El buen humor fortalece el sistema inmunológico de las personas

Las terapias de la risa empiezan a introducirse en España
Por EROSKI Consumer 23 de junio de 2002

La risa es la mejor medicina que existe y la más barata, afirman los teóricos del humor en España, para quienes las cualidades terapéuticas que tienen el humor y la risa aún no son muy conocidas, a pesar de que en Estados Unidos se llevan aplicando desde hace más de dos décadas y que ya desde la antigua Grecia se conocían sus beneficios.

Estar de buen humor fortalece el sistema inmunológico, puesto que la risa ahuyenta las enfermedades y prolonga la vida mientras que la tristeza y la depresión atraen los virus, creando enfermedades. Los científicos han demostrado el vínculo estrecho entre el estado emocional de las personas y el funcionamiento de sus sistemas de defensas, lo que ha abierto un campo fértil no sólo para las terapias de recuperación, sino también para enfocar las actividades de prevención.

«Al estar de buen humor el cuerpo segrega endorfinas -de tipo opiáceo como la morfina-, lo que hace que cuando nuestro organismo está lleno de ellas se da el fenómeno de placidez total y no tenemos la sensación de dolor», puntualiza Ángel Rodríguez Cabezas, médico de cabecera y estudioso de los beneficios del humor.

Junto con esto, el doctor asegura que la risa contribuye a la creación de linfocitos naturales, como el caso del NK, que son células cuya misión es la de terminar con células virales o cancerígenas, de ahí el fortalecimiento del sistema inmunológico.

Pese a estos beneficios, el uso de las terapias del humor en España es mínimo. Jesús Damián Fernández Solís es uno de los pioneros en el uso de los talleres terapéuticos. En la última década han participado en sus experiencias más de 800 personas, en su totalidad profesionales de distintos ámbitos.

«En estos seminarios se entronca la parte teórica con la práctica y se dan pistas para afrontar la vida con más optimismo así como para poder trasladar estas enseñanzas a otros alumnos», relata Fernández Solís, quien ha dado cursos desde colegios hasta en la cárcel pasando por instituciones públicas o empresas.

Y es que las terapias van desde niños a ancianos sanos hasta pacientes de cáncer o los que están en la unidad de paliativos. La base es simple: el ser humano es la única criatura en el mundo capaz de reírse, hacer reír y hacer el ridículo. Cuando ríe no está triste y olvida sus amarguras.

Experimento similar es el que lleva a cabo todos los días en su clase el decano de la facultad de Psicología de la Universidad SEK de Segovia, Luis Muñiz, uno de los mayores teóricos españoles sobre el humor. «Obligo en mis clases a que mis alumnos se rían de forma espontánea, puesto que el humor es un elemento de ayuda para afrontar la vida; hay que hacerles ver que en un examen no se juegan su vida y el humor les sirve como mecanismo de defensa», relata Muñiz.

La cuestión no es sólo contar un chiste. Hay que llegar más allá, según señalan los especialistas. Encontrar el lado cómico que tienen todas las cosas en esta vida es la finalidad de estas terapias. Aprender a reírse de los propios males es el primer paso para obtener los resultados de esta filosofía, algunos de cuyos resultados ya se han puesto de manifiesto en Estados Unidos.

Con esto se pone de manifiesto que el humor en general y la risa en particular son herramientas terapéuticas para el tratamiento de enfermedades. No en vano la risa afecta a los sistemas cardiovascular, inmunológico, muscular, nervioso central y endocrino, entre otros. «Se ha comprobado que un gran número de ataques cardíacos ocurren en momentos de rabia, por lo que el humor puede actuar como defensa frente a la frustración, el miedo y la rabia, de ahí que se puedan prevenir estos episodios», enfatiza Muñiz.

No sólo la prevención de los infartos son el objetivo principal de las terapias. Los ancianos se han convertido en uno de los sectores en donde más experimentos se están realizando con el humor. Dos residencias de Madrid están llevando a cabo desde hace varios años proyectos para hacer reír a los mayores.

Lo que comenzó como un intercambio de chistes entre una de las responsables de la residencia, Isabel Gómez Acebo, y algunos de sus ocupantes se ha convertido en cita obligada una vez a la semana. «Los reunimos para intentar que se rían de sus faltas, además de ayudarles a combatir la depresión puesto que al estar juntos potencian sus relaciones y de camino evitamos la tendencia de los mayores a recluirse en sí mismos», argumenta Gómez Acebo.

Las reuniones consisten en contar chistes e incluso algún día tienen la visita de un mago que les hace un número. Según asegura Isabel Gómez Acebo, lo esencial es que se rían, porque así sacan de su cabeza sus males e incluso se ríen de ellos mismos. «Al principio eran reticentes a estos encuentros semanales, pero ahora los esperan ansiosos e incluso se preparan chistes o anécdotas para contar».

En la misma línea de trabajo, las enfermedades que ocasionan en los niños dolores crónicos y somatizaciones o el cáncer y sida llevaron hace dos años a la creación en España de la Fundación Theodora, una entidad que utiliza la risa como principal herramienta. En la actualidad, esta organización de origen suizo sólo funciona en Madrid, Málaga y Mallorca, aunque poco a poco se quiere extender al resto del territorio.

«Nuestros payasos se dedican un día fijo a la semana a visitar a los niños enfermos, parándose con cada uno de ellos unos 15 minutos para así poder entablar una relación más especial», apunta Paz Juristo, miembro de la Fundación Theodora.

Los artistas son profesionales con una experiencia mínima de diez años, que han tenido una formación de más de seis meses. «Los médicos -precisa Juristo- no tienen tiempo ni disponibilidad para poder llevar a cabo estas terapias, ya que supone un desgaste emocional bastante importante».

Precisamente, a pesar de que los beneficios de estas terapias están comprobados, la medicina tradicional es reacia a abrirse a nuevos campos, que a primera vista, no tienen que ver con el rigor científico. Y es que los teóricos apuntan que estas terapias no son más utilizadas debido a que las profesiones sanitarias tienden a considerarse a sí mismos con excesiva seriedad.

Esta puede ser la razón por la que en España aún no se han utilizado las terapias del humor en áreas como el alcohol, trastornos mentales, cáncer, enfermos terminales o en las relaciones interpersonales. «Estos campos clínicos aún no han comenzado a experimentarse en nuestro país aunque seguro que en los próximos años tendrán un auge importante y será normal acudir a estas terapias», explica el catedrático de Psicología y estudioso del humor, Carlos Alemany.

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