Ciudades a 30 km/h

Solicitan firmas para que la UE limite la velocidad urbana a 30 km/h, ya que la medida salva vidas y beneficia al medio ambiente, como ya ocurre donde está en marcha
Por Alex Fernández Muerza 16 de enero de 2013
Img 30kmh

Rebajar de 50 km/h a 30 km/h el límite de velocidad en las ciudades salva vidas y mejora el medio ambiente, la calidad de vida y la economía. Así lo demuestran diversos estudios y ciudades que lo han aplicado. Un colectivo ciudadano europeo trabaja para recoger al menos un millón de firmas y convencer a la Comisión Europea (CE) para que lo extienda en todas sus urbes. Este artículo detalla las ventajas de limitar la velocidad urbana a 30 km/h, explica cómo firmar y apoyar la iniciativa y apunta ciudades que ya lo aplican.

Ventajas de limitar la velocidad urbana a 30 km/h

  • Salva vidas: dos tercios de los accidentes mortales de tráfico en Europa, unos 20.000, ocurren en ciudad y el 48% de las víctimas son peatones y ciclistas, según datos de la Comisión Europea (CE). Al reducir la velocidad de 50 km/h a 30 km/h, la distancia de frenada pasa de 53 a 36 metros y las posibilidades de morir en un atropello de un 45% a un 5%.

    Las posibilidades de morir en un atropello disminuyen de un 45% a un 5%
    Manuel Martín, director técnico de la coordinadora ConBici, una ONG que representa a 58 asociaciones de toda España y que participa en la iniciativa, añade que «las personas heridas lo serían de menor gravedad o incluso de ninguna, porque a menor velocidad, la capacidad de reacción es mayor. Muchos accidentes ni ocurrirían».

  • Reduce la contaminación: la calidad del aire del 84% de los ciudadanos españoles es inferior a la recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en gran parte por el tráfico urbano, según un informe de Ecologistas en Acción. Martín señala que con los 30 km/h disminuyen las emisiones de los coches nocivas para el medio ambiente y la salud, como el dióxido de carbono (CO2), principal implicado en el cambio climático, el dióxido de nitrógeno (NO2) o las partículas contaminantes finas (PM2,5 y PM10).

    El tráfico rodado causa además el 80% de la contaminación acústica de las urbes: dos de cada tres residentes en ciudades españolas medias o grandes viven en ambientes sonoros «inaceptables», según los impulsores de la iniciativa. El Consejo Medioambiental Alemán (SRU) estima una reducción del ruido de 3 decibelios con el límite de velocidad a 30 km/h.

  • Mejora el tráfico y la calidad de vida: las ciudades no son carreteras. Por mucho terreno ganado por los coches, transitar a 50 km/h es complicado y los frenazos, acelerones y atascos son constantes. A menor velocidad, el tráfico es más fluido porque se adapta mejor al ritmo de los ciudadanos. También se propicia un mayor uso del transporte público y que haya más peatones y ciclistas. Niños, ancianos, personas con discapacidad y ciudadanos con viviendas en calles con tráfico son los más beneficiados.

  • Beneficia a la economía: el uso de vehículos privados y el consumo de combustible se reduce y, con ello, la dependencia energética del exterior. Los responsables de la campaña recuerdan que en 2011 las compras de petróleo supusieron el 63,1% del total del saldo comercial español.

Cómo firmar y apoyar la iniciativa

El Parlamento Europeo aprobaba en 2011 el «Informe sobre seguridad vial 2011-2020», en el que se abordaba la medida de los 30 km/h. Para que sea efectiva, la Comisión Europea (CE) debe dar su visto bueno. En abril de 2012 se establecía la figura de la «Iniciativa Ciudadana Europea» (ICE), que ofrece a los ciudadanos una forma de reclamar acciones a las instituciones europeas. Unas treinta ONG, encabezadas por la alemana Heike Aghte, creaban la ICE 30km/h para lograr un millón de firmas que lleven a la CE a debatir la medida. Su objetivo es extender el límite en todas las áreas residenciales urbanas y no solo en zonas individuales, como ya hay en algunas ciudades.

La ICE se ha organizado en siete países de la UE para recoger firmas hasta otoño de 2013. En España la meta son 50.000 adhesiones. Según Martín, además de los convocantes de la iniciativa (Ecologistas en Acción, ConBici, Stop Accidentes y Andando) han expresado su apoyo otros muchos colectivos, como el sindicato CCOO, la Asociación de Ciclistas Profesionales, la Plataforma Empresarial de la Bicicleta, la Asociación de Marcas de Bicicletas de España, etc.

Cualquier ciudadano puede mandar su firma, pero según los requisitos formales que exige la CE para aceptarla. Se puede contactar con alguna de estas organizaciones o se puede enviar de forma directa mediante la página web 30kmh.eu. Este sitio ofrece también los datos de apoyos por países en tiempo real y acepta donaciones para apoyar la iniciativa.

30 km/h: ciudades que ya lo aplican

La pequeña ciudad alemana de Buxtehude establecía en 1983 la primera zona de 30 km/h. Años después, muchas ciudades europeas se han sumado y disfrutan de sus ventajas. El director técnico de ConBici afirma que «en el centro y norte de Europa hay múltiples ciudades con buena parte de su trazado limitado a 30 km/h». Según Heike Aghte, «antes de implantar los 30 por hora en una zona o calle, siempre hay oposición. Un par de meses después, todos están satisfechos».

En España, según Martín, se ha implantado por calles, zonas o barrios, pero no en toda la ciudad, salvo en Pontevedra. Esta urbe gallega establecía en 2010 la medida a todas sus vías urbanas, y la siniestralidad vial se reducía a una mínima expresión. La Dirección General de Tráfico (DGT) apoya la aprobación de un nuevo Reglamento General de Circulación que contribuya a su extensión.

La medida, para que tenga éxito, no puede limitarse a colocar señales. Así lo indican por ejemplo en Oviedo, donde el casco urbano es zona 30, salvo las avenidas con dos carriles. La asociación Asturies con Bici subraya la necesidad de cambiar el diseño urbano: pasos recrecidos en la calzada a misma altura de la acera, igualar toda la calle a la misma altura (calzada y aceras), carriles más estrechos y aceras más anchas, vías de doble dirección ciclista, etc.

Manuel Martín recuerda que donde se ha aplicado bien la norma hay control sobre quién y cómo entra, se ha diseñado el espacio urbanístico para que el coche se sienta invitado y no protagonista, y se ha gestionado el estacionamiento para que no sea sencilla la estancia de los vehículos.

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