Nuevas lentes para hipermetropía

Una técnica de corrección ocular permite eludir la cirugía refractiva, que a pesar de ser muy efectiva, comporta los inconvenientes de cualquier intervención
Por Núria Llavina Rubio 19 de abril de 2010
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Imagen: Julia R.

Cuando a finales del siglo XX las personas con miopía tuvieron la opción de superarla mediante cirugía refractiva, muchos pensaron en someterse -o se sometieron- a esta intervención con el fin de eludir el uso de lentes de contacto o gafas. Después también se aprobó su utilización para curar el astigmatismo y la hipermetropía, pero los avances no concluyeron. Una nueva lente de contacto, que ya se comercializa, consigue eliminar de forma temporal la hipermetropía sin someterse a una intervención quirúrgica. Son lentes de contacto rígidas, permeables al oxígeno, que se fabrican a medida de cada paciente, se utilizan sólo durante la noche y permiten ver perfectamente por el día.

Avance en lentes de contacto

Imagen: Julia R.

Las lentes de contacto son la última alternativa para corregir los defectos de visión. Incluso en casos de alta graduación, sobre todo en miopía, la corrección es más exacta, compensan mejor la anisometropía y consiguen una visión completa lateral y frontal. No obstante, algunas personas tienen intolerancia a su uso, como falta de lágrima o alergia, además de los inconvenientes que suponen determinados elementos externos, como el polvo, el viento u otras sustancias irritantes. Requieren unas condiciones higiénicas excepcionales para minimizar el riesgo de infección, que puede ser grave, pero son cómodas y adaptables a la mayoría de las actividades.

El ámbito de investigación de las lentes progresa de forma vertiginosa: desechables, de uso diario o prolongado, de color, duras (poco permeables al oxígeno), semirrígidas (permeables al gas), blandas… Cada vez hay más variedad, adaptables a más tipos de ojos y a distintas dolencias. La última que se ha lanzado al mercado es una lente de contacto especial, centrada en el tratamiento de la hipermetropía, rígida, personalizada y que modifica la geometría de la cornea.

La lente ejerce una presión sobre la primera capa de la córnea y la modela durante la noche para ver bien por el día

Se utiliza sólo durante la noche, cuando ejerce una presión sobre la primera capa de la córnea y la modela unas 20 micras (la mitad de un pelo). Por la mañana se retira y se logra que la persona vea perfectamente durante el día. Es un efecto que dura casi 48 horas, aunque Jaume Pauné, de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y diseñador de la lente, recomienda utilizarla todas las noches para conseguir cierta estabilidad.

La lente elimina de forma temporal la hipermetropía del mismo modo que la cirugía refractiva. Funciona con la técnica del modelado corneal u ortoqueratología -que corrige también la miopía y el astigmatismo-, por lo que es necesario un tiempo para valorar si se adecua a la persona.

Gafas y cirugía

La miopía, la hipermetropía y el astigmatismo tienen una característica común: son defectos refractivos de la visión (la proyección de la imagen sobre la retina no es la idónea) causados por diferencias en la longitud o en la forma del ojo. Estas condiciones pueden solucionarse de tres modos distintos. Mediante gafas, lentes o cirugía refractiva. Cada uno de ellos tiene ventajas e inconvenientes, aunque estos dependen de cada persona y de los objetivos que persiga. Con estos tratamientos, se pretende que el 90% de las personas que padecen algún defecto de visión se beneficien de la alternativa terapéutica más adecuada. A finales de 2009, un 50,6% de los ciudadanos utilizaba algún sistema de corrección de la visión.

El uso de las gafas es simple y no supone riesgos, salvo la rotura de los cristales. Sin embargo, a menudo se evitan por motivos estéticos o por las limitaciones que suponen ante la práctica de ciertas actividades deportivas o profesionales. Otra desventaja es la necesidad de cambiarlas a medida que las alteraciones de la visión varían, junto con el hecho de que ciertos defectos concretos no se pueden corregir con el uso de las gafas. Éste es el caso de la anisometropía, cuando se debe a una diferencia de refracción entre los dos ojos.

Respecto a la cirugía refractiva, reduce en gran medida la miopía y su dependencia de las gafas. La recuperación es inmediata y sólo requiere un corto postoperatorio. No obstante, lleva consigo los mismos riesgos que una intervención quirúrgica y requiere un estudio oftalmológico completo que asegure la idoneidad del paciente, si bien ningún procedimiento quirúrgico actual cura los problemas refractivos de forma definitiva ni se garantiza la total interrupción de su evolución.

Un defecto común

En la hipermetropía, el ojo tiene una longitud menor de lo normal y las imágenes de los objetos lejanos quedan enfocadas en un plano por detrás de la retina. Esto causa borrosidad y problemas de visión a distancias cortas (justo lo contrario que la miopía). El 15% de la población padece esta dolencia con más de tres dioptrías y el 29% supera una dioptría. Otros síntomas que pueden delatar la hipermetropía son el dolor de cabeza a causa del esfuerzo por enfocar las imágenes, fatiga o dolor ocular, visión borrosa lejana por la edad o por hipermetropía elevada, además de estrabismo (ojos bizcos) y ambliopía en niños.

En la hipermetropía, el ojo tiene una longitud menor de lo normal, lo que causa borrosidad y problemas de visión a distancias cortas

En algunos casos, los jóvenes pueden «tapar» su hipermetropía con un esfuerzo de acomodación, pero esta capacidad se reduce con la edad. La mayoría de los recién nacidos tienen hipermetropía que se corrige con la edad. Sin embargo, debe considerarse de forma especial, ya que estos no son conscientes de su visión defectuosa. Por este motivo, hay que estar atentos a ciertos síntomas en los más pequeños, como la desviación de los ojos.

CUIDADO DE LAS LENTILLAS

Las lentes de contacto se elaboran con material muy sensible, que necesita unas condiciones higiénicas adecuadas para evitar infecciones. Para optimizarlas, los especialistas insisten en seguir unos sencillos consejos:

  • Lavarse las manos antes de tocar las lentes.
  • Usar sólo el líquido recomendado para limpiarlas, así como el colirio para los ojos. Nunca limpiarlas con agua (ni del grifo, ni embotellada, ni con agua con sal).
  • Cuidar el recipiente de las lentes (lavarlo y secarlo cada vez que se extraigan las lentillas) y cambiarlo cada medio año.
  • Utilizar un maquillaje compatible con el uso de las lentillas y, en caso de usar delineador de ojos, pintar el borde interno del párpado inferior.
  • Evitar que cualquier producto toque las lentes.
  • Evitar meterse en una zona de agua con lentillas.
  • Quitárselas cuando se usen productos de limpieza.
  • Usarlas el tiempo recomendado por el médico o por el fabricante.
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