Consumer 6 de mayo de 2009
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Imagen: sabinoparente

Los espárragos son los tallos jóvenes y tiernos de la esparraguera. Aunque puede encontrarse durante todo el año gracias al cultivo en invernaderos, la mejor época para degustarlos es la que transcurre durante los meses de abril y mayo. Fuente importante de agua, también contienen una elevada cantidad de fibra, lo que hace que se conviertan en uno de los alimentos más efectivos en caso de estreñimiento. Además, son muy refrescantes, por lo que resultan idóneos para elaborar ensaladas. Según el tipo de espárragos que se adquiera, se puede preparar de diferentes maneras. Se reseñan unas cuantas en este artículo.

Cocinar espárragos trigueros

En el mercado en fresco se pueden encontrar de manera habitual dos tipos de espárragos: los trigueros y los blancos. Los primeros son silvestres, criados en terrenos cultivados de cereal y son más delgados, duros y amargos que los espárragos blancos. La forma más habitual de cocinarlos es a la brasa o a la plancha con unas gotas de aceite y sal gorda, con lo que adquieren un sabor delicioso. También se pueden cocinar fritos, asados o gratinados.

Los espárragos trigueros resultan muy adecuados para hacerlos a la plancha y acompañar a platos elaborados a base de alimentos tan variados como carne, pescado, arroz, pasta u otros vegetales. También se pueden preparar sofritos y acompañarlos con huevo, champiñones y jamón, ya sea en revueltos o con huevos al plato, por ejemplo.

Cocinar espárragos blancos

Los espárragos blancos, que son los que se cultivan enterrados, se consumen por lo general cocidos. Para hacerlos, hay que realizar antes una preelaboración: pelarlos, desde la punta hasta la base, y después atarlos en manojos procurando ordenarlos por tamaños. Una vez pelados ya se pueden cocer.

La manera más tradicional es hacer un manojo con los espárragos envueltos en un paño y cocerlos en un recipiente alto con agua, sal, un poco de azúcar y unas gotas de limón. No se suelen introducir las yemas de los espárragos en el caldo de cocción y normalmente se hierven durante 5 o 10 minutos. Para saber si están cocidos se les atraviesa la puntilla hasta la mitad. Luego se corta la parte trasera del tallo que haya podido quedar dura. Después de escurrirlos, se rocian con un poco de zumo de limón para evitar que se oxiden. Se puede reservar el caldo de cocción para preparar una crema o una sopa.

Espárragos: muchas aplicaciones culinarias

Los espárragos pueden añadirse a gran variedad de ensaladas frías o templadas, formar parte de una nutritiva menestra o servir para elaborar pudines. También pueden prepararse rellenos y fritos, rebozados con harina y huevo, y rellenos de bechamel de marisco o de setas.

Otra forma de cocinarlos es gratinarlos con un poco de nata, huevo y queso. De igual modo, se pueden gratinar al horno con una salsa holandesa o con un poco de queso parmesano. Se recomienda que a la hora de servirlos estén calientes o tibios, ya que si están fríos no se aprecia por completo su sabor.

Una de las mejores maneras de saborear estos deliciosos vegetales es acompañándolos de una salsa vinagreta o un poco de mayonesa o salsa rosa. En estos casos es preferible que la salsa esté a la misma temperatura que los espárragos.

¿Niños en casa? Sugerencias para prepararles espárragos

El espárrago es un alimento que, en principio, no resulta difícil de incluir en la alimentación de los niños por la suavidad de su textura y sabor. Sin embargo, no es muy popular entre los más pequeños porque siempre lo relacionan con las ensaladas, un plato que por desgracia no suele ser de su agrado. Lo idóneo es ofrecerles esta saludable hortaliza como ingrediente de diferentes platos y cocinados de diversas maneras.

Un buen modo de hacerlo es rellenarlos de jamón, queso o marisco y acompañarlos de distintas salsas y gratinarlos o rebozarlos. Los niños relacionan esta técnica culinaria con otros alimentos como las carnes. También pueden prepararse como parte de una original brocheta de verduras con carne o pescado o incluirlos en tortillas, cremas y purés. Además, existen atractivos platos a base de espárragos como flanes, hojaldres, canelones o lasaña a los que los más pequeños no podrán resistirse. Tampoco deben faltar en una ensalada variada y nutritiva.

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