Fruta y vegetales contra el asma

La dieta mediterránea puede evitar que los niños padezcan síntomas de asma, según un nuevo estudio
Por Mercè Fernández 11 de abril de 2007
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Imagen: OMS

La dieta mediterránea, rica en fruta, verduras y frutos secos, puede evitar que los niños sufran síntomas de rinitis y asma alérgicos, según un estudio publicado en British Medical Journal Thorax. Financiada parcialmente por el quinto programa marco de la UE, la investigación ha estudiado casi un total de 700 niños en edades comprendidas entre los siete y 18 años que viven en áreas rurales de la isla griega de Creta. Los padres de los niños completaron unos cuestionarios sobre los hábitos dietéticos de sus hijos y su salud respiratoria. El cuestionario se ha complementado con pruebas de alergia sobre la piel realizadas a los niños.

Los resultados del estudio muestran que el 80% de los niños comen fruta fresca (y el 68% verdura) al menos dos veces al día. Las naranjas, manzanas, uvas y tomates se cultivan en la isla y se consumen en grandes cantidades, según explican los investigadores. Su consumo parece asociarse a un efecto protector frente a la rinitis y la respiración asmática, pero no frente a la alergia de piel. Los niños que comen frutos secos al menos tres veces por semana son también menos proclives a resollar, un hecho que los investigadores atribuyen al alto nivel de vitamina E que contienen, un antioxidante que se encuentra en estos frutos. Por el contrario, un consumo alto de margarina incrementa el riesgo de asma y de rinitis alérgica.

La atopia no es rara entre los niños que viven en zonas rurales en Creta, dicen los investigadores, pero la rinitis y la respiración con resuello típica del asma son muy poco habituales. «Hemos estudiado si esta discrepancia puede ser atribuida a un alto consumo de fruta fresca y vegetales», dicen los autores. «Nuestros resultados apuntan a que una ingesta dietética alta y regular de frutas, verduras y frutos secos podría tener una función protectora sobre la prevalencia de síntomas asociados a la rinitis y el asma alérgicos». Una dieta alta en antioxidantes, concluyen, puede prevenir la aparición de enfermedades alérgicas entre la población.

Estudios previos

Los niños que comen frutos secos tres veces por semana son también menos proclives a resoplar

No es la primera vez que se muestran los efectos protectores de la dieta mediterránea frente a enfermedades alérgicas. Lo que aún no ha llegado a discernirse es si esa protección debe atribuirse a un elemento de la dieta o, lo más probable, a una combinación de ellos. Ya en el año 2000, la misma revista Thorax daba a conocer el estudio italiano SIDRIA, realizado por el departamento de epidemiología de la Autoridad Sanitaria Regional en Roma, en el que se relacionaba el consumo de fruta fresca rica en vitamina C y la reducción de síntomas de asma en niños.

Algo más tarde, en el año 2003, la Agencia de Salud Pública de la región de Lacio (Italia) estudió con un grupo de 5.257 niños de entre 6 y 7 años la relación entre dieta y asma. Al cabo de un año, se analizó con un cuestionario la frecuencia de consumo a lo largo de ese año de alimentos ricos en antioxidantes, como vitamina C y E, grasas animales, omega-3 y otras, así como la ocurrencia de síntomas relacionados con el asma. Entre las conclusiones, publicadas en European Respiratory Journal, los investigadores recogían que la toma de vegetales cocinados, tomates, fruta y cítricos eran protectores frente a las dificultades de respiración y resuello, mientras que el consumo de pan y mantequilla o margarina podía incrementar esas dificultades respiratorias.

¿Tienen algo que ver los antioxidantes en el efecto protector, tal como sugerían en ambos estudios italianos? Esa es la pregunta que se hizo en 2006, un grupo del Osaka Medical College de Japón, que estudió si el alfatocoferol (vitamina E) y el probucol, ambos antioxidantes, podían ayudar a evitar la respuesta alérgica en ratones asmáticos. Los resultados mostraban que ambos suplementos, suministrados en la dieta, suprimían las respuestas alérgicas en las ratas expuestas a un antígeno para desatar una respuesta asmática. Sin embargo, algunos de los resultados no eran los esperados y, por tanto, no quedaba claro el mecanismo de acción que, decían los autores, son «diferentes de los relacionados con la antioxidación».

De nuevo, la comida rápida

Otra incógnita es hasta qué punto algún tipo de grasas puede incidir en el aumento de los síntomas, como la relación entre el consumo de mantequilla o margarina y pan. ¿Hay más grasas que pueden influir negativamente? En 2005 la revista Allergy publicó un trabajo de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de Wellington (Nueva Zelanda), en el que se estudiaba la relación entre la comida rápida, a la que son tan aficionados muchos niños, y el riesgo de asma.

El estudio se realizó dentro del proyecto internacional ISAAC (International Study of Asthma and Allergies in Childhood). El resultado, después de ajustar variables como el estilo de vida o el peso de los niños, que también pueden influir en el riesgo de asma, era que el consumo frecuente de hamburguesas se asociaba con los síntomas de asma de forma directamente proporcional: más hamburguesas, más síntomas de asma. En cambio, no parecía haber relación entre el consumo de hamburguesas y las alergias en piel.

LA OBESIDAD COMO FACTOR DE RIESGO

Relacionar dieta y prevención del asma infantil es controvertido, especialmente si lo que se espera es que tan sólo unos cuantos elementos en la dieta hagan el trabajo cuando en la vida del niño hay más factores que pueden influir. Uno de ellos es la obesidad. Es lo que han estudiado investigadores de la Universidad de Murcia con un conjunto de 20.106 escolares de entre seis y siete de 8 ciudades españolas, en el marco del proyecto internacional ISAAC dedicado al estudio de asma infantil.

La dieta mediterránea, según las cifras estadísticas de este estudio, publicado el pasado enero en la revista Thorax, muestra un efecto protector sobre las niñas con asma severo pero la obesidad es un factor de riesgo para este tipo de asma, aunque sólo en chicas. El ejercicio es un factor protector tanto en chicos como en chicas mientras que la comida rápida también es un factor de riesgo.

La obesidad como factor de riesgo sólo en chicas es algo que se ha hallado anteriormente. La Universidad Federal de Santa María de Brasil realizó en 2006 un estudio con 4.000 escolares, también en el marco del proyecto ISAAC, en el que se concluía que había una relación directamente proporcional entre obesidad y prevalencia de síntomas de asma.

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